Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
-Orígenes
históricos del terrorismo internacional-
Autor:
Caleb Carr
Editorial:
Ediciones B, S. A.
Traducción:
Jordi Vidal
Edición:
1ª Edición, junio 2002
Hay
libros que siguen plenamente vigentes pese a que haya transcurrido el
tiempo desde su publicación y es el caso de la propuesta de hoy.
Escrito al albur de los atentados del 11-S a las Torres Gemelas, el
autor nos muestra que lo que hoy llamamos terrorismo que mata
indiscriminadamente a civiles inocentes ha figurado a lo largo de la
Historia como una parte más de la guerra. Ucrania y los terroristas
de Hamas nos han traído imágenes de ciudades bombardeadas en sus
barrios residenciales sin objetivos militares y en Israel un ataque
asesino sobre civiles es la misma clase de guerra con la población
civil que se mantiene en las doctrinas militares y que actualmente
designamos como ataques terroristas. Es un repaso somero y conciso
aunque ilustrativo de cómo todos los imperios han atacado población
y objetivos civiles, los intentos de humanizar la guerra evitando
objetos civiles y como en el siglo XX se volvió a la masacre de
civiles y poblaciones de forma indiscriminada con los bombardeos
estratégicos. Por desgracia, actualmente la tesis del libro sigue
plenamente vigente, y seguirá, como puede verse en escenarios de
conflicto en todo el planeta...
Caleb
Carr nació en Nueva York. Licenciado en Historia por la universidad
de esa ciudad, es un reputado especialista en historia militar y
política. Como tal, es editor de la revista `MHQ: The Quartely
Journal of Military History´ y de la colección `Modern Library
War´. Sus escritos políticos y militares han aparecido en numerosas
publicaciones como The
New York Times,
The World Policy Journal y
Time. También colabora
en medios audiovisuales como la televisión y el teatro. También su
carrera literaria como novelista ha tenido una gran acogida
internacional.
Datos
sacados de la contraportada actualizados al año de edición pero
podéis saber más sobre el autor buscando en Internet, y sin más
preámbulo unas breves reseñas que os incitan a su apasionante
lectura:
Roma
imperial...
"No
es sorprendente, pues, que los siglos imperiales de Roma se
caracterizaran no sólo por versiones más severas de las modalidades
de guerra contra la población civil que habían constituido un sello
de la actividad militar durante la República, sino también por unas
tácticas destructivas nuevas y asombrosamente violentas ( y a menudo
también gratuitas). Naturalmente, se ha argüido -sobre todo por
parte de los propios romanos- que el imperio combatía contra tribus
bárbaras, y que sus fuerzas tuvieron que adoptar las tácticas de
sus enemigos si confiaban en triunfar. ( A menudo individuos y grupos
distintos han empleado argumentos similares durante la guerra
contemporánea contra el terrorismo. Pero a parte del hecho de que
los romanos lucharan no sólo contra tribus bárbaras sino también
contra sociedades arraigadas y civilizadas como las comunidades
judías asentadas en lo que ahora conocemos como Oriente Medio, los
líderes romanos ya habían tenido tiempo y experiencia suficientes
para aprender la especiosidad de este razonamiento. En primer lugar,
la guerra punitiva y destructiva contra los miembros civiles de
cualquier grupo que no fuese romano (tribu `bárbara´ o no ) sólo
propició la creación de generaciones con un sentimiento antirromano dentro de ese grupo. Además, Roma rara vez estaba en
guerra con tribus enteras, sino más bien con los líderes
carismáticos que, de vez en cuando, surgían para encabezar la
rebelión de sus pueblos, los cuales, por otra parte, se habían
inquietado a menudo ante la crueldad romana."
Guerras
de Luis XIV de Francia...
"En
Renania, en Cataluña y en el Piamonte las tropas francesas quemaron
granjas, mataron y violaron civiles, destruyeron cultivos y ganado y
robaron lo poco que quedaba con el fin de formar una amplia franja de
tierra alrededor de Francia que sería una zona estéril para los
ejércitos hostiles. El razonamiento oficial para esta tarea se basó
en la misma clase de insignificantes agravios territoriales y
dinásticos que habían afectado Europa durante años, y dieron lugar
no a uno sino a dos conflictos importantes que se parecieron mucho a
esos encuentros precedentes por su brutalidad, su considerable
duración y, finalmente, por el hecho de que la nación que había
exhibido la voluntad más consecuente y determinada de hostigar a los
no combatientes, Francia, perdió la primacía que su monarca tanto
había perseguido. La severidad de Francia no hizo más que
fortalecer a los gobernantes y ciudadanos de los países asolados por
las tropas de Luis XIV; al final, éste fue humillado en la batalla
de Blenheim, en 1704, y tuvo que salvar lo que pudo mediante la
diplomacia y devolver la mayor parte si no toda la destrucción
causada por la insensatez de su reino."
Norteamérica...
"En
ningún lugar se demostró este proceso de un modo más claro que en
Norteamérica. El terror había ocupado siempre una posición
privilegiada en las tácticas militares de la mayoría de las tribus
indias norteamericanas, y esa práctica no siempre era gratuita: las
tribus nómadas no son nunca tan populosas como las comunidades
agrícolas asentadas, y al conseguir sus objetivos políticos
aterrorizando a sus enemigos en lugar de luchar, esas tribus perdían
muchos menos guerreros. La violencia ritual era, dicho sencillamente,
un modo de causar el máximo efecto psicológico ( por cuanto los
estragos violentos que las tribus indias cometían unas contra otras
eran verdaderamente horripilantes) con el mínimo número de batallas
catastróficas. Sin embargo, esas explicaciones fueron inaccesibles
para la mayoría de europeos recién llegados, quienes sólo sabían
que no habían presenciado nunca personalmente tales niveles de
complacencia sangrienta entre su gente. En efecto, en lo que se
refiere a los colonos y comerciantes blancos, las tácticas indias
del terror cumplieron sobradamente con su objetivo. Profundamente
traumatizados por lo que vieron y experimentaron, los blancos pronto
aprendieron a igualar o rebasar las atrocidades indígenas, y no sólo
a efectos psicológicos o ejemplares: el terror europeo contra los
indios en América apuntó primero a la eliminación y después al
exterminio."
EEUU
en Filipinas...
"Mientras
tanto, en Filipinas, Estados Unidos entró en una guerra igualmente
horripilante contra los filipinos que eran lo bastante inocentes
como para creer que los norteamericanos, después de liberarles del
dominio español, les concederían la independencia. En su lugar, las
tropas estadounidenses sometieron a las guerrillas nacionalistas en
una guerra que implicó el hostigamiento y abuso generales de la
población civil por ambos lados. La guerra se emprendió en parte
porque el ordinariamente aislacionista William McKinley experimentó
una sensación de responsabilidad de `levantar´ a lo que el
consideraba los filipinos salvajes. Si bien este sentimiento era
sincero (aunque terriblemente ingenuo), fue explotado también por
aquellos personajes dentro y fuera del Gobierno que ansiaban
desesperadamente una base naval desde la que Estados Unidos pudiera
imponer su `prestigio´, concretamente su reclamación de una parte
del comercio con China. Los antiimperialistas de América censuraron
la guerra y surgió un notable movimiento antibélico. No obstante,
la inmensa mayoría de estadounidenses ya estaban acostumbrados a las
noticias de unos conflictos tan encarnizados a través de las guerras
contra los indios en sus estados y territorios del Oeste, que no
llegaron a su término efectivo hasta poco antes de la campaña de
Filipinas. Básicamente debido a esta situación general -y también
al hecho de que la mayoría de norteamericanos no sabían, en
palabras del humorista Finley P. Dunne, si las Filipinas `eran islas
o comida enlatada´- el agravio moral no llegó a consolidarse en
Estados Unidos y de este modo se conservó el archipiélago."
Guerra
al terrorismo tras el 11-S...
"La
segunda objeción más común a definir el problema del terrorismo
internacional como guerra es el carácter de los propios
combatientes. Es cierto que los terroristas internacionales rara vez
visten el uniforme distintivo o hablan en favor de los intereses de
una nación geográficamente circunscrita; sin embargo, en su
pensamiento, pueden defender unos intereses mucho más ambiciosos.
Los miembros de grupos contemporáneos como Hezbolá, Yihad Islámica
y Al Qaeda se creen defensores de la `nación´ o el `reino´ del
islam en general, y no hay duda de que consideran que ese reino está
en guerra con Estados Unidos. El `reino´ del fundamentalismo
islámico no es tampoco un fenómeno nuevo ni confinado: los orígenes
de lo que puede denominarse lícitamente puritanismo musulmán se
remontan muy lejos, desde mucho antes del movimiento wahhabí del
siglo XVIII, hasta los avances científicos y artísticos del
califato de Al-Mamun. Evidentemente, ésta no es la forma moderna y
evolucionada de un grupo marginal como el de los asesinos, un hecho
del que da fe también la capacidad de los musulmanes
fundamentalistas radicales para entrenarse militarmente, construir un
sistema operativo basado en células que resulta difícil de romper y
dominar las herramientas de la revolución de la información. Ahora
sabemos que los miembros de esas organizaciones residen en docenas de
países (entre ellos la mayoría de los occidentales), que se cuentan
por lo menos en decenas de miles y que se encuentran en un estado continuo de movilización. Como un experto egipcio sobre el tema
comentó hace varios años, `el fundamentalismo está tan globalizado
como la Sexta Flota."
Deliciosa
lectura donde el autor demuestra que lo que hoy se denominan
atentados terroristas sobre la población civil eran antaño, y
actualmente, parte de la estrategia militar. Deja patente que la
mayoría de las ocasiones el ataque a la población civil une más al
enemigo de turno y se vuelven en contra de quienes las aplican.
Bombardeo de zonas residenciales, escolares y médicas en Ucrania y
los terroristas de Hamas utilizando los sótanos de instalaciones civiles como hospitales de escudo humano financiados por Irán y
propaganda cuando son atacados, son un recordatorio al igual que las
guerras étnicas y por el control de recursos naturales en África,
de que no ha cambiado nada. El único pero que le ponemos es que
despacha el Imperio español en cuatro líneas y adjetivos como
sanguinario y cruel, sin darse cuenta de que cae en la leyenda negra
española ya que los conquistadores, con sus métodos de guerra
europeos, también encontraron población indígena como objetivo de
guerra de los imperios inca y azteca, como sucedió a los colonos
europeos en Norteamérica. Libro escrito aún con la perplejidad
occidental tras los ataques terroristas el 11-S y que sigue vigente
viendo el panorama actual y el transcurrido desde su publicación.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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