Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje al cajero en
estado de alarma y confinamiento domiciliario
El
viajero sale del portal y se para un momento, saboreando el vacío en
el asfalto, para percatarse de que el paisaje urbano oprime cuando,
como ahora, está vacío de sus transeuntes, del tráfico. Pero el
viajero ya no puede eludir por más días acudir al cajero para
solventar un par de pufos ineludibles...
Hay
mucha gente con mascarilla pese a que no son obligatorias y hasta se
puede ver a alguien con mascarillas que más parecen equipos
autónomos de respiración en el espacio exterior, con dos enormes
filtros que más parecen de lavadora que de nariz y boca, algún
resto de material de trabajo reconvertido a mascarilla que da a su
dueño aspecto de tropa imperial...No hay cola en el cajero y, pero tarde, el viajero lee la recomendación de que se usen guantes. Mira el viajero su dedo índice con el que tecleo su clave y no sabe qué hacer con él a la vez que le comienza un intenso picor a un lado de la nariz que hace que el viajero entre en pánico...
Intenta el viajero teclear con el llavero hasta que se cae de la burra y logra discernir que la pantalla táctil recibe ese nombre porque se usan los dedos y no herramientas de todo tipo y pelaje que lleve el viajero a mano en el bolsillo...
En plena faena de tecleo en la pantalla táctil, siente el viajero a un molesto chucho que lleva de la correa un transeúnte, no se inmuta ni se mueve el viajero pero el chucho sí para entrar en trayectoria de colisión con las piernas del viajero que debe apartarse un poco mientras el transeúnte se acerca al viajero que siente el aliento del dueño del chucho en el cogote al no respetar éste la distancia de distanciamiento social que ordenan las autoridades...
El viajero ya no puede más entre el picor de la nariz, el dedo índice posiblemente convertido en colonia de primavera de los virus, su nuca en destino de vacaciones para los gérmenes presentes en el aliento del transeúnte y bacterias presentes en la pantalla táctil y emprende raudo cual cabra legionaria el camino de regreso donde debe parar en el kiosko y que dispone de líquido desinfectante a la puerta...
El viajero manda a hacer puñetas la poesía del paisaje, el asfalto, la naturaleza o las piernas de la vecina, sólo piensa el viajero en una cosa, sólo una cosa piensa el viajero, llegar a casa y meterse bajo una ducha jabonosa...
Pero ese, ya es otro viaje.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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