The Adversiter Chronicle

jueves, 4 de junio de 2020

DIARIO DE LA GUERRA DEL CORONAVIRUS por A. Nónimo

Jueves 28 de mayo

Otro día soleado, de los que te levantan el ánimo hasta que te pones al día de la actualidad y ves el bochornoso espectáculo en la comisión para la reconstrucción donde el mal de España de esta etapa de democracia salió una vez más expulsado como pus de una purulenta herida que no es que no cicatrice, no la dejan cicatrizar aumentando nuestro comatoso estado por la guerra del coronavirus: los extremismos...
En 1936 ambos extremos disponían de armas, de las justificaciones y de las ofensas para llevar al país a una guerra civil. Ambos extremos perdieron con la dictadura aunque la extrema derecha supo amoldarse pero traicionada en su revolución social. La extrema izquierda ha vivido sus días de mayor gloria esta década donde la mayoría silenciosa hemos dejado, tolerado, permitido y consentido, cuando no hasta financiado, que las minorías impongan sus políticas...
A perro flaco todo son pulgas y la muerte anunciada de la factoría de una multinacional del automóvil en Barcelona añade más piedras a la reconstrucción. Nadie lo dice, pero desde 2012 se oyen campanas de abandonar un territorio donde impera el nacionalismo de ínfulas balcánicas. Cómo extrañarme del espectáculo de hoy donde siguen en su discurso del 36, inoculado en la memoria, contaminando la convivencia. No respetamos a los muertos de esta guerra donde ha muerto un poquito de nosotros mismos, nunca fueron respetados los muertos en la Guerra Civil por sus supuestos defensores, canalizando el dolor de unos y otros, y tampoco los respetan ahora donde los muertos en una y otra guerra se amontonan con los otros muertos de anteriores guerras...
Me he saltado la estática, notaba pesadas las piernas y aún me dolía de la noche anterior, pero la verdad es que estoy de bajón otra vez...
Me despierto sobresaltado, para una vez que me duermo pronto, pero sólo han pasado diez minutos...
Y doce semanas.


Viernes 29 de mayo

Hoy he desconectado de las noticias, día soleado que parece de verano, gente en las playas, camino de segundas residencias, terrazas con mesas ocupadas. Hoy quiero disfrutar de un viernes pero escuchar que un listillo se embarcó en un avión sin esperar el resultado de si estaba contagiado o no, resultando que sí, ha puesto al resto del pasaje en cuarentena. Qué ocurrirá cuando se abran las fronteras al turismo...
Siempre me gustaron los viernes noche, es la mejor noche de la semana cuando el trabajo espera al lunes y hay un horizonte de descanso, pero la nueva normalidad es distinta, sin ocio nocturno, sin grupos en las calles de disco bar en disco bar. Es un viernes de luto aunque nos hayamos olvidado y perdido el miedo para engañarnos de que recuperamos nuestras vidas anteriores a la guerra del coronavirus...
No `puedo dormir, pero al menos la radio recupera parte de su programación nocturna.


Sábado 30 de mayo

Que fácil se olvida el hedor de la muerte y la guerra aunque empecemos a notar los estragos económicos, pero nos hemos relajado...
Cuando en 1969 despegó el Apolo XI, los EEUU libraban la guerra en Vietnam y la lucha por los derechos civiles, ahora que arranca el programa Artemisa y ha despegado la primera nave, los EEUU libran una guerra contra el coronavirus que están perdiendo y la ciudadanía lucha por los derechos civiles y el abuso policial, un afroamericano muerto asfixiado mientras lo esposaban. Parece ser que el agente le puso la rodilla en la garganta. La democracia se desangra en todo el mundo mientras en Europa apelamos que se abran fronteras al turismo, que los gobiernos sufraguen los costos laborales y nosotros nos relajamos y no respetamos la distancia social y la clase política permite que los extremos y los nacionalismos se impongan a la masa silenciosa que vivimos en el siglo XXI para que sigamos odiándonos por lo sucedido en 1936...
Ya tenemos nuestros propios muertos y nuestra propia puta guerra, mundial y sin opción a la derrota, sólo la opción de nuestra victoria que ya nos están arrebatando cuando sólo hemos parado la ofensiva y disfrutamos de permiso porque volverá...
Estuve chateando con Pétalo de Rosa y me ha animado la tarde. Le han dado el puesto de teletrabajo mientras que yo no he obtenido respuesta, tal vez Pétalo tenga razón y el supervisor sólo atiende a un par de tetas, me he reído con ganas y decidido que el lunes me quedo en mi jodido puesto de teletrabajo, ya no cambio estar en casa por estar en el cubil, que le den...
Tomo una pastilla para dormir, con remordimientos porque me he saltado la estática un día más, pereza pura y dura junto a cierto desencanto existencial viendo el panorama. La pongo debajo de la lengua como me indicaron en la farmacia...
Sábado noche en fase dos de la nueva normalidad...
Una mierda de noche en una mierda de fase de mierda...
Tengo miedo pero nadie parece tenerlo ya.


Domingo 31 de mayo

Se va mayo de forma extraña como extraño es el paso del tiempo. Hoy sólo dos muertes y las cifras de centenares suenan tan lejanas como las semanas de marzo, abril y mayo...
Noticias de rebrotes, de momento de forma puntual y localizada. En Italia hay dos tendencias de futuro inmediato: que haya rebrote serio y que no. Supongo que tampoco hay demasiadas opciones. Se echa en falta la falta de liderazgo de EEUU a todos los niveles mientras sus ciudades arden en revueltas por la brutalidad policial. Se cacarea el Plan Marshall europeo. El original se basó en comprar lo necesario a EEUU, pero en esta reconstrucción europea estamos solos...
Decido, antes de dormir, que mañana me pongo en marcha tras este inesperado bajón que llegó de viernes sin avisar, supongo que preocupado por el curro pero no vuelvo al cubil. No son los mejores tiempos para dejar un trabajo pero quiero el teletrabajo, ya he demostrado estos meses de confinamiento que se puede y es eficaz. Sobre todo no veo el careto del supervisor y los lameculos que nunca le faltan. Y hasta los cojones de estar metido en el cubil...
Me acosté siendo el último día de mayo y sigo despierto cuando ya es el primero de junio. El Gobierno ha logrado apoyos para la que se supone última prórroga del estado de alarma y una vez se alcance la fase tres serán las comunidades autónomas quienes gestionen los recursos...
Estoy cogiendo el sueño pero me desvela el sonido de trifulca de pareja que se filtra por las paredes, deben ser dos pisos más abajo, pero se oyen las voces, deben de tener la ventana abierta por el calor de fin de mayo...
Silencio.



Lunes 1 de junio

Me reconforta abrir la persiana y ver tráfico...
Es curioso como cuando anhelas algo y ese algo llega, te deja un sabor insípido, no el que esperabas. Así me he sentido tras enterarme de que hay cero muertes por el coronavirus. Es un dato oficial y aunque mañana sigan las bajas, el haber llegado al punto de que durante veinticuatro horas hemos salido victoriosos, ese dato oficial me ha hecho brotar las lágrimas...
Escenas de tumultos callejeros en las ciudades de Estados Unidos y escenas de mal comportamiento rompiendo la distancia social en las playas del viejo continente, en los pueblos. Cierto que son jóvenes y que su juventud les hace ser audaces porque la muerte como concepto invariable de la ecuación de vivir aún no lo perciben en toda su magnitud y dolor, pero estamos empezando a perder el respeto al coronavirus porque el miedo lo hemos perdido aunque nos acostemos cada noche con la congoja de la incertidumbre. Pero cero muertos y nuestra bandera nacional que engloba a todas nuestras banderas con crespón negro, hoy han ondeado orgullosas. Ya me dan igual nacionales que republicanos, fascistas que comunistas o los de arriba y los de abajo, esta guerra nos ha hecho a todas y todos hermanos de sangre...
Me acuesto con la serena serenidad que me ha acompañado toda la jornada...
Venceremos pese a todo, lo sé.


Martes 2 de junio

Cada día parece un poco más normal pero también porque la actualidad deja casi en un segundo plano la guerra del coronavirus aunque todo gira en torno a ello, peticiones de que dimita el ministro de interior entre filtraciones que no se sabe de dónde provienen, que las cifras de muertos varían de las oficiales como la del gremio de funerarias que doblan la cifra hasta las cuarenta mil muertes, pero la vida sigue con el aumento del paro, la fase tres ya en ciernes y un debate mañana sobre prolongar el estado de alarma que tiene toda la pinta de que será otro gallinero pese a que ya tiene el Gobierno los apoyos necesarios...
Los EEUU se desangran en sus urbes mientras su presidente juega la carta demagógica con fotos con la Biblia. Un policía se abraza a un manifestante, pero esta época de pujanza de los nacionalismos al albur de la crisis económica desde 2008 empieza a tocar fondo, tocó techo con la elección de Donald Trump, aquí lo llevamos sufriendo décadas con el agravante de los nacionalismos territoriales, al menos ya se llama al problema por su nombre: territorial. Ver que el País Vasco y Cataluña ya no son diferentes del resto es un alivio. Sus dirigentes los de los otros y los nuestros siguen con sus banderas de hace ochenta años sin darse cuenta de que esto es otra guerra, la nuestra, y que todos los estragos que vemos a nivel mundial, continental, nacional y doméstico en todos los ámbitos, son estragos de guerra sin bombardeos de ciudades, sin cadáveres en las cunetas. Nuestros muertos, los de ahora, yacen o son cenizas pero los olvidamos ante la alegría de recuperar la vida...
Doy otra vuelta en la cama y doy vueltas a las cosas sin lograr dormir...
Empiezo a preocuparme.


Miércoles 3 de junio

Al levantar hoy la persiana he visto que han vuelto a precintar el parque infantil. Estuvo animado estos días, pero verlo de nuevo precintado me ha dado bajón. Es el rollo que tiene esto de la nueva normalidad como si todo fuera una farsa, la política anclada en la Guerra Civil sin querer, o sin poder lo cual sería peor, podemos salir, se abren comercios pero todo tiene un aire a sucedáneo de la vida. Es una sensación rara...
Supongo que todos estamos raros estas semanas y aunque todo parece volver, nada ha regresado plenamente salvo la lista de parados porque la de muertos comienza a parecerse a una parodia. Estoy tan cansado de toda esta mierda que nos envuelve y te cala hasta los huesos. Dicen que se reanuda la competición del fútbol, pero me importa una mierda...
El supervisor no me ha dicho ni mu respecto a mi petición, mejor...
Sintonizo al azar y encuentro una canción que me ayude a soñar ya que dormir no puedo.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/
 



 
                                                       


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