CUANDO NOS METEN EN UNA
DISCUSIÓN SOBRE POLÍTICA
A
raíz de la crisis económica del año 2008 y el auge del populismo
al albur del descontento social, cada vez más desde entonces
aumentan las situaciones en que podemos vernos metidos en una
discusión sobre política y el actual estado de polarización y
enfrentamiento político cala en la pirámide social hasta llegar al
populacho. Aclaro que no me refiero a discusiones en el ámbito
familiar y doméstico, me refiero a cuando estando fuera de casa en
un local, no importa del ramo que sea, sin quererlo nos meten en una
discusión sobre política. Siempre ha existido este tipo de
discusiones y sus respectivas composturas del postureo, pero hay que
reiterar que el actual estado de crispación aumenta las discusiones
que en realidad son siempre la misma, o se está con unos o se está
con los otros. Partimos de la típica situación de entrar en un
sitio y ver a un conocido que parece discutir con otro individuo, que
también puede ser conocido. Hay que tener en cuenta que hay un tramo
de edad a partir del cual se pueden distinguir dos tipos de sujetos
discutiendo, que suele a ser horas de mediodía o de sobremesa,
principalmente jubilados que se tragan noticias en radio, televisión
y periódicos y casi siempre se trata de dos antagonistas en sus
posiciones. Se puede caer en la tentación de utilizar una compostura
del postureo para discusiones de fútbol, cierto que guardan ciertas
semejanzas de forma pero no de fondo. Suelen querer meternos en la
conversación cuando ésta ya está adquiriendo tonos de discusión
casi, un método infalible para saber escabullirnos a tiempo es que
la clientela comience a poner distancia con quienes discuten.
Querrán, sobre todo el conocido, que dirimamos la cuestión dando la
razón a uno u otro, lo cual en ambos casos es un error que aumentará
el tono de la discusión con nosotros atrapados entre dos fuegos. El
problema a la hora de adoptar una compostura del postureo es que no
podemos dar la razón a ninguno ni tampoco quitársela porque, como
ya habrán deducido, diga lo que se diga jamás de los jamases dejará
satisfecho a ninguno y pueden aliarse para agredirnos verbalmente
llamándonos de todo menos guapo. Me gusta recomendar composturas del
postureo sencillas y naturales, pero he de hacer una excepción en
este particular caso porque no hay composturas del postureo
alternativas que sean efectivas sin acabar perdiendo una amistad y
ganarse dos enemigos que nos ponen a parir olvidando sus pendencias
sin solución posible. La compostura del postureo consiste en
anudarse un pañuelo a la garganta y hablar como si nos faltara
resuello y farfullando que no nos entiendan, de esta forma pasarán
de nosotros y se fijarán en otro incauto que tenga la desgracia de
comocer a uno de los dos. Quiero finalizar sin olvidar comentar que
hay ocasiones en locales de hostelería que el camarero nos invite a
una ronda por burlar a esos dos pelmas discutidores, si es camarera
puede dar lugar a un poco de conversación que quién sabe en dónde
puede acabar. La compostura del postureo preventiva es estar ojo
avizor y huir como de la peste ante una discusión sobre política
con un conocido involucrado. Y sí, también puede usarse esta
compostura del postureo en las cenas de Nochebuena y Acción de
Gracias, fin del Ramadán y cualquier otra celebración con cuñadas,
cuñados, suegros, suegras y la inevitable infancia repelente
propicias a discutir sobre política.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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