The Adversiter Chronicle

miércoles, 4 de noviembre de 2020

"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre

Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle

Lio en los Pantoja porque Kiko Rivera con su madre se enoja

Nada alivia más las penas y penurias de los tiempos pandémicos que nos toca sufrir que ver las mierdas ajenas. Si además se trata de rollos familiares con pifostios de herencias, rencores y deudas pendientes, nunca mejor dicho, tenemos los ingredientes para disfrutar de auténtica buena mierda televisiva y nada menos que con el clan Pantoja de protagonista y el enfrentamiento entre la tonadillera y su retoño fruto de su matrimonio con el torero Paquirri, muerto en el ruedo prematuramente dejando viuda y retoño de siete meses...

Por una vez hay que eximir a Sálvame y su universo de colaboradoras y colaboradores aunque todo empezó en la versión nocturna de los sábados hará dos semanas. La cosa discurría normal con una entrevista a Paquirrín, ya Pacorrón por la edad aunque le llamen niño, donde trataba de redimirse de las infidelidades hacia su esposa Irene. Coloquetas espitoso en vías de recuperación con cuadro depresivo, el tipo iba desgranando sus miserias y confiesa para sorpresa de su madre que su vida es una mierda, aderezado de jugosos detalles de su descenso a los infiernos. La madre no soporta más el tormento auto inflingido de su retoño y llama en directo para darle un tirón de orejas y escupirle sin anestesia que se deje de ser un lamentos porque la gente está muriendo ahí fuera por la pandemia...

Paquirrín se lo toma a pecho y a los pocos días escupe bilis hacia su madre por las redes sociales, que no le visita ni le da mimos es el reproche. La cosa es explotada en el programa eclipsando al Antonio David y sus mentiras en ese nuevo engendro de todo por dinero hasta que ayer mismo el Paquirrín suelta una exclusiva donde ataca a su madre reclamando derechos de herencia, hipotecas firmadas sin conocer lo que firmaba y arrebatos de reproches donde desenmascara a la madre que ni es tan buena ídem como siempre presumían ambos en platós y revistas. Hay detalles jugosos como el del coche de seis mil aurelios que la Pantoja reclama como suyo. Porque al final se trata de un lío por dineros, el vil metal que siempre emponzoña lo que le rodea.

Porque todo esto no es más que la crónica de una avaricia donde se incumple testamento y últimas voluntades del torero y que ahora Paquirrín necesita pecunio toda vez que su falsa carrera de cantante no ha soportado el golpe de la crisis inducida por la pandemia. Una falta de comunicación entre madre e hijo que, visto en perspectiva, se reduce a que, ahora que hay que apretar el cinturón, el ceporro del Paquirrín es consciente de que no tiene ni oficio ni beneficio, un agravante de su depresión que le lleva a momentos de ira verbal y que culmina con un enredo que tratan de resolver públicamente, previo pago, en platós y exclusivas en prensa del corazón. Un fantástico espectáculo mierdoso que deja a Isabel Pantoja como madre a la altura del betún y al personaje folclórico como alguien avariciosa que trata de acaparar el legado material de su difunto esposo y un hijo desagradecido que con la excusa de que es papá, ya era hora de que fuera consciente de que es padre y tiene hijos, trata de resolver el misterio de la herencia de su padre.

La más lista ha sido su hermana que pasa del tema como su hermano pasaba o se ponía de parte de su madre cuando los pifostios fueron con ella. La otra damnificada es la sufrida esposa del ceporro que se cree cantante, Irene, que como colaboradora de fin de semana en otro contenedor de la cadena se ve envuelta en el embrollo aunque siempre trate de echar balones fuera con el argumento de que su marido hace lo que considera oportuno. El drama familiar tiene pinta de que va para largo aunque nos tememos que al final el ceporro volverá a la faltriquera de su mamá, la culpa de todo será de la Mila Ximénez que le hizo la entrevista y la madre que la culpa es de la nuera, porque dudamos que el matrimonio dure más allá de las navidades viendo como evolucionan los acontecimientos con un Paquirrín que no sabe gestionar sus asuntos económicos, no puede con el desenganche de sus adicciones y ya se cura en salud afirmando que tanta presión y tanto estrés le puede llevar a la recaída (sic).

Madre e hijo han ganado mucho dinero y fundido otro tanto a costa de tomar el pelo a la
audiencia así que no pueden esperar ahora mucha misericordia y comprensión. Además todo coincide con el lanzamiento del último disco de la madre con lo cual, una vez más, la cosa huele a chamusquina. La diferencia con otros pifostios, que siempre se resolvían con sonada pipa de la paz, es que no hay peor cuña que la de la misma madera y si bien otras personas afirmaban lo que dice Paquirrín, ahora es él quien ataca a Isabel Pantoja con el espinoso fondo del tema de la herencia que, de propiedad absoluta para uno y usufructo vitalicio para la otra, se ha pasado a propiedad compartida a partes desiguales a favor de Isabel Pantoja en detrimento de su hijo.

Ambos se han buscado llegar a esta patética situación por distintos caminos siendo lo más lamentable que no tengan bemoles a solucionarlo en privado y sí para hacerlo públicamente para deleite de la audiencia, alegría de la cadena que tiene un filón inesperado para cubrir horas de programa y debates entre el elenco colaborador. Nuestra simpatía es hacia Irene que encima tiene que soportar que su suegra quisiera cargar la corona de flores por el entierro de su madre a la cadena...
Y es que como decía el decano de la facultad al Belushi y sus colegas de fraternidad: coloquetas, gordo y estúpido no se puede andar por el mundo, Kiko.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

 

theadversiterchronicle@hotmail.es



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger