Una sección de
Palomino Gargajo Bilioso
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
Elecciones en la Comunidad de Madrid
Por fin las elecciones autonómicas forman parte de la política en España, siempre relegadas a segundo plano siendo lo más destacado que algunas comunidades autónomas se salieran del calendario común electoral. Pero desde 2017 en que el nacionalismo catalán eligió la confrontación con sus compatriotas que no consideran tales, la sociedad española se ha habituado a seguir lo que ocurre en las periferias. Es el caso actual donde una moción de censura en la Comunidad de Murcia ha salpicado a la política de otras autonomías, adelantado las de la Comunidad de Madrid y salpicado a la política nacional con protagonismo del señor Pablo Iglesias que renuncia al Gobierno para lanzarse al ruedo electoral. Hay que irse a Alemania para ver algo parecido y el Estado de las Autonomías alcanza por fin su mayoría de edad, síntoma de salud democrática y que abre una etapa apasionante en una época marcada por la pandemia mundial del coronavirus.
Al
final la convocatoria electoral en Madrid se convierte en un duelo al
sol entre la actual titular, la señora Ayuso, y el aún líder de
PODEMOS aunque en realidad seguimos estando por mor de la clase
política en clave electoralista con unos plantados en el
guerracivilismo y que es un enfrentamiento entre fascismo y
democracia, los otros aupándose a cualquier causa que sea populista
como la polémica entre la hija de Rocío Jurado y el padre de sus
hijos y en las periferias sigue el nacionalismo catalán con su
enfrentamiento con el resto de compatriotas que no consideran tales.
Analistas tiene el Sistema que hacen correr ríos de tinta y horas de
televisión en supuestos análisis que se convierten en trifulcas
ideológicas que logran diluir al cuarto poder y el consiguiente
hartazgo de la ciudadanía...
Pero lo interesante de todo esto es que la señora Ayuso y el señor Pablo Iglesias se juegan mucho y con algo que perder. El caso de la señora Ayuso es el de un animal político que sabe cuando lanzar su apuesta con las encuestas a favor y que si le sale bien la apuesta se convertirá en un peso pesado dentro del partido aunque de momento éste prefiere seguir apostando sobre seguro con el señor Casado hasta ver el resultado del envite. Y luego tenemos al señor Pablo Iglesias que junto al señor Echenique han cercenado todo lo que de ilusionante tenía el 15-M, que han logrado reducir al típico esquema comunista sin que faltaran purgas internas o el destierro al gulag del olvido político.
Pablo
Iglesias ha preferido apostar fuerte antes de que las críticas
dentro de PODEMOS le defenestraran a la soviética con la bendición
del partido y el señor Echenique de máximo pontífice de la
ceremonia. Pablo Iglesias ha dado un salto arriesgado y en lugar de
tener disciplina a la comunista se lanza investido de demócrata a
defender la Comunidad de Madrid de la ultraderecha, ese ogro que han
hecho posible que sea parte y arte del juego democrático con
presencia en las instituciones con el discurso radical de los
nacionalismo periféricos y el discurso de la ultra izquierda de que
España es un sistema franquista y que la verdadera Transición sigue
vigente, él nos salvará de tal servidumbre. Lo curioso es que su
paso por el Gobierno no ha pasado ni salido de la demagogia. Pablo
Iglesias quiere utilizar las elecciones como catapulta a ser
presidente de la misma y que PODEMOS, lo que queda de sus bases si es
que queda algo de aquellos ilusionantes círculos porque quedar no
queda nadie ya de los mismos, tenga que asumir que sigue siendo el
líder máximo del politburó de PODEMOS. Baste de prueba los
discursos de PODEMOS al anunciar su candidatura que son ejemplo de
cómo funciona el sistema comunista.
Y es
que las elecciones en Madrid serán otro triunfo para VOX y entrará
definitivamente en el juego político con otro triunfo tras su
triunfo en Cataluña. Si se aceptó la deriva de los dirigentes de
PODEMOS hay que aceptar la de VOX, aunque ambos sean las dos caras de
la misma moneda del totalitarismo. Mientras, el PSOE presenta un buen
candidato pero nada rutilante en comparación con la señora Ayuso y
el señor Pablo Iglesias, el PP sigue el discurso oficial con miedo
al poder que alcance la señora Ayuso y un señor Casado que queda
enano ante barones como el alcalde de Madrid o el señor Núñez Feijóo en
Galicia. Son unas elecciones apasionantes que hasta los nacionalismos
miran de reojo y donde no les queda otra que seguir con su discurso
violento, insultante y provocador que sólo engaña a sus votantes,
que se ve que no sufren la pandemia ni la crisis pese a que la
realidad del día a día les diga lo contrario...
Así
de simple y así de complicado.
The
Adversiter Chronicle,diario dependiente cibernoido
Salt Lake City,
Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
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