Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
RESCATE EN EL MAR DEL
NORTE (1979)
Volver
al curro tras semanas de confinamiento es la mejor excusa para
aparcar trastos y sentarse a disfrutar de una película entretenida
que es de las que según pasa el tiempo gana en calidad, cosa que
sucede con muchos títulos de la época entre la segunda mitad de los
70´s y al comienzo de los 80´s. Películas con elenco solvente y
oficio detrás de las cámaras con pulso narrativo algo tambaleante
en ocasiones pero que suple la falta de dinero con dosis de humor y
pizcas de ironía cuando no el reírse de sí mismos, cóctel
agradable al paladar para degustar con tranquilidad y la única
pretensión de pasar una par de horas entretenidas...
El
guión lo firma el autor de la novela en que se basa y está dirigida
por Andrew V. McLaglen con pulso televisivo en ocasiones pero
resueltas las escenas con solvencia. Es 1979 y Roger Moore está en
la cresta de la popularidad, y encasillado ya, gracias a la saga de
007 y previamente popular gracias a la televisión. Está acompañado
por otros dos grandes de la época, grandes como actores de cine y
grandes en popularidad, un James Mason de venerable almirante que con
una mueca ya expresa sentimientos y un Anthony Perkins que hace
olvidar su eterno personaje de Psicosis
porque interpreta a otro personaje atormentado y deshumanizado en su
papel de terrorista. La trama es simple con un secuestro de una torre
petrolífera en el Mar del Norte donde el gobierno británico debe
recurrir a un contratista a sueldo de la aseguradora naviera. No
falta la amenaza de bomba, asesinatos gratuitos y psicopáticos así
como escenas bajo el agua tan en boga de aquella.
En el momento de su estreno no fue valorada en su
plenitud siendo vista como un sucedáneo de 007 en plan chusco,
digamos. Pero es todo lo contrario, Roger Moore se ríe de sí mismo
en un personaje con pintas de barbudo escocés que a la mínima
ocasión le mete un par de lingotazos a la botella de wiskorro que
por algún extraño arcano siempre tiene a mano. Misógino, hoy sería
linchado por el feminismo radical, que considera a la mujer
incapacitada para todas aquellas tareas que no requieran usar la
plancha, el costurero, el horno de la cocina o poner la lavadora.
Experto en contra terrorismo que trata a sus subordinados como si
fuera un capitán ballenero en un buque negrero y que no tolera otra
opción que sí mismo como única opción viable y enfurruñado
porque el gobierno lo dirige una mujer. Hay que tener en cuenta que
la Thatcher acababa de tomar el mando como primera ministra y la
mujer comenzaba a dejarse ver en puestos de mando y responsabilidad
vetados hasta entonces para las féminas.
Roger
Moore está soberbio en sus muecas y lo de su empresa de contratista
de defensa que se dice ahora es de traca. Tras conocerse el secuestro
monta un escenario a base de un entramado de andamios con pinta de
poco seguros y con un par de lonas y cuatro escaleras de pintar de
toda la vida ya tiene montada una réplica del barco de suministros
de la plataforma donde está el grupo terrorista liderado por el
Perkins. La escena en el tren con la mujer fumadora, sus cuchufletas
irónicas a la subdirectora de la plataforma, su confusión con la
chica de la tripulación y la chulería con la que trata a todo el
mundo unido a una autoconfianza digna de un cabezota escocés logran
que Roger Moore haga olvidar a 007.
El James Mason está soberbio en su papel de máximo
almirante que se ve tratado como un grumete por Roger Moore, pero el
Mason infunde a sus personajes una solidez y una credibilidad con
sólo arquear las cejas. Es cierto que vista hoy ha quedado desfasada
en cuanto a ritmo y acción, pero son personajes que hacen olvidar a
otras interpretaciones, algo que lograron como nadie las producciones
británicas de la época. Es una película con encanto que vista
décadas después gana enteros como pieza de un género que estuvo en
boga en aquella etapa de la Guerra Fría donde había organizaciones
criminales ajenas a la misma o como el personaje de terrorista del
Perkins, alguien sin ideología ni ideales, posiblemente miembros de
la secreta en la RDA, algo que visto en 2020 donde el peligro es
terrorista islámico, un virus o la crisis de un sistema, aquellos
eran buenos tiempos porque se sabía quienes eran los buenos, los
malos y los renegados...
Ideal para recordar a tres grandes actores
cinematográficos que eran además populares para el público.The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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