The Adversiter Chronicle

jueves, 11 de junio de 2020

DIARIO DE LA GUERRA DEL CORONAVIRUS por A. Nónimo

Jueves 4 de junio

He visto al levantar la persiana, y echar un vistazo a la calle, a un grupo de estudiantes lo cual aumenta la sensación de lejanía de la guerra y los muertos. Pero es sólo un espejismo como todo en esta nueva normalidad, no van a clase aunque entran al instituto pero entran y salen continuamente. Me pregunto qué pasará con este curso, sí ya sé lo de la escuela telemática pero dudo que sea al cien por cien, al final miles de estudiantes irán con retraso...
He ido a la compra y estaba el personal del supermercado movilizado a la puerta. Eran unos héroes hace tan sólo dos fases, nuestras tropas de primera línea en vanguardia con las de choque sanitarias. Nos hicieron pasar el confinamiento cómodamente pero ahora que la prioridad es consumir, ir de terraza, salir a pasear y tomar el sol, las tropas de primera línea vuelven a ser los mal pagados y equipados de siempre...
Son días raros. Se entremezcla el retorno progresivo a la rutina con el panorama económico de fondo, sombrío de percibir y tenebroso si te paras a pensarlo. Alguien ha dicho que tendremos que ser rescatados, yo sigo teniendo fe en el plan de la Unión Europea, con la tristeza de que estemos solos porque los EEUU tienen a un ricachón déspota y populista por presidente y Europa vuelve a estar lejos...
Al menos en la reunión telemática de hoy me he pasado unas risas con Pétalo. Se tomó un café mientras conferenciábamos y el supervisor quiso llamarla la atención pero le respondió que el teletrabajo permite tomarse un café y no la mierda de máquina de la oficina que produce cagalera. Se puso colorado y apenas atinó a balbucear algo. Hemos quedado unos cuantos de que el próximo jueves tendremos café y bollería al alcance de la cámara web. Promete ser divertido...
Ha lloviznado y refrescado la noche, lo cual se agradece aunque será otra noche de dormir mal o dormir a medias. Despierto varias veces...
Se oyen voces de los discutidores de la planta de abajo. No sé mucho de ellos salvo que van a las reuniones de vecinos y que hace unos meses se les murió la hija de cáncer. Parece que no lo llevan bien...
Daría algo por lograr conciliar el sueño como en la vieja normalidad.


Viernes 5 de junio

Último viernes en fase dos, pienso mientras abro la persiana. Pero rezo por lo bajo porque sé que en cualquier momento las autoridades ordenan retroceder de fase si hiciera falta. No sé que es peor, si el confinamiento domiciliario o la nueva normalidad...
La cosa parece que se mantiene bajo control porque el presidente catalán, de ideología balcánica partidario de la revuelta armada, ahora reclama al Estado tropecientos mil millones de deuda histórica, lo más apropiado sería decir histérica. Son curiosos los presidentes populistas del nacionalismo superado como solución sempiterna, al presidente de Cataluña le despiden a sus súbditos de las fábricas y la solución es la teta estatal. Me pregunto hasta cuándo el electorado independentista va a seguir manteniendo el circo a esta gente. Pide la mitad de fallecidos, puestos a ver vudú en las cifras como su consejero de sanidad...
Definitivamente la infancia es vida. Verles en bicicleta, jugando, corriendo y saltando es una bocanada de aire fresco en el enrarecido ambiente de la nueva normalidad. El lunes será otra fase, pienso intentando darme consuelo aunque hay puntuales rebrotes en la región...
He ido a tomar un café y de paso estirar las piernas, tengo que salir para complementar la estática y a ver si me pongo en serio con la dieta. No tomaba un cafelito desde mediados de marzo y la alegría de recuperar el vicio y ver a la camarera se derrumbó al ver una cinta bloqueando la barra a la clientela, los geles para las manos, el código de barras como carta de pinchos. Apuré el café, me sentía incómodo, raro, extraño incluso y sólo deseaba regresar a casa, encerrarme del exterior...
Intento leer un rato y me viene el sueño que me apresuro a abrazar antes de que pierda el interés en mí y me deje desvelado.


Sábado 6 de junio

Hoy he logrado desconectar un poco de todo este circo, visitas a familia, llamadas, comida en compañía, casi normal pero en la jodida nueva normalidad...
Mirar las noticias es deprimente con el populismo supremacista del presidente Trump que hace oídos sordos a su ciudadanía. Algo se cuece porque la Unión Europea esperará al resultado de las elecciones presidenciales para reorientar su política con EEUU. Lo cierto es que el señor Trump ha llevado a su país a la decadencia como potencia defensora de la democracia y se nota. Me pregunto si será pasajero y una nueva era de prosperidad barrería los nacionalismos y el populismo mas se ve tan lejos la salida que es cuando se percibe que seguimos en la más completa oscuridad. En Europa también aumentan las manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial a los afroamericanos...
Hoy me he permitido un pequeño capricho y he vuelto a mi librería habitual antes de la pandemia. Fue un placer buscar, leer contra portadas y finalmente elegir un libro, barato pero con lo que me he ahorrado en cafelitos y cervezas durante el confinamiento bien me puedo permitir comprar un libro, un gesto de normalidad recuperado en la nueva normalidad de los cojones...
Me acuesto con rabia, impotencia y dolor. La nueva normalidad es un sucedáneo y me cuesta tanto aceptarlo, admitir que es real...
Leo unas páginas de mi nuevo libro saboreando el pasar página, detenerme en un párrafo, el olor a libro nuevo...
Hasta que me viene el sueño.


Domingo 7 de junio

Se acabó el luto oficial, las cifras de muertes semanales no llegan al centenar los últimos siete días, se preparan las cosas para el turismo, tanto nacional como de visitantes extranjeros y mañana pasamos a fase tres. Resulta difícil no dejarse llevar por este enrarecido ambiente de la nueva normalidad, será un mes raro este junio sin noche de hogueras ni noches de verbenas, sera extraño...
Siguen las manifestaciones por la muerte de un ciudadano de raza negra, pacíficas en su mayoría pero no todas exentas de vandalismo y enfrentamientos violentos. Se extienden las protestas por algunas capitales europeas, en ambos continentes se rompe la distancia social para manifestarse y he tenido un mal presentimiento. No dejan de ser fuente de posibles rebrotes y no creo que ahora mismo el Sistema y la sociedad soportáramos un confinamiento total en pleno verano...
Hoy estaba comiendo y cuando interrumpieron la programación para el ya rutinario mensaje televisado del Presidente del Gobierno sencillamente cambié de canal. Me he dado cuenta unos segundos después. A estas alturas casi todos los discursos de casi toda la clase política suenan huecos...
Algo me despierta, tal vez la falta de costumbre de dormir pronto.


Lunes 8 de junio

Estamos en fase tres pero no he salido, tenía intención pero me he dado continuamente excusas y al final me quedé en casa. No sé pero me siento raro como si de repente me liberara de algo que supongo que no será otra cosa que el haber estado confinado...
Comienzan a pedirse responsabilidades por los fallos a la hora de afrontar la pandemia. Noticias de que el virus ha bajado de intensidad en Europa pero sigue jodido en el resto del mundo. Se ve que al virus le gusta propagarse de este a oeste y me pregunto si será cíclico...
Me acuesto tranquilo, hasta he disfrutado de un momento de lectura hasta que me percaté de que había olvidado por unos minutos la guerra del coronavirus y los mal contados miles de muertos como parece que se ha olvidado el resto de mis compatriotas, o eso da la impresión viendo comportamientos, escuchando a la clase política, olfateando que un segundo envite de la pandemia nos acecha, palpando un ambiente bipolar donde los extremos parecen imponerse al término medio, paladeando el sabor de la incertidumbre, olvidando en suma porque ya estamos en fase tres y la vida se abre paso a las puertas de los centros comerciales, en las barras de las cafeterías...
Cierro los ojos.



Martes 9 de junio

Cuan fácil es dejarse sumergir en la nueva normalidad, pero tengo ansiedad porque termine la fase tres y que todo sea normal con mascarilla, me da igual llevarla, sólo quiero recuperar las pequeñas y grandes cosas que tenía como animal social y no sucedáneos...
Se retoman causas pendientes que quedaron aparcadas con el confinamiento domiciliario. Una de ellas es la investigación judicial sobre la figura de Juan Carlos I, se habla incluso de penas de cárcel y de un posible exilio en la República Dominicana. Lo cierto es que el Rey emérito ha defraudado la confianza, complicidad y respeto que tuvo en su reinado y no deja de ser paradójico que él que promovió y fue actor principal en la instauración de la democracia que disfrutamos hoy sea juzgado por la misma...
Estuve con Pétalo chateando y me ha levantado el ánimo. Creo que dejaré el trabajo y me pondré por mi cuenta. Todo este circo ha potenciado el teletrabajo incluso en quienes pensaban que no iba con ellos...
Cierro los ojos, es la segunda noche que se me cierran.


Miércoles 10 de junio

Todo queda muy lejano cuando alzo la persiana y ves aparente normalidad, la nueva se palpa una vez estás en la calle, pero desde la ventana parece antes y sin embargo han pasado tres meses que se dicen pronto...
Hoy he visto una imagen que me quita el sueño, me desasosiega y me hace estar mal. Era una ventana de un hogar cualquiera, sus moradores fallecieron por el coronavirus y sus plantas, sus flores cuidadas con esmero están marchitas en sus macetas como flores de un entierro hace semanas que han perdido su belleza y ahora son macabros ornamentos florales en una morada vacía...
Otro espectáculo lamentable en el Congreso una sesión más. Me niego a creer que como sociedad y como nación seamos lo que nuestros representantes políticos son, anclados en sus miedos y traumas inoculados desde la infancia, fanatizados que llaman fascistas cuando son ellos los fascistas, de espíritu de Guerra Civil donde se enarbolan los estandartes de los muertos en esa guerra lejana y olvidamos los treinta mil caídos en combate en esta nuestra guerra. Son flores marchitas que cierran el paso a nuevos pastos, nuevos vergeles o al menos luchar por ello. Todo sazonado con los ataques a la monarquía española de fondo, unos para constituir algo nuevo basado en ideologías viejas y superadas, los otros para cubrirse con ella y tapar sus vergüenzas, en medio la masa, la plebe, la carne de cañón que vuelve a los sueldos bajos, la incertidumbre laboral, a ser invisibles y que sin embargo hace tres meses se alzaron como nuestros héroes, ya olvidados por la clase política y olvidados por nosotros que ya suspiramos por el veraneo, por ver la caja registradora funcionar y sin embargo el coronavirus sigue ahí, latente y silencioso como un tiburón esperando el momento de coger una nueva presa...
Me acuesto y pienso que en semana y media volverá todo a funcionar en la nueva normalidad. Busco al azar una emisora en el dial a oscuras hasta que encuentro algo...
Estoy agotado de esperar el fin del estado de alarma.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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