Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje a tomar el
cafelito en vísperas de pasar a fase tres de la nueva normalidad
El
viajero se levanta animoso, cosa nada rara los viernes, porque tras
casi tres meses de abstinencia por fin el viajero podrá tomarse el
cafelito mañanero, eso piensa mientras se prepara para salir no sin
antes colocarse la mascarilla. Es de las de precio oficial y al
principio el viajero pensaba que con gastarse diez aurelios tendría
para un mes. Pero las mascarillas se quedan cortas cuando hay que
ponerlas sí o sí para salir o entrar en algún sitio...
También
el viajero tiene mono de bus municipal, de contemplar como pasa por
la ventanilla el paisaje urbano y su paisanaje, pero el viajero ha
visto incrementadas sus lorzas y también gusta el viajero de
contemplar el paisaje urbano y su paisanaje en el coche de San
Fernando. Recuerda el viajero la opresión del vacío en el asfalto
durante el confinamiento y agradece poder volver a ver las calles con
trajín aunque sea atenuado...Lo cierto es que el viajero no nota el trajín que esperaba, casi ansiaba desde un lejano mes de marzo, hay el justo como si fuera un domingo animado pero flota ese aire enrarecido de la nueva normalidad. Además nota las piernas pesadas, desacostumbradas ya al camino, pero el viajero sonríe satisfecho cuando ve al fondo el viejo barrio donde está el local donde gusta de tomar el cafelito mañanero cuando sale al camino del asfalto...
El viajero se desilusiona un poco al entrar y ver una grosera banda marrón que se extiende a lo largo de toda la barra, restos de fase dos que se resiste a ser quitada mientras se afanan los hosteleros en prepararlo todo para la fase tres. Se sienta el viajero guardando distancia con el vecino de dos mesas más allá, se miran fugaces como dos presidiarios en el patio de la cárcel y luego siguen a lo suyo...
El viajero se siente reconfortado cuando le sonríe la camarera y charlan sobre el confinamiento con las preguntas de rigor sobre la salud de respectivas familias. El viajero la contempla mientras la escucha y nota que ha engordado y se nota el paso del tiempo en su rostro que sigue cautivando al viajero...
El viajero reconoce para sus adentros que esto no es tomar el cafelito, no es lo mismo aunque sea igual, nunca el viajero echa más de diez minutos y tampoco se relaciona con los parroquianos, pero le gusta al viajero ser dueño de su tiempo y de sus distancias, pero falta algo, una pizca de algo, algo sin más, pero falta...
El viajero se despide, sale a la puerta y enciende un cigarro mientras mira de reojo el viejo barrio, ya achacoso antes de la pandemia y que ahora luce descolorido con los locales comerciales al ralentí...
Comienza el viajero el viaje de regreso con una mezcla de alegría, alivio y temor al futuro incierto...
Pero ése, ya es otro viaje.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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