"Días de vinilo y cassetes", suplemento musical cutre
Una sección de
El Bis en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
MANIAC (1983)
Hoy
recordamos otra de esas canciones indispensables en toda fonoteca que
se precie de los 80´s y pinchada habitualmente en emisoras dedicadas
a la música de la era, pero es también un ejemplo de sonido y de
canción que supera las circunstancias. Dicen las crónicas que se
hizo popular gracias a ser incluida en la banda sonora de la
película Flashdance, ñoñez
cinematográfica elevada al cubo y de la que pocas y pocos se
acuerdan pese a la fama que tuvo en su estreno pero que vista hoy no
deja de ser un videoclip que dura más de la cuenta, pero es un tema
que desde que se escucha la primera vez se incrusta en el
hipotálamo...
Su
autor es un jornalero de la música de estudio y colaborador de
diversos grupos, pero en 1983 Michael Sambello saca su primer álbum
y la canción enseguida se hizo imprescindible en la radio fórmula,
cosa que sucede hoy en día. Fue número uno en las listas
estadounidenses y tuvo su recompensa en forma de Premio Grammy por
ser parte de la banda sonora de la película. Es un exponente del
sonido ochentero con todas las características de una producción
ochentera con taladrante estribillo de teclado y para el orbe
hispano fácil de tararear y repetir el estribillo aunque casi nadie
se enterara de la letra.
Conserva
la frescura si se escucha por primera vez y forma parte de la memoria
musical de varias generaciones que cuando la vuelven a escuchar no
pueden evitar la grata sorpresa si es la primera vez que se oye y
ciertos impulsos catatónicos si hace tiempo que no se escucha,
logrando viajar al recuerdo y en algunos casos ataques compulsivos de
piernas y brazos. Pero es un producto impecable musicalmente hablando
y no puede faltar en ningún sarao cuando se ponen temas tecno.
Michael Sambello sigue siendo un gran desconocido para la gran masa,
en parte porque se solía emitir en televisión acompañada de
imágenes de la película pero, reitero, es el ejemplo de canción
que sobrevive a la banda sonora e incluso a la propia película... Eso
sí, escuchada de vez en cuando presta mogollón pero si se escucha
reiteradamente puede producir convulsiones y aerofagia, que conste.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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