Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
EL ESPECIALISTA (1994)
Hay películas que en el momento de su estreno y pese a tener un elenco taquillero, argumento interesante, guion con humor solapado y una correcta dirección, son tachadas de bazofia y, en el mejor de los casos como ocurre con ésta, el mayor halago que recibe es que es entretenida. El equipo de cata cinematográfica no dudamos en dejar a un lado el mocho, linterna y caja de herramientas para surtirnos de pistachos y birras frías porque sale una bella Sharon Stone, el Stallone, uno de nuestros actores malotes favoritos como es Eric Roberts, toda una leyenda como el Rob Steiger y sobre todo nuestro amado y admirado James Woods. Lo cierto es que es una gozada verles a todos y a la Stone y ahora, camino de tres décadas desde su estreno, es una película que se mantiene fresca, la historia es entretenida y el guion es en ocasiones para partirse de risa, una de esas películas donde el conjunto de todo crea un producto que gana con los años...Se
mantiene fresca por el detalle de la informática que vemos en la
acción, podría ser de hoy en día con la consiguiente licencia del
paso del tiempo, pero no nos parece ver tecnología de los 90´s. El
sistema de escaneo de seguridad en la casa del Stallone ya es
realidad lo mismo que las capacidades de los ordenadores portátiles.
La trama es interesante con un par de giros inesperados, la
coreografía erótico festiva entre el Stallone y la Sharon Stone
conserva su turbador encanto que te lleva de la sonrisa a la sorpresa
y hasta se ve una teta, todo ello arropado de sensualidad chusca y
bizarra donde la mente prosigue la escena cuando esta se funde en
negro. Tanto el elenco principal como los secundarios de matones,
agentes de policía y del primer al último figurante tiene
personalidad propia y hasta la banda sonora está redonda. Es cierto
que en conjunto parece una obra menor como resultado final, pero se
lo pasa uno en grande gracias al reparto y el humor del guion.
Empezamos
con el Stallone, que viraba sus papeles a personajes con sentimientos
atribulados y la fortaleza física que tanto gustaba en los 80´s ya
se veía en 1994 pasado de moda. Hay un guiñó a los mamporros en la
escena del asiento del autobús, con Stallone en estado puro de sus
inicios como personaje de acción y músculos. Las escenas erótico
festivas producían risa porque era dotar de sensibilidad a un
personaje con matices de sentimentalismo que luego se haría habitual
en el cine de acción. Aquí es un ex-agente de la CIA en acciones
encubiertas que trabajaba con el James Woods, uno ponía las bombas y
el segundo las hacía explotar. En su último operativo Stallone se
da cuenta de que su compañero es en realidad un psicópata que
disfruta matando, ya sean adultos o niña en el asiento de atrás.
Años después Stallone es un mercenario especialista en detonaciones
que entra en contacto con una clienta que busca venganza hacía una
familia de mafiosos donde su ex- compañero trabaja como experto en
seguridad...
James
Woods está magnífico haciendo de malo malote y a la vez de
personaje cuchufletas. La escena cuando llega al departamento de
artificieros y le vacila al experto de la policía, su mueca labial
cuando habla o ve al hijo del mafioso tan mafioso como el padre y
casi tan psicópata como el James Woods, la escena de la centralita
de escuchas acojonando al personal tras entrar en brote de ira, o
verle debajo de una lluvia de centollos, dotan a la película de un
humor inteligente que el James Woods borda, tanto en la
interpretación como con el movimiento corporal y facial. NI él ni
Stallone se hacen sombra y cada uno juega con sus virtudes para el
papel logrando un engranaje que funciona a la perfección,
sencillamente magnífico como casi siempre.
Un
secundario de lujo con el bueno del Rob Steiger haciendo de patriarca
mafioso. Le ves y da respeto, luego casi comprendes su paternalismo
protector con el cenutrio de su hijo y finalmente le vemos en toda su
crueldad. El hijo es nuestro querido Eric Roberts, no valorado en su
época, con cara de hijo de puta que cuando sonríe te pone los pelos
como escarpias. Se complementa con su padre y odia al James Woods, lo
cual es mutuo, y está a la altura de las dos grandes estrellas.
Ambos, padre e hijo, forman una simbiosis que saben transmitir. Ambos
son en realidad tan protagonistas como el trío principal y hacen
creíbles sus papeles de villanos. Nos han encantado y están ambos
genial.
Y, no
por la última no es la principal estrella, está Sharon Stone que
enamoró a toda una generación en Desafío Total, nunca
estuvo tan hermosa y sensual, que la siguen venerando. Su personaje
nos ofrece otra interpretación corporal y facial, al principio
ninfomaníaca, luego sabemos que sufre en realidad y que es utilizada,
cosa que no le importa porque busca venganza. A ratos la deseamos,
luego la odiamos por zorra y finalmente nos enamoramos como el
Stallone y somos felices cuando ambos triunfan sobre los malos.
Tildadas de cutres en su día, el director Luis Llosa transmite
erotismo sin que, tres décadas después, no estallemos en
carcajadas ante el hieratismo corporal del Stallone, pero sin maldad
y en vez de teta, vemos un seno de la Sharon Stone. Está divina con
esa belleza crepuscular que despide a la juventud y recibe la entrada
de la madurez...
Y que
sí, que en 1994 era un bodrio erótico festivo de reclamo y parecía
una serie B, pero que en realidad es un fabuloso comic
cinematográfico con la ciudad de Miami de fondo, una de novela negra
que es una transición del cine de acción de los 80´s a la ñoñez
de los 90´s. Stallone demostró que podía ser sensible en sus
personajes, la Stone reafirmaba su reinado y el resto del elenco es
soberbio y te ríes incluso del humos socarrón del guion. Por
supuesto, el James Wood que nos enamora siempre y los matices marca
de la casa con los que adorna a sus personajes. Para verla en buena
compañía y disfrutar de explosiones de verdad sin trucas digitales
y disfrutar viendo una peli de acción que ha superado su faceta
erótico festiva que tantas críticas cosechó en su estreno...
Una
película que ha ganado con el tiempo.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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