Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle
ATMÓSFERA CERO (1981)
(Outland)
(Outland)
No lo
pensamos dos veces en el turno de noche para aparcar trastos de faena
y visionar un clásico del género de ciencia ficción de los 80´s,
cierto que en su estreno no fue valorada por la crítica, desde
rebajarla a actualización futurista del clásico del género de
vaqueros protagonizado por Gary Cooper en 1952 titulado Solo ante
el peligro, a desecharla como
una de vaqueros sin más pero ambientada en el futuro. El público
respondió porque había una estrella como el recientemente
fallecido Sean Connery y porque respondía a los gustos del público
joven ávidos de películas del género tras Alien el 8º
pasajero y por supuesto La
Guerra de las galaxias. Nos
sirve además de excusa perfecta para recordar al intérprete de
James Bond...
Sean Connery estaba en plena madurez conservando su encanto para el público, la ambientación en una planta minera en la luna Io cumplía los cánones con maquetas como efectos especiales y anunciaba el futuro aunque en el presente de su estreno la crítica no supiera verlo como es la presencia de las bases de datos como consulta, las video conferencias y también anticipa lo que puede ser la explotación de recursos en lunas satélites del Sistema Solar. Tal vez porque vista en 2021, lo que en 1981 no dejaban de ser ejercicios de avances de la tecnología se ven ahora como heraldos de cosas que ya tenemos como parte de nuestra vida diaria y de nuestro mundo.
La
trama es atractiva donde encontramos un asentamiento humano de
actividad minera y hay obreros trabajando a destajo, prostitutas,
relaciones personales rotas por un destino en colonias mineras
alejadas de la Tierra y la soledad del funcionario honesto y agente
de la ley y el orden que se enfrenta en solitario al jefe de la
explotación minera que no duda en drogar a sus trabajadores para
sacar mayor rendimiento. Se dan típicos tópicos de pelis de
vaqueros ambientadas en la minería pero también es una historia de
tráfico de drogas. Todo ello dirigido con pulso firme por Peter
Hyams y la solvencia de la producciones británicas. El resultado es
un producto cinematográfico que logra entretener, pensar en el
futuro que se nos muestra y una estrella del celuloide bien arropada
por el resto del elenco interpretativo donde destacamos a la
cascarrabias médica interpretada por Kika Markham...
Se agradece ver una película sin imágenes sintéticas y, pese a lo que digan, sus efectos especiales no desentonan vistos ahora, salvo quizás porque las pantallas de ordenador y de video son de tubo, pero le añade cierto halo de romanticismo al visionado. Los temas que trata son eternos casi, desde el tráfico de drogas a la presencia de seres humanos como el hijo del protagonista que nunca ha visto ni pisado la Tierra. Todo ello se esboza sin rollos ni ñoñeces, una despedida rutinaria para ir al curro y cuando vuelves tu esposa se ha largado con tu hijo de regreso a la Tierra porque no soporta más el estar en el espacio viajando a cloacas de asentamientos humanos, un tema que ya por sí solo te hace acabar de visionar la película y ponerte a filosofar con los colegas de curro entre birras frías y abundancia de pistachos hasta la hora del fin del turno de noche.
Película para verla cada tres lustros y que siempre deja buena impresión si bien para las generaciones digitales les puede chirriar la tecnología que se muestra, sobre todo las pantallas de tubo, pero la historia y la forma de contarla te atrapa en la misma. Están bien resueltas sin muchas incongruencias las escenas del exterior y recordar que se rodó en plató lo que magnifica la ambientación de la cantina o el laboratorio médico. Las celdas en ingravidez o el invernadero siempre llaman la atención y sobre todo que cuando te das cuenta ha terminado, pero con buen sabor de boca porque Sean Connery ha hecho su trabajo con honestidad y regresa con su familia mientras nos sentimos en comunión con la doctora que ansia ver los cambios tras desmontar Sean Connery el chiringuito. Resiste bien el paso del tiempo y una forma de hacer efectos especiales que logran su objetivo sin acaparar el protagonismo de la película y al servicio de la misma, no viceversa como sucede últimamente...
A descubrir si no la has visto.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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