The Adversiter Chronicle

jueves, 13 de febrero de 2014

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre


Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro: Breve Historia de los Estados Unidos
Autor: Samuel Eliot Morison , Henry Steele Commager y William E. Leuchtenburg
Editorial: Fondo de Cultura Económica – México
Traducción: Odón Durán D´Oion, Faustino Ballvé y Juan José Utrilla
Edición: Tercera edición en español, segunda reimpresión 1993

Ahora que soplan vientos de federalismo tanto a nivel europeo como de países miembros, nada mejor que repasar la historia de la nación que sirve de troquel para el resto del mundo civilizado y consumista: los Estados Unidos de América.

Nacidos a la sombra de la rebelión ante la injusticia e ignorados como súbditos, surgen de unas colonias inglesas en el Nuevo Mundo los cimientos basados en la igualdad ante la ley, el reconocimiento de los méritos sin reconocimiento de coronas por la gracia de Dios y el génesis del mundo económico y comercial en que vivimos.
Samuel Eliot Morison (Boston, 1887-1976). Historiador estadounidense que fue reconocido con dos premios Pulitzer (1943 y 1960). Se educó en la escuela St. Paul en Concord y realizó estudios superiores en la Universidad de Harvard, donde obtuvo el título en 1912. Más tarde viajó a Europa para completar su formación en París. Sirvió en el ejército americano durante la Primera Guerra Mundial y en 1915 comenzó a dar clases de historia en Harvard. Desde 1922 también fue profesor de historia americana en la Universidad de Oxford, donde trabajó hasta 1925, año en que se convirtió en profesor a tiempo completo en Harvard. La docencia y la escritura de libros ocuparon su inquietud profesional Durante la Segunda Guerra Mundial también estuvo en el frente del ejército como oficial en doce barcos de reserva. Allí redactó las crónicas de las batallas de la armada norteamericana. Precisamente, durante la contienda consiguió su primer Pulitzer (1942), con un libro biográfico sobre la figura de Cristóbal Colón: Admiral of the Ocean Sea. Recibió el grado de teniente coronel y se retiró de la armada en 1951 con el título de almirante.

Henry Steele Commager (octubre 25, 1902 hasta marzo 2, 1998) era un americano historiador que ayudó a definir el liberalismo moderno en los Estados Unidos durante dos generaciones a través de sus cuarenta libros y 700 ensayos y reseñas. Ganó la atención como uno de los intelectuales liberales más activos y prolíficos de su tiempo, y basó su activismo en apoyo de las causas que abogaba.  En los años 1940 y 1950 se destacó por sus campañas contra los ataques y los abusos de poder del gobierno en contra de los liberales / the-un ala izquierda abuso político conocido como el macartismo. Más adelante en su carrera, él se opuso a la guerra en Vietnam, y fue un elocuente y enérgico crítico de Presidentes Lyndon B. Johnson , Richard Nixon y Ronald Reagan , y de lo que él pretendía era el abuso del poder presidencial en cada una de sus partes.

William Edward Leuchtenburg (28 de septiembre de 1922, Nueva York ) es William Rand Kenan Jr. profesor emérito de historia en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y un destacado estudioso de la vida y carrera de Franklin Delano Roosevelt. Recibió su licenciatura en 1943 de la Universidad de Cornell , donde fue instalado en el Phi Beta Kappa Sociedad. Más tarde recibió su doctorado de la Universidad de Columbia en 1951. Leuchtenburg es el autor de más de una docena de libros sobre la historia del siglo XX incluyendo el Premio Bancroft.

Repasando las distintas presidencias asistiremos a la expansión por el oeste, incorporándose al concierto de las grandes potencias, salvando el culo a Europa en dos ocasiones y finalmente tratando de encontrarse a sí misma tras la guerra de Viet-Nam.

El libro abarca desde el descubrimiento del Nuevo Mundo hasta la llegada al poder de Ronald Reagan con una URSS mostrando su músculo militar en Afganistán, un gobierno islamista en Irán y sin cerrar del todo la herida a la democracia del Watergate...

Como siempre, unas breves pinceladas que os inciten a su lectura:

Bajo la Corona británica...
La `saludable indiferencia´ de Inglaterra, que, según afirmó más tarde Edmund Burke, fue una de las principales razones de la prosperidad norteamericana, no fue nunca tan evidente como en los veinte años que transcurrieron de 1640 a 1660. La Guerra Civil y otras conmociones que durante de 1641 a 1653, cuando Oliver Cronwell fue nombrado Lord Protector de la comunidad inglesa, permitió que los tres grupos de colonias tuvieran una posibilidad de desarrollarse a su modo, con un mínimo de influencia de la madre patria; Cronwel decidió intervenir muy poco. Cuando la intervención se hizo amenazadora, colonias tan apartadas entre sí como Massachusetts y Barbados mantuvieron firmemente sus
privilegios. La asamblea de Virginia, que proclamó rey a Carlos II después de enterarse de la ejecución de Carlos I, capituló sin resistencia a una flota enviada por el parlamento en 1652, y en cambio se le permitió elegir al gobernador y el concejo. En Maryland, única colonia en que los acontecimientos ingleses se tradujeron en guerra civil, triunfó al fin Lord Baltimore.”

Jefferson...
Cuando Jefferson ocupó su cargo de secretario de Estado, no pasaba por su mente la idea de fundar un partido político. `Si no puedo ir al cielo sin tener un partido, renuncio a ir´, escribió en ese año. Pero su nombre y su reputación lo habían ligado ya indisolublemente al partido cuyo primer jefe fue él.

Jefferson tenía veinte años más que Hamilton y mucha más experiencia en la administración. Y era mucho más versátil. Fue indiscutiblemente el primer arquitecto norteamericano de su generación. Monticello, su mansión de Virginia, diseñada por él y ubicada en un soberbio lugar sobre una colina, ante el Blue Ridge, sigue siendo una de las posesiones campestres más admirables del país. El mejor grupo de edificios de la región en la cercana Charlottesville, fue diseñado por él.
Jefferson escribió acerca de neoplatonismo, de la pronunciación del griego y el anglosajón, del futuro de las máquinas de vapor, de arqueología y de teología. Pero había un tema en que era ignorante, y tal tema era la especialidad de Hamilton: las finanzas. Hamilton deseaba la concentración del poder, y Jefferson la difusión. Hamilton temía la anarquía, y sus pensamientos se basaban en la idea del orden; Jefferson temía la tiranía, y sus ideas se basaban en el concepto de la libertad. Hamilton creía que el gobierno republicano sólo podía triunfar si lo manejaba una clase gobernante. Jefferson creía que el republicanismo requería una base democrática.”

Pánico económico...
Hacía apenas dos meses que Cleveland estaba en el poder cuando se suscitó el pánico de 1893. La larga depresión agrícola que empezó en 1887 mermó seriamente la capacidad adquisitiva de un amplio grupo de consumidores y también afectó seriamente los ingresos de los ferrocarriles. El colapso del mercado exterior, debido a la crisis de los negocios en Europa y Australia, tuvo serias repercusiones en la industria y el comercio norteamericano. La especulación excesiva, estimulada por la organización de los truts y otras combinaciones, afectó la estabilidad del mundo de los negocios, al paso que los desórdenes sociales, como las huelgas de Homestead redujeron los beneficios y, consiguientemente, el poder adquisitivo. Finalmente, la política del gobierno en la cuestión de la plata le mermó la confianza de las esferas comerciales y fue causa de que muchos acreedores europeos lanzaran sus valores norteamericanos al mercado, absorbiendo el oro de la nación.
En pleno verano de 1893 el pánico estaba en su auge. El ferrocarril Reading quebró a principios de la primavera. En junio quebró el ferrocarril de Erie y seguidamente quebraron el Northern pacific, el Union Pacific y el de Santa Fe. Los bancos reclamaron sus créditos, lo cual tuvo frecuentemente fatales consecuencias para los comerciantes y sociedades que no pudieron hacer honor a sus compromisos. En número de quiebras declaradas en 1893 fue de más de quince mil.”

Era republicana...
Para la primavera de 1952, los norteamericanos estaban dispuestos a escuchar el argumento de los republicanos de que era `tiempo de un cambio´, después de 20 años de gobierno de los demócratas. Los precios eran demasiado altos, había desorden en Washington, y también ansiedad acerca de la subversión; la guerra en Corea se había estancado. Los republicanos tenían, asimismo, un candidato atractivo. Aun cuando los republicanos del ala derecha se unieron tras el senador Taft, el ala más moderada e internacionalista del partido obtuvo la nominación del muy popular general Dwight D. Eisenhower, supremo comandante de la OTAN, que gozaba de un permiso de su cargo de presidente de la Universidad de Columbia; el senador Nixon sería su compañero de planilla. Los demócratas se
encontraron ante la necesidad de escoger un candidato que no fuera identificado con el gobierno de Truman, al que se atribuían escándalos que habían manchado dependencias como la RFC. El senador Kefauver de Tennesse tenía muchos partidarios por su investigación del delito organizado, primer acontecimiento político que atrajo un ávido público de televisión, pero la convención se volvió, en cambio, hacia el gobernador Adlai Stevenson de Illinois, hombre de ingenio, inteligencia y elocuencia que, sin embargo, se enfrentaba a un adversario demasiado poderoso.”

Un actor de presidente...
Y sin embargo, la popularidad de Reagan se desvaneció al quedar cada vez más en claro que su programa económico no funcionaba. Durante la pugna por la candidatura republicana de 1980, George Bush, que después sería el vicepresidente, caracterizó el dogma de Reagan como `economía de vudú¨, y otros advirtieron que si las reducciones en el gasto social quedaban neutralizadas por el aumento del gasto militar, una reducción de impuestos desequilibraría el presupuesto. En realidad, sólo diez meses después de la toma de posesión de Reagan, la Casa Blanca reconoció que preveía un déficit acumulativo de más de $400 000 millones antes de terminar su periodo. Reagan había prometido que su política produciría un auge pero, en cambio, la economía fue cayendo en la recesión. Reagan había hecho su campaña sobre el compromiso de devolver el empleo al pueblo, pero antes de terminar su primer año, el desempleo se acercaba al 9 por ciento, la segunda tasa mensual más alta desde el comienzo de la segunda Guerra Mundial, mientras altas tasas de interés devastaban las industrias de la vivienda y el automóvil. Y sin embargo, pese a estos resultados, Reagan insistió tercamente en
mayores reducciones al gasto social y, en vez de enfrentarse al problema de la recesión, propuso un `nuevo federalismo´para devolver los programas nacionales a los estados. En espíritu, el nuevo federalismo era un regreso a la mentalidad de calhoun y de Jefferson Davis; si se le ponía en práctica, perjudicaría a los menesterosos que ya estaban soportando la carga más pesada de la política de Reagan.”

Libro muy recomendable para comprender mejor nuestro mundo y de paso ilustrarnos sobre la historia de una república donde se reconocieron por primera vez los derechos humanos por encima del vasallaje y la defensa de la libertad individual base de una sociedad libre y que la UE toma como modelo aunque la incógnita es saber si la clase política acepta ese cambio y la mansedumbre sea sustituida por la eficacia a la vez que aprendemos de los errores estadounidense sabiendo sacar lo mejor de sus lecciones...

Y es que a día de hoy, con sus errores y sus aciertos, los Estados Unidos son la última trinchera contra las dictaduras, el totalitarismo y todo sistema de gobierno anti democrático.
 
 
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV

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