Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Libro: La
Europa transformada 1878-1919
Autor:
Norman StoneEditorial: Siglo XXI de España Editores, S. A.
Traducción: Mari-Carmen Ruiz de Elvira
Edición: Primera edición en español, enero de 1985
Apasionante libro para revisar el interesante periodo
histórico europeo que va desde el último cuarto del siglo XIX hasta
1919 donde el mundo y la sociedad se habían transformado
configurando el escenario para la Segunda Guerra Mundial.
Lo más curioso es la similitud, salvando las distancias, con la época actual: un rearme en diversas naciones del mundo, conflictos regionales y convulsión social dentro de unos límites así como una ambición por buscar inversores y mercados. Le unimos los nuevos movimientos neo comunistas con aspiraciones de estados de economía socialista que hacen temblar los pilares del sistema que vende a la ciudadanía lo delirante de las intenciones de estas formaciones y da la impresión de que todo cambió pero todo sigue siempre igual una vez pasados los vapores de las armas...
Con datos de 1985, lo cual indica que están totalmente
desfasados en 2015, puedo deciros del autor que Norman Stone era
miembro del Trinity College, Cambridge, donde enseñaba Historia de
Rusia y de Alemania. Nació en 1941 y se educó en la Academia de
Glasgow y en Cambridge. Pasó varios años en Viena y Budapest
trabajando sobre los últimos tiempos de la monarquía de los
Habsburgo, y desde 1967 estuvo dando clases en Cambridge.
Y sin más verborrea, unos pasajes que os abran el
gusanillo de saber más mediante su lectura:
Cambios...
“Desde
1870 a 1900, Europa cambió a un ritmo mucho más rápido de lo que
nunca había cambiado antes ni, podría argüirse, cambiarían
después. En 1870, la mayoría de los
europeos vivían en el campo,
obedeciendo a sus pastores, sacerdotes o terratenientes. La mayor
parte de ellos no se preocupaban por la política. La mayoría eran
analfabetos y esperaban sólo una vida de extrema austeridad, que
podía acabar fácilmente en una muerte temprana a causa de una
enfermedad o del hambre. En las ciudades, la tasa de mortalidad
superaba la de natalidad, y si en ellas se mantenía la población
era únicamente mediante la importación de habitantes. En el Berlín
de la década de 1860, o en el San Petersburgo de la de 1880, los dos
tercios de la población masculina adulta habían nacido fuera de la
ciudad.”
Rivalidades entre naciones...
La
rivalidad anglorrusa se vio complicada por la nueva disputa
anglofrancesa en torno a Egipto (desde 1882). El gobierno francés se
sentía molesto, dado que los británicos tenían preponderancia en
Egipto, con una presencia militar. Los franceses pidieron en
numerosas ocasiones ayuda a Alemania por esta cuestión, y algunas
veces la obtuvieron, ya que el objetivo de Bismarck era alejar de
Europa los intereses franceses. También Francia e Italia estaban
enfrentados con respecto a Tunicia, donde los franceses habían
conseguido una posición no diferente de la de Gran Bretaña en
Egipto. Hacia el fin de la década, la rivalidad francoitaliana se
vio aún más complicada por una guerra de aranceles.”“
La vigorosa Alemania...
“El
mundo de la industria pesada alemana era un mundo muy feo y muy
próspero. Empresarios y administrativos protestantes, financieros
judíos como Emil Rathenau o Carl Fürstenberg y una mano de obra con
frecuencia católica (y en Bochum o
Gelsenkirchen en buena parte
polaca) reproducían las condiciones casi ideales para el éxito de
las crueles y duras empresas de la industria pesada de finales del
siglo XIX, condiciones reproducidas bastante extensamente en los
Estados Unidos, y, hasta cierto punto, también en Gran Bretaña. En
el Essen de Krupp, al igual que en Pittsburg o Cleveland -donde un
Andrew Carnegie podía reinar sobre una mano de obra en gran parte
polaca-, cientos de miles de hijos de campesinos, llegados por
ferrocarril o barco, procedentes del derrumbamiento de la agricultura
campesina, movían las cuerdas de la industria pesada. En la década
de 1880, la introducción del proceso Gilchrist-Thomas permitió a
esas firmas utilizar el mineral de hierro de la cercana Lorena, y la
industria alemana del acero medró en consecuencia.”
Rusia entra en el siglo XX...
Por
lo que respecta a Rusia, era corriente oír que `si no hubiera sido
por la primera guerra mundial´ habría continuado desarrollándose
al estilo occidental, esto es, en dirección hacia el capitalismo y
la democracia. En todos los países afectados por dicha guerra se
adoptó un punto de vista similar: si no hubiera habido guerra no
habría habido un Mussolini, ni una extraña muerte del liberalismo
inglés, ni un Hitler. En el fondo, tales argumentos, aunque quizá
bastante plausibles, son poco realistas. La obsesión de los estados
europeos en esa época era prepararse para la guerra con Alemania o
llevarla a cabo. Sus formas de librar esta guerra revelaron mucho con
respecto a su carácter. No es un criterio que permita afirmar que la
Rusia zarista hubiera sobrevivido, porque resulta evidente que no era
una sociedad que pudiera responder a los rápidos cambios de la
civilización del siglo XX.”
Los Balcanes...
“En
los viejos tiempos, los croatas habían sido los súbditos más
leales de los Habsburgo. Eran agresivamente católicos y
agresivamente militaristas; habían proporcionado a los Habsburgo el
equivalente de los cosacos, y, al igual que los cosacos, habían
adquirido tierras por ello. Disfrutaban de algunos derechos,
garantizados en 1868, frente a sus
gobernantes húngaros. Estos
derechos no fueron respetados, y los valientes croatas respondieron
dividiéndose. Algunos querían apelar al viejo absolutismo de los
Habsburgo; otros confiaban en la Ilustración húngara (confianza que
se vio defraudada en 1908, cuando los húngaros, afirmando la
primacía de su idioma en los ferrocarriles de Croacia, excluyendo de
los puestos de trabajo en ellos a los croatas). A medida que el país
se iba desarrollando en el último tercio del siglo, iba surgiendo un
elemento radical: un partido campesino, dirigido por Stepan Radic, y
una juventud secularizada. En la Dalmacia dominada por Austria había
croatas, que se sentían a veces oprimidos por la minoría italiana
de las antiguas ciudades venecianas del Adriático. Estos croatas
hablaban un lenguaje todavía más radical que el de sus compatriotas
en Croacia.”
Consecuencias de una guerra mundial...
"Es
innegable que Finlandia, Polonia, los estados bálticos y Lituania
-todos los cuales diferían de los rusos en su religión y en muchas
de sus costumbres- se hicieron realidad sobre el terreno.
Ciertamente, algunos de ellos estaban inmersos en una guerra civil
entre derecha e izquierda, cuyo resultado fue decidido en Finlandia
en 1918 por la intervención de un ejército alemán al mando del
general Von der Goltz. Pero no hay duda alguna de su deseo de
separación. En las circunstancias creadas por el tratado de
Brest-Litovsk estas naciones resurgieron, con guarniciones alemanas,
aunque en la mayoría de los casos tuvieron que esperar a la retirada
de los alemanes para obtener la independencia oficial.”
Lectura muy recomendable que lo mismo sirve para mesita,
el turno de noche, retiros espirituales en acantilados al borde del
mar o simplemente para ver que cien años después los problemas que
eran entre europeos ahora son globales. Nada de regalar a la suegra
porque igual se entera de que tiene el mango de la sartén económica
de su pensión e igual despide a la chacha y nos pone a servir la
mesa, cosas del capitalismo.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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