The Adversiter Chronicle

miércoles, 24 de junio de 2020

ENTREVISTA AL PEDESTAL

Las protestas contra el racismo y la violencia mortal de la policía en EEUU ha degenerado, en lo referente a las estatuas, en un revisionismo que provoca escenas que no se veían desde el colapso de la URSS. Pero si bien las estatuas son protagonistas de noticiarios, una vez más el pedestal, parte fundamental de una estatua que se precie de tal, queda eclipsado para el gran público y no ocupa portadas ni titulares de prensa. Profundizamos hablando con un pedestal pionero en la lucha por los derechos de los pedestales...

-¿Es el pedestal algo más que un cuerpo sólido sobre el que se apoya una columna, una estatua u otro objeto, ein?

-¿Es algo más el ser humano que una consciencia atrapada en una carcasa orgánica? Verá, somos lo que somos y nunca dejamos de serlo, pero dicho esto y aclarado este punto quiero decir que sí, somos parte de la vida y de la muerte que homenajean a personas que dejaron huella. Y somos parte fundamental porque puede ser usted la estatua más hermosa del mundo que sin un pedestal, un pedestal como mandan los cánones, su figura eterna en piedra se marchita. ¿Hay algo más marchito que una estatua hermosamente labrada, ya sea en piedra u bronce, despojada de su pedestal que yace semi inclinada con plantas trepadoras, hay algo más triste? Pero a nadie le preocupa el pedestal que puede acabar siendo base de una vulgar televisión o atrezo de peli porno de presupuesto cutre. ¡Somos fundamentales!

-Comenzó su oficio de pedestal con una estatua que terminó por los suelos...

-¡Pero después de tantos lustros me seguirá persiguiendo el mundo por algo que no tuve ni arte ni parte! Mire, un pedestal nunca desvela información de su estatua aunque ésta sea la de un vulgar prevaricador que con el cuento de trabajar por el progreso pues progresó a costa de los trabajadores. Además, en ningún momento fui objeto de vejación, escarnio y destroce como la estatua. Es una página de mi pasado de la que no me siento orgulloso pero es como el nacer, como el nacer mismo que según donde nazcas pues mejor o peor te mueres. ¡Ay, si nos pusiéramos a investigar el pasado de pedestales, incluso aquellos que se dan aires de grandeza con miles de años de antigüedad! ¡Ay!

-¿Cómo acabó siendo pedestal de club de alterne, ein?

-Fui desmantelado del parque y almacenado durante casi tres décadas. Transcurrido ese tiempo, que parece mucho pero para un pedestal es nada y de hecho desconozco el concepto del mismo tal y como ustedes lo entienden, fui comprado por un empresario de clubs de alterne y tuve el honor de ser pedestal de Afrodita durante un buen puñado de años. Era hermosa, una reproducción por supuesto, pero aquello degeneró con un cambio de propietario y retiró la estatua y me reciclo a una especie de pedestal de gogotera cutre. No quiero entrar en detalles pero durante una trifulca terminé siendo lanzado como objeto arrojadizo...

-¡Es fascinante!

Finalmente terminé tirado en un contenedor donde fui recogido por un sin techo que me mal vendió por cuatro perras a un tipo curioso, casi rayando en el síndrome de Diógenes, que montaba un tenderete en el rastro de los domingos donde fui adquirido por una encantadora pareja de recién jubilados que me llevó a su casita en el campo y serví de pedestal a un hortera y horripilante enanito del bosque, cutre imitación china por cierto. Pero la encantadora parejita de jubiletas no eran tales y se metían unas farras con sus colegas, jubiletas también, que ríase usted de la bacanales romanas, que frenesí y que ritmo de farra. El enanito de jardín acabó hecho añicos cuando el bestia aquel nos embistió con el todo terreno, completamente pasado de farlopa por cierto, y yo terminé amputado de diversos trozos hasta que usted me encontró en su paseo campestre, seguramente terapéutico a juzgar por sus trazas, dicho esto sin ánimo de ofensa.

-¿Qué espera de la vida un pedestal como usted, lisiado, de pasado tormentoso y con más muñones que un pulpo manco?

-Viendo su cara de buen amo, de conocedor de mi historia, triste pero no más que otras, espero que me recomponga los muñones y termine con una hermosa estatuilla a la que servir de pedestal y donde poder luchar por mis camaradas y sus derechos. ¡Un buen pedestal realza la estancia y es un signo de distinción del dueño de la casa, siempre y cuando no caiga en la ordinariez de poner una horterada, claro! Un sitio, en suma , que no es un sitio sino un hogar, un auténtico y cálido hogar de aquel que me recogió del suelo hechizado sin saberlo de la belleza de un pedestal...

-No gaste más saliva ni me dé la turra que lo recogí buscando un buen pedrusco para hacer de cascanueces, oiga.

-¡Gañán! ¡Usted sólo es un gañán!
 
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/
 

 
                                         

 


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