The Adversiter Chronicle

lunes, 19 de mayo de 2025

"El sermón de la pradera", por el padre I. N. Mundicia

Una sección del padre I. N. Mundicia en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Ignorar las ocurrencias del párroco auxiliar con las gaviotas

Lo primero, queridos feligreses, es dar gracias por la elección de León XIV como nuevo Papa. En la tienda parroquial ya se pueden adquirir tazas, llaveros, estampitas y camisetas con la efigie del Papa para que os acompañe en vuestro trajín diario. El seguimiento de los funerales de Francisco y el posterior cónclave fueron un éxito de asistencia para verlo en el televisor del local parroquial, aunque sé por el confesionario que Faustino el boticario en realidad había discutido con su parienta que le echó de casa durante dos días con sus dos noches y asistía al local parroquial sólo por pasar la noche bajo techo. Como toda la Cristiandad sabe por verlo en televisión, durante la fumata blanca una gaviota no tuvo otra ocurrencia que ponerse con su polluelo a rondar el tejado de la chimenea del cónclave. Aunque no pasa de simple anécdota y manifestarse el problema de las gaviotas que abandonan sus acantilados de toda la vida para instalarse en los tejados de las poblaciones causando molestias y llegando incluso a lanzarse vorazmente por los pinchos en las terrazas de los locales de hostelería...

Pensaréis que me he vuelto algo mochales disertando sobre las gaviotas y sus perniciosos efectos en los locales de hostelería cuando en este secarral dejado de la mano de Dios, desde el punto de vista de una gaviota, donde no paran ni las cigüeñas por equivocación. La razón de mi disertación es que ya sabéis que el párroco auxiliar, padre Genaro, es bastante inocentón y algo meapilas que al ver la gaviota pensó que era una señal, concretamente una señal del Espíritu Santo transmutado a gaviota en lugar de la tradicional paloma. Bien, pues no se le ocurrió otra cosa que coger el carromato parroquial para llegarse hasta la costa y el muy mendrugo aparece con una pareja de gaviotas y las ha acomodado en el nido del campanario vacante de inquilinos. Dejando aparte el hecho de que las gaviotas no son de secano, ha demostrado esta pareja de gaviotas que son plenamente urbanitas porque se han hecho dueñas de contenedores y amargado la existencia de Rogelio el dueño de la cafetería que amenaza con demandar a la parroquia por daños en su terraza. Fulgencia fue a tirar la basura y terminó metiéndose en el contendor para evitar los picotazos y se rompió la cadera al saltar para protegerse. Lo que no tiene acuse de recibo es que el párroco auxiliar sea objeto de mofa y befa por los guasones de siempre que acaban metiéndome en líos con las autoridades policiales. Se acabó donar comida para las gaviotas del párroco auxiliar y he avisado al monaguillo y al sepulturero para que se doten de los medios necesarios para la captura de la pareja de gaviotas a la mayor brevedad posible para su entrega a quien corresponda para que retornen a su medio natural, aunque no me extrañaría que desparecieran y acabaran siendo caldo de cocido de pollo en el plato del día de su establecimiento, que al Rogelio enseguida se le llena la boca para demandar a la parroquia pero la parroquia también sabe de sus chanchullos gastronómicos, que conste.

Ir en paz y dejaros de seguir la corriente al padre Genaro y sus ocurrencias, posiblemente se le fundió algo la sesera en el seminario y aunque es un buen auxiliar, en ocasiones hay que salir en su auxilio. Si encima los guasones le siguen la corriente, sólo empeoran sus entendederas. No sé qué diantres le echaron en su ponche en la fallida peregrinación a Roma que nunca llegó a salir del concejo, pero desde entonces no rige del todo bien. Confío que sea un efecto pasajero y recobre su normalidad ahora que nos enfrentamos a grandes retos en la parroquia, como organizar el torneo de solteros contra casados en las fiestas parroquiales, hacer inventario de la tienda parroquial y limpiar el motocarro parroquial de las cagadas de gaviota que están perforando el cojín del asiento con su corrosiva composición. Este domingo no habrá bingo parroquial porque no está el párroco auxiliar en condiciones de girar el bombo y cantar los números, se sustituye por una interesante velada de recordar viejos tiempos con Severanda y Salustiano que nos contarán sus batallitas de antaño.
AMEN

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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