Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
THE MECHANIC (2011)
Apetecía
ver una de acción que no fuera añeja o un revival de viejas glorias
con acción al estilo de los 80´s y de paso observar a Jason
Statham que se ha elevado a estrella del arte de repartir mamporros,
romper rótulas y utilizar cualquier cachivache a mano como arma
ofensiva en películas que no dejan de ser correctos productos del
género que le han permitido hacerse un hueco y se verán el día de
mañana como se ven hoy las de ayer tipo El justiciero de la noche
siendo un digno heredero y sucesor de distintos tipos de justiciero
reunidos en su persona.
Por un lado mantiene el hieratismo de los personajes de
acción de Bruce Willis donde un leve movimiento del labio, casi
imperceptible pero magnífico en su densidad, que le hace pasar de
rostro de cara de haba o de asesino rabioso a cínico que se ríe de
su propia mierda y los ojos reflejan que ya está pensando en
matarte. Tiene la rabia y el afán de un Charles Bronson así como
habilidades acrobáticas de un Wesley Snipes y una fanfarría de
golpes y llaves que destilan esencia de Steven Seagal pero sin turras
movida zen o rollo budista siendo la relación de sus personajes con
el sexo femenino una versión del Stallone pero con su propia
personalidad, ya digo que esencia de otros en uno.
Pero la grata sorpresa fue ver en el reparto a un actor
que nos tiene enamorados al equipo de cata cinematográfica: Ben
Foster. Le hemos visto de pistolero psicópata en el lejano oeste, de
abnegado y realista miembro de operaciones especiales en Afganistán
y de delicioso psicópata adolescente en aquella del secuestro de la
familia de un contable de la mafia para esforzados trabajos de
rescate por parte del bueno del Bruce Willis y donde ya prometía lo
que estamos disfrutando con sus actuaciones.
Lo cierto es que es su presencia lo que anima y pone a
prueba al Jason Statham, una película cuyo argumento ya está visto
otras veces: el rollo del aprendiz que mata a su maestro y pasa a ser
ídem de un aprendiz que busca venganza. Es uno de esos actores que
en circunstancias normales acaban encasillados en el mismo papel una
y otra vez hasta quedar relegado al olvido como anécdota hasta que
la palman o triunfan ya en su casi retiro laboral en una serie
televisiva. Y es cierto que puede decirse que sus personajes siempre
muestran alguna tara psicológica que su rostro favorece, pero cada
personaje aún siendo lo mismo, los enriquece al estilo y frescura de
Robert De Niro en sus años mozos...
Redondea el reparto, muy masculino como mandan los
cánones del subgénero, el entrañable de Donald Sutherland cuya
presencia absorbe el objetivo de la cámara con un pelo y barba
plateadas que en lugar de mostrar la decrepitud del paso del tiempo
que tanto destroza a actores y actrices muestran al igual que el
Clint Eastwood que han llegado plenos a la tercera edad y saben que
la vida es una carrera por etapas sin tratar de buscar el elixir de
la eterna juventud que convierte las caras en máscaras, como la que
estuvo buena, de Meg Ryan por citar un patético ejemplo...
Sublime como siempre el Sutherland.
El
mayor atractivo del film, un correcto producto de acción para
entretenimiento del espectador, está en los primeros treinta minutos
de metraje donde se nos sirve una ración de ultraviolencia visual
que no se veía desde los tiempos de La Naranja Metálica y
el inolvidable tratamiento Ludovico con
un Ben Foster sublime cuando va a cumplir su primer encargo como
mecánico, eufemismo que esconde ser un asesino profesional con una
fanfarria de paliza a manos de un fornido colega y además pervertido
invertido, una auténtica ensalada de hostias como no se veían,
reitero, desde la peli del Kubrick.
Película para pasar un buen rato que si bien no será
un clásico sí que reúne todos los ingredientes para al menos
recordarla a lo largo de la existencia vital donde dos actores de
distinta idiosincrasia se complementan e interaccionan haciendo las
delicias de los aficionados y que no chirría para el espectador
casual que gusta de mamar de otros géneros pero que de vez en cuando
les gusta paladear un poco de acción pura y dura con reparto
solvente, estrellas que no defraudan y efectos digitales muy buenos
porque logran lo que debe ser todo efecto especial: pasar
desapercibido hasta que recuerdas o vuelves a ver la película.
No olvidéis las palomitas.The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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