The Adversiter Chronicle

viernes, 8 de mayo de 2020

ENTREVISTA AL PERRO MASCOTA

Protagonistas del confinamiento domiciliario por cuanto eran pasaporte para poder salir a sacarlos para sus necesidades, los perros mascota son los grandes olvidados por los mass media, no tienen reconocimiento a su labor terapéutica durante la pandemia. Entrevistamos para ello a Rucio, perro mascota que ha saltado a la actualidad por sus demandas para el colectivo y que, tras manifestar su opinión al dueño y a las autoridades veterinarias, se encuentra en la perrera municipal en régimen de aislamiento, en una checa según él...

-Fue usted de las primeras mascotas en exigir uso de mascarilla, Rucio
 

-Yo diría que fui la primera en alzar el ladrido contra el riesgo de sacarnos a nuestras necesidades sin protección en el hocico. Tenga en cuenta que ahora con la nueva normalidad, ustedes los humanos vuelven a salir alegremente, pero en las primeras semanas de confinamiento domiciliario fuimos vilmente explotados: paseos a horas intempestivas rompiendo nuestra rutina y biorritmos. ¿Sabe usted como queda el ano cuanto te ponen a defecar y te sacan para ello todos los miembros de la familia cuando por lo general salvo el dueño o la dueña sólo nos quieren para hacer cucamonas, tirarnos cualquier objeto para que por cojones haya que ir a por él una y otra vez, lo sabe? Pues yo sí, te queda el culo abrasado que no te puedes sentar como un perro manda. Somos y fuimos explotados, que lo sepan de una puñetera vez.

-Entre las exigencias que usted demandaba a sus dueños está la de intento de homicidio por inanición, Rucio.

-¡Es de sentido canino común! ¡Si nos sacan cada treinta minutos, que como saben que ya hiciste tus necesidades pues aprovechan parientes y entornos cercanos de los dueños para estirar las piernas! Todo ello conlleva un consumo de energía que debe ser subsanado con aumento de la ración diaria de alimento. ¡Pero si hasta hay casos de entornos aficionados al deporte donde no sólo hacen correr al perro mascota sino que encima a la playa o al río donde te hacen mojarte sudado tras la caminata o carrera! Sólo reclamé que quería más comida dado el desgaste, pues los dueños, carcajeándose, me dan un billete de diez euros para que vaya a comer fuera cuando están todos los restaurantes cerrados y por supuesto los diez euros volaron y me quedé sin dinero y sin comida, así que les mordí. Es una de las causas de mi encarcelamiento actual, pero si discutes con un perro, por muy mascota que sea, te morderá.

-Aparte de morder a sus dueños, creo Rucio que les dejó la casa hecha una mierda con muebles mordidos, cagadas por doquier y hasta se orinó en la ropa de cama...
 

-Porque estaba hasta los colmillos de la falta de comida, que se gastaron un dineral en papel higiénico y cajas de cerveza pero se les olvido mi pienso, así que una semana a dieta de restos de pizza congelada, bazofia vegana desde un punto de vista canino y todo tipo de bizcochos, natillas, rosquillas y galletas caseras que como no tienen ni puta idea de repostería y les sale hecho una auténtica mierda incomestible pus hala, para el perro que traga lo que le echen. Así que me cansé y les mordí. Lo de las cagadas y meadas es normal cuando me han trastocado los esfínter sacándome a mis necesidades cada dos por tres. Así que les mordí otra vez, no por ansia de morder, es que cuando se discute con un perro, por muy mascota que seas, pues hay mordiscos.

-Pero ya tenía antecedentes de mordedor a sus dueños antes de la pandemia, Rucio...

-Porque exigí intimidad y respeto a la sensibilidad canina. Si usted se saca el pene en medio de la calle para orinar o se pone de cuclillas para defecar, le multan y le encarcelan, pues bien, yo pedí que pudiera hacer mis necesidades con el debido decoro. Si usted y su pareja se ponen a tener un coito en medio de la calle o vía pública, le multan y le meten a juicio, sin embargo cada vez que yo tengo un coito a la vista, no puedo porque los dueños exigen ser ellos quienes elijan a mi pareja donde nos encierran en una jaula, a veces en la calle, a dos desconocidos donde se nos exige que tengamos sexo y además reproductivo por no decir que hay hasta energúmenos que nos jalean e incluso se hacen apuestas de cuánto dura el coito, deprisa y corriendo, nerviosos ambos. Entonces, como los humanos no quieren escuchar, pues les mordí. ¡Y volvería a hacerlo! ¡Sufro de eyaculación precoz por culpa de mis dueños y por ello cada vez que puedo les muerdo y les volveré a morder! ¡Y si me sigue entrevistando le muerdo!

-¡Pues hala, mordisquea estas galletas rancias que te traigo y deja de ladrar!


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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