No ha entrado diciembre y
ya lucen los ornamentos navideños en las ciudades, villas y
villorrios, incluso algún centro comercial ya encendió los mismos
recién terminado octubre. Los turrones y dulces navideños ya se
muestran en estantes y mostradores provocando una sensación con un
leve tono macabro de fondo si me paro a meditar...
Antes, me parece, la
navidad empezaba entrado diciembre, al menos esa sensación tengo
pero seguramente me dejo invadir por recuerdos de la infancia, cuando
las vacaciones escolares eran el marcador de que ya era navidad.
Nostalgia, deduzco de las imágenes que afloran a la memoria y
aumenta el dolor de las ausencias sumado el macabro entorno de la
pandemia...
Tal vez sólo sea que
estamos en un punto de no retorno, de que el antes ya no será igual
que el después, cuando finalice todo este circo...
Cierro los ojos unos
segundos y me digo que los volveré a abrir cuando vuelva la vida
normal. Por supuesto que habré de atravesar este segmento de espacio
tiempo con los ojos abiertos, pero ahora late el sueño de que los
cerraré de nuevo para volver al hoy abriéndolos ya en el mañana...
Lo malo, también lo
bueno, es el intervalo entre ambos instantes que hay que vivir,
supongo.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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