The Adversiter Chronicle

jueves, 23 de abril de 2020

DIARIO DE LA GUERRA DEL CORONAVIRUS por A. Nónimo

Jueves 16 de abril

Día de la compra, me levanto temprano, aunque no mucho, para evitar colas y encontrar productos. Hacía mucho tiempo que no me alegraba salir a la compra y se agradece la brisa en el rostro, estirar las piernas y caminar. Pero nos evitamos unos a otros a distancia recomendada aunque siempre hay asilvestrados. En la cola de caja, un jubilado cuyas apariencias eran de ejemplo de persona vulnerable a morir por el virus si se contagia, se me acerca a distancia de contagio y me escupe que para qué tanta distancia. No he discutido ni dicho nada, tal vez sea un poco mochales o esté simplemente desconcertado ante una guerra diferente a las anteriores, pero irrita profundamente ver que el prójimo se salta las normas de confinamiento y distancia social. Pero fue agradable el paseo de ida y vuelta hasta que sobreviene una extraña congoja ante las calles vacías, poder cruzar con el semáforo en verde para los coches. Sin embargo hay tráfico en la avenida y debo esperar a que tenga paso. Miro a las ventanas colindantes y observo personas mirando al exterior, unas como que trajinan en la terraza pero mirando la calle, otros detrás de las cortinas y alguno que, como hago yo, fuma en la ventana con la vista perdida mientras una patrulla de la policía pide documentación a un peatón con pintas de dar un paseo sin causa justificada...
Ha pasado el primer mes y el miedo hace acto de presencia. Es el miedo al miedo, el miedo ante una situación anómala que se prolonga. Se manifiesta en escritos dejados en el portal, en pintadas en sus coches. Tienen miedo al contagio y llaman hijos de puta o hijas de puta a quien saben que es sanitario y vive en el edificio, forma parte de la comunidad de vecinos, al menos formaban hasta ser personas no gratas. Produce rabia e impotencia, pero sólo es miedo que hace agruparse al rebaño y tratar de expulsar al apestado. Que injusto, pero que humano como ha ocurrido siempre en épocas de pestes o de guerra destructiva, pero que injustos somos con nuestras tropas de choque...
Me acuesto recordando la sonrisa de la cajera del supermercado, me dio las gracias cuando acabé de pagar, le respondí que gracias a tí, que estás ahí, gracias...
No duermo. Tardo en conciliar el sueño y esta noche me da por pensar en cómo perder el sobrepeso que estoy ganando y pienso en hacer gimnasia de confinamiento, pero me fatigo sólo de imaginarlo...
Cierro los ojos, pero no se cierran los pensamientos.


Viernes 17 de abril

Día de bajón. Dejé sonar el despertador pero seguí durmiendo, ese dormir sin sueño donde te agarras a las sábanas y, aunque duermes, no descansas pensando que hago mal, que debo seguir la rutina para no caer en la galbana del confinamiento domiciliario...
Me dio por llamar a una vieja amistad de años pero que no solíamos vernos más que unas veces al año para tomar un café. Ha fallecido hace dos semanas y le enterraron como se entierran a los muertos en esta guerra, sin despedida ni protocolos de tanatorio. Doy gracias de que mi entorno sigue bien, pero sigue la sangría diaria por centenares...
Muy entre líneas, se habla en algunos medios y en algunas solapadas declaraciones de que recuperar la normalidad antes de fin de año será difícil. Se planean planes para que la infancia pueda salir a tomar el aire, supongo que si se autoriza y luego se contagian y hay problemas entre la infancia echarán la culpa a quienes ahora se la echan por la prohibición. Viendo algunos comportamientos, declaraciones y hechos, da la impresión de que aún no estamos concienciados del todo de la terrible situación a todos los niveles en que nos encontramos. Yo prefiero que me digan que hasta diciembre habrá restricciones y que ahora mismo es muy arriesgado, a niveles no tolerables, levantar el confinamiento por razones de aburrimiento en nombre de la infancia cuando son los adultos quienes ansiamos salir...
Presidente y líder de la oposición se reúnen el lunes, sin prisa, sin pausa, con calma casi chicha... ¡Ya deberían llevar días reunidos! ¡Nuestros compatriotas mueren a centenares, se contagian y todos arrimamos el hombro, todos cumplimos las jodidas normas pero tienen que esperar hasta el lunes! ¡El lunes serán probablemente ya 20.000 españoles muertos de todos los rincones del Reino! Pero qué esperar cuando el resto de naciones y sus gobernantes aún siguen meditando qué hacer...
Estos huevos no han cocido bastante, seguimos blandos y sin consciencia del reto y la gravedad del mismo. Nueva York es sacrificada por el presidente Trump y las democracias se debilitan en Europa a cada día de parte de bajas...
Me acuesto en esa tristeza de toda cama sin hacer, revuelta con la ropa extendida en un día de galbana, de bajón anímico y rabia de una cada vez más mayor impotencia ante el abrumador día a día sin recordar que estoy bien, los míos también, tengo de todo como techo, alimentos y comodidades del hogar, pero me agobio todos los días y me acuesto esperando que mañana me levante mejor...
Aunque miro el despertador y ya pasan casi cinco horas de un día más.


Sábado 18 de abril

20.000 muertos, 20.000 bajas, que se dice pronto. He tratado de imaginarme, de proyectar en mi mente los 20.000 ataúdes. Ataúdes de madera, bolsas de cadáveres, cuerpos cubiertos por una sábana, despedidas sin duelo, despedidas sin despedida...
Ha comparecido el Presidente en televisión: pedirá aprobar más confinamiento hasta entrado mayo. El resto, buenas propuestas pero anticipadas en su anuncio, algo que ya parece una constante del Gobierno. Pasó con el Valle de Los Caídos y la momia del dictador, a bombo y platillo para prolongarse meses cuando debió anunciarse con menos antelación y más hechos consumados. Habla de levantar el confinamiento parcialmente para que la infancia pueda salir a la calle aunque sea una hora al día. Lo mejor sería aprovechar los territorios insulares de Canarias para ensayar los fines parciales del confinamiento y seguir la evolución del contagio, el Gobierno de Canarias así lo ha solicitado...
Hay compatriotas que aún esperan un mañana como el de ayer a pesar de que la propaganda ya deja caer que es un mundo acabado y saldremos del confinamiento en uno nuevo y distinto, aunque en un primer momento no seremos conscientes del cambio, alegres de la victoria...
Cuento ovejas, cuento ataúdes, pero no logro conciliar bien el sueño.


Domingo 19 de abril

Al asomarme a la ventana para ver qué día hacía, se cruzó mi mirada con la mirada infantil tras otra ventana de un edificio de enfrente. Tras un par de segundos, alzó su mano abierta y me saludó como si me conociera de toda la vida. Yo le devolví el saludo pero antes de que obtuviera una respuesta que alargara la comunicación, giró la cabeza y se alejó de la ventana...
Pero era un sueño y despierto empapado en sudor. Tengo sueños extraños que siempre trato de razonar como residuos que mi mente desecha aprovechando el sueño. Pero parecen tan reales...
Hoy menos muertos que ayer aunque sigan cayendo a centenares. Mensajes optimistas de la propaganda pero no dicen abiertamente que el confinamiento, con sus distintos grados, durará al menos hasta las navidades, esa fecha mítica en toda guerra en su primer año cuando las tropas marchamos alegres a la batalla...
Trato de leer para conciliar el sueño pero leo mientras mi mente piensa en otras cosas. Tres veces he comenzado la página pero me abstraigo, estoy tenso, estoy cansado, estoy que ya no estoy...
Estoy despierto, cuando ya quisiera estar durmiendo.


Lunes 20 de abril

Los muertos han bajado de cuatrocientos, lo cual es una buena noticia y parece que las UCI comienzan a tener menos ocupación, pero hay cierta relajación en el ambiente. Supongo que es por el permiso, cada día más cercano, para que salga la infancia a refrescar en el asfalto, pero aún no hay reparto de mascarillas a la población, eso sí se regula el precio...
En territorio canario abogan por ir levantando el confinamiento y albergan esperanzas con el turismo aún. Si la cosa pintara óptima tal vez el turismo nacional porque de momento los vuelos comerciales están cancelados y en Alemania alertan de no reservar vacaciones. No estamos mentalizados para un verano en confinamiento, esa es la triste realidad...
Otro medio kilo de lorzas, ya no me preocupa ni obsesiona, mi mente se escabulle a la propaganda optimista, pero costará perder estas grasas de confinamiento, me preocupa el tema de cortar el pelo y creo que tendré que adquirir una maquinilla pero los plazos de entrega son de semanas, aún así no me quedará otra porque tiene pinta de que las peluquerías seguirán cerradas al menos hasta entrado mayo, ojalá me equivoque...
Es lunes como podría ser miércoles o incluso viernes, pero cuesta dormir como cualquier noche de cualquier día...
Son todos los días iguales.


Martes 21 de abril
 
Sube el número de fallecidos...
Movida con el tema de que la infancia pueda ir acompañada a farmacias, sucursales bancarias y supermercados pero no al parque. Cuesta creer que el comité de expertos asesorara en tales instrucciones delirantes. Lo normal sería lo contrario, poder pasear por un parque, no meterlos en recintos cerrados donde no se podría respetar la distancia social... Es un completo disparate y seguro que rectifican...
Se sigue dejando caer que algunos territorios, lo mejor sería decir municipios, podrían tener distintos grados de confinamiento. Parece lógico y Canarias parece que será el prototipo, pero sin mascarillas disponibles para distribuir a la población todo son proyectos de futuro. La normalidad, en el mejor de los casos no volverá hasta fin de año y sin vuelos comerciales será difícil tratar de salvar el año turístico. El petróleo se amontona en los depósitos y el barril toca fondo en cuanto a precio. Unos cuantos millonetis verán menguados sus dividendos...
Creo que nos estamos relajando en el sentido de albergar esperanzas de que en un par de semanas volveremos a las calles y el trajín, menos que antes pero más que en confinamiento, en mi caso trato de pensar en el día a día. Para qué albergar esperanzas cuando las decisiones se corrigen tras anunciarlas, en el exterior la situación camina a catástrofe en Reino Unido y EEUU mientras que China no acaba de recuperar la normalidad. Tengo la desagradable sensación de que durará todo un año antes de la vuelta a la normalidad plena y, aún así, me parece un plazo corto a tenor de la información actual...
Cierro los ojos, cierro la mente.


Miércoles 22 de abril

Al levantar hoy la persiana, me ha venido el agradable pensamiento de que será estimulante y una inyección de optimismo ver infancia en las calles. El Gobierno ha corregido las delirantes instrucciones...
Parece que hay desacuerdo a la hora de contabilizar las muertes. Supongo que será cosa de los vivos ya que los muertos no pueden escabullirse por su propio pie para esconderse y no ser contabilizados. Es una de esas cosas que no se entienden salvo que seas lugareño, ya no digo compatriota que parece ser un concepto demasiado vanguardista para las vanguardias de la modernidad que siguen ancladas en el pasado. Algún vivo, u varios, han escamoteado las cifras y habrá que pedir responsabilidades y corregir para el futuro estos desfases, sería lo apropiado. Ya es suficiente tener que no despedir como Dios manda a nuestros muertos como para que encima sean escamoteados de las cifras para que algún vivo cubra el expediente. Tal vez sea que los muertos ya no votan, consumir tampoco pero también lo sufrimos los vivos...
Desempolvo un viejo vinilo y, al fin, siento el sueño entre estrofas de una canción...
Dormir, quizá soñar.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/
 


 
                                                       

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