Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle
ALIEN COVENANT
(2017)
Visionar un nuevo título de la saga de Alien y con el Ridley Scott a los fogones siempre es una de las mejores excusas para aparcar trastos y faena, aprovisionarse de birras, pistachos y el sofá del gerente para disfrutar de cine. Es cierto que en realidad es la continuación de la decepcionante Prometeus y que la saga ha sido estirada como un chicle, que siempre vamos a ver lo mismo con un escenario cerrado y el bicho liquidando uno por uno a los tripulantes de turno, pero si te quedas sin verlas es como si faltara algo en la memoria cinematográfica...
La película en sí es bastante castaña con personajes
poco perfilados, pero no sin perfilar, alguna que otra incoherencia
como que los dos primeros infectados uno sea capaz de aguantar ocho
kilómetros asfixiado y parasitado mientras que el otro no es casi
capaz de llegar a la nave con mucha menos distancia. Ridley Scott es
ya un director con oficio y suple las carencias e incoherencias con
un ritmo trepidante que no da tiempo a pensar mucho, pero porque son
situaciones ya vistas en anteriores entregas, confortable para
espectadores y críticos de cine, pero castaña para quienes somos de
gustos sibaritas. El reparto es coral sin nadie de protagonista
destacado pero sí destaca lo mejor que no es otro que el Michael
Fassbinder mostrando la evolución de un personaje clásico como es
el sintético, pese a que no sea más que una actualización del
primer título teniendo de antagonista a la actualización del
sintético de la segunda película de la saga.
El argumento está ya más que trillado, una nave interestelar con tripulación hibernada que despierta antes de tiempo y que captan una señal de socorro. La variante es que se trata de una misión colonizadora con un cargamento de colonos hibernados y unos cuantos embriones. La mayor incongruencia es la nave en sí que raya en el absurdo cuando la hacen descender en la atmósfera del planeta de turno pese a no soportar el trajín. Hay variantes del bicho, hay variante en la forma de contaminarse pero se repite todo de todos los títulos de la saga...
Pero el sintético es distinto y un acierto que el
Fassbinder haga doblete, aunque la sorpresa
final se sabe desde el segundo uno cuando ambos se enfrentan a muerte. El sintético de Prometeus ha evolucionado su ego a base de soledad, jugar a ser dios creando variantes del bicho y que llega a la conclusión de que falta una madre biológica para culminar su obra creadora que precisa de contenedores biológicos humanos para que sea perfecta. El de la nave de colonos es un sintético al que han pulido las aristas de su antecesor, más sensible y que se pregunta quién ha creado a su creador. Uno de esos rollos filosóficos con los que el Ridley Scott adorna sus películas a costa de plantear novedades que no sean refritos de la saga. Pero el sintético nuevo sabe discernir que su creador es humano y está al servicio de la misión y de los humanos, que capta que su colega ha caído en la locura y que en realidad sólo es un psicópata camuflado de creador de vida.
final se sabe desde el segundo uno cuando ambos se enfrentan a muerte. El sintético de Prometeus ha evolucionado su ego a base de soledad, jugar a ser dios creando variantes del bicho y que llega a la conclusión de que falta una madre biológica para culminar su obra creadora que precisa de contenedores biológicos humanos para que sea perfecta. El de la nave de colonos es un sintético al que han pulido las aristas de su antecesor, más sensible y que se pregunta quién ha creado a su creador. Uno de esos rollos filosóficos con los que el Ridley Scott adorna sus películas a costa de plantear novedades que no sean refritos de la saga. Pero el sintético nuevo sabe discernir que su creador es humano y está al servicio de la misión y de los humanos, que capta que su colega ha caído en la locura y que en realidad sólo es un psicópata camuflado de creador de vida.
Decepcionante de manera casi constante, no hay sustos ni hay nada que sobresalga por encima del rollo de los sintéticos. El tema de mandos de la nave se despacha con infinitas pantallas, las armas son demasiado actuales y el final es el de siempre que lo mismo vale para final con intriga a gusto del espectador pero también sirve de final abierto por si la cosa funciona en taquilla y se tercia estirar un poco más el chicle. Un título más de la saga que por si misma es una mierda y que dentro de la saga huele a refrito remezclando cosas ya vistas que no sorprenden a nadie salvo a las sufridas tripulaciones de turno que nunca ganan para sustos y traumática muerte de sus miembros aunque mate al respetable de aburrimiento.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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