El sueño de bajos niveles de contaminación durará lo que dure la pandemia aunque sea hermosa la ciudad sin su boina de contaminación y desde el acantilado luce hermosa bajo los rayos del sol. El sueño de avenidas urbanas convertidas en vergel libre de contaminación del tráfico durará lo que dure la nueva normalidad y se vuelva a la rutina consumista, la comodidad de ir en coche particular...
Lo bueno que tiene la esperanza en estos casos es que cuando todo esto termine habremos cambiado sutilmente y podrán ponerse unos ladrillos a la realidad para que sea de ensueño. Si no somos capaces de llevar una mascarilla cómo pensamos que seremos capaces de renunciar a nuestras comodidades cuando el virus sea historia...
El mundo cambiará como ha hecho ya dos veces en este jovenzuelo siglo en 2001 y en 2008, cambios rápidos y sutiles, recordemos cómo era viajar en avión hasta el 11-S, recordemos la alegría inducida por el consumismo a pagos aplazados y recordaremos la alegría de recuperarnos de una crisis hasta que nos llegó ésta de ahora, distinta y extraña donde no apreciamos las ventajas de no ser una guerra entre humanos, pero mientras rendimos homenajes al gremio médico y los demás gremios que nos hicieron pasar un cómodo confinamiento domiciliario también les relegamos al olvido cuando nos lanzamos en la nueva normalidad a mezclarnos unos con otros sin respetar las normas de distancia social...
Puede que estemos en la nueva normalidad pero seguimos tan anormales como en la vieja.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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