The Adversiter Chronicle

jueves, 4 de enero de 2024

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro:
Las lecciones del terror 
-Orígenes históricos del terrorismo internacional-
Autor: Caleb Carr
Editorial: Ediciones B, S. A.
Traducción: Jordi Vidal
Edición: 1ª Edición, junio 2002

Hay libros que siguen plenamente vigentes pese a que haya transcurrido el tiempo desde su publicación y es el caso de la propuesta de hoy. Escrito al albur de los atentados del 11-S a las Torres Gemelas, el autor nos muestra que lo que hoy llamamos terrorismo que mata indiscriminadamente a civiles inocentes ha figurado a lo largo de la Historia como una parte más de la guerra. Ucrania y los terroristas de Hamas nos han traído imágenes de ciudades bombardeadas en sus barrios residenciales sin objetivos militares y en Israel un ataque asesino sobre civiles es la misma clase de guerra con la población civil que se mantiene en las doctrinas militares y que actualmente designamos como ataques terroristas. Es un repaso somero y conciso aunque ilustrativo de cómo todos los imperios han atacado población y objetivos civiles, los intentos de humanizar la guerra evitando objetos civiles y como en el siglo XX se volvió a la masacre de civiles y poblaciones de forma indiscriminada con los bombardeos estratégicos. Por desgracia, actualmente la tesis del libro sigue plenamente vigente, y seguirá, como puede verse en escenarios de conflicto en todo el planeta...

Caleb Carr nació en Nueva York. Licenciado en Historia por la universidad de esa ciudad, es un reputado especialista en historia militar y política. Como tal, es editor de la revista `MHQ: The Quartely Journal of Military History´ y de la colección `Modern Library War´. Sus escritos políticos y militares han aparecido en numerosas publicaciones como The New York Times, The World Policy Journal y Time. También colabora en medios audiovisuales como la televisión y el teatro. También su carrera literaria como novelista ha tenido una gran acogida internacional.
Datos sacados de la contraportada actualizados al año de edición pero podéis saber más sobre el autor buscando en Internet, y sin más preámbulo unas breves reseñas que os incitan a su apasionante lectura:

Roma imperial...
"No es sorprendente, pues, que los siglos imperiales de Roma se caracterizaran no sólo por versiones más severas de las modalidades de guerra contra la población civil que habían constituido un sello de la actividad militar durante la República, sino también por unas tácticas destructivas nuevas y asombrosamente violentas ( y a menudo también gratuitas). Naturalmente, se ha argüido -sobre todo por parte de los propios romanos- que el imperio combatía contra tribus bárbaras, y que sus fuerzas tuvieron que adoptar las tácticas de sus enemigos si confiaban en triunfar. ( A menudo individuos y grupos distintos han empleado argumentos similares durante la guerra contemporánea contra el terrorismo. Pero a parte del hecho de que los romanos lucharan no sólo contra tribus bárbaras sino también contra sociedades arraigadas y civilizadas como las comunidades judías asentadas en lo que ahora conocemos como Oriente Medio, los líderes romanos ya habían tenido tiempo y experiencia suficientes para aprender la especiosidad de este razonamiento. En primer lugar, la guerra punitiva y destructiva contra los miembros civiles de cualquier grupo que no fuese romano (tribu `bárbara´ o no ) sólo propició la creación de generaciones con un sentimiento antirromano dentro de ese grupo. Además, Roma rara vez estaba en guerra con tribus enteras, sino más bien con los líderes carismáticos que, de vez en cuando, surgían para encabezar la rebelión de sus pueblos, los cuales, por otra parte, se habían inquietado a menudo ante la crueldad romana."

Guerras de Luis XIV de Francia...
"En Renania, en Cataluña y en el Piamonte las tropas francesas quemaron granjas, mataron y violaron civiles, destruyeron cultivos y ganado y robaron lo poco que quedaba con el fin de formar una amplia franja de tierra alrededor de Francia que sería una zona estéril para los ejércitos hostiles. El razonamiento oficial para esta tarea se basó en la misma clase de insignificantes agravios territoriales y dinásticos que habían afectado Europa durante años, y dieron lugar no a uno sino a dos conflictos importantes que se parecieron mucho a esos encuentros precedentes por su brutalidad, su considerable duración y, finalmente, por el hecho de que la nación que había exhibido la voluntad más consecuente y determinada de hostigar a los no combatientes, Francia, perdió la primacía que su monarca tanto había perseguido. La severidad de Francia no hizo más que fortalecer a los gobernantes y ciudadanos de los países asolados por las tropas de Luis XIV; al final, éste fue humillado en la batalla de Blenheim, en 1704, y tuvo que salvar lo que pudo mediante la diplomacia y devolver la mayor parte si no toda la destrucción causada por la insensatez de su reino."

Norteamérica...
"En ningún lugar se demostró este proceso de un modo más claro que en Norteamérica. El terror había ocupado siempre una posición privilegiada en las tácticas militares de la mayoría de las tribus indias norteamericanas, y esa práctica no siempre era gratuita: las tribus nómadas no son nunca tan populosas como las comunidades agrícolas asentadas, y al conseguir sus objetivos políticos aterrorizando a sus enemigos en lugar de luchar, esas tribus perdían muchos menos guerreros. La violencia ritual era, dicho sencillamente, un modo de causar el máximo efecto psicológico ( por cuanto los estragos violentos que las tribus indias cometían unas contra otras eran verdaderamente horripilantes) con el mínimo número de batallas catastróficas. Sin embargo, esas explicaciones fueron inaccesibles para la mayoría de europeos recién llegados, quienes sólo sabían que no habían presenciado nunca personalmente tales niveles de complacencia sangrienta entre su gente. En efecto, en lo que se refiere a los colonos y comerciantes blancos, las tácticas indias del terror cumplieron sobradamente con su objetivo. Profundamente traumatizados por lo que vieron y experimentaron, los blancos pronto aprendieron a igualar o rebasar las atrocidades indígenas, y no sólo a efectos psicológicos o ejemplares: el terror europeo contra los indios en América apuntó primero a la eliminación y después al exterminio."

EEUU en Filipinas...
"Mientras tanto, en Filipinas, Estados Unidos entró en una guerra igualmente horripilante contra los filipinos que eran lo bastante inocentes como para creer que los norteamericanos, después de liberarles del dominio español, les concederían la independencia. En su lugar, las tropas estadounidenses sometieron a las guerrillas nacionalistas en una guerra que implicó el hostigamiento y abuso generales de la población civil por ambos lados. La guerra se emprendió en parte porque el ordinariamente aislacionista William McKinley experimentó una sensación de responsabilidad de `levantar´ a lo que el consideraba los filipinos salvajes. Si bien este sentimiento era sincero (aunque terriblemente ingenuo), fue explotado también por aquellos personajes dentro y fuera del Gobierno que ansiaban desesperadamente una base naval desde la que Estados Unidos pudiera imponer su `prestigio´, concretamente su reclamación de una parte del comercio con China. Los antiimperialistas de América censuraron la guerra y surgió un notable movimiento antibélico. No obstante, la inmensa mayoría de estadounidenses ya estaban acostumbrados a las noticias de unos conflictos tan encarnizados a través de las guerras contra los indios en sus estados y territorios del Oeste, que no llegaron a su término efectivo hasta poco antes de la campaña de Filipinas. Básicamente debido a esta situación general -y también al hecho de que la mayoría de norteamericanos no sabían, en palabras del humorista Finley P. Dunne, si las Filipinas `eran islas o comida enlatada´- el agravio moral no llegó a consolidarse en Estados Unidos y de este modo se conservó el archipiélago."

Guerra al terrorismo tras el 11-S...
"La segunda objeción más común a definir el problema del terrorismo internacional como guerra es el carácter de los propios combatientes. Es cierto que los terroristas internacionales rara vez visten el uniforme distintivo o hablan en favor de los intereses de una nación geográficamente circunscrita; sin embargo, en su pensamiento, pueden defender unos intereses mucho más ambiciosos. Los miembros de grupos contemporáneos como Hezbolá, Yihad Islámica y Al Qaeda se creen defensores de la `nación´ o el `reino´ del islam en general, y no hay duda de que consideran que ese reino está en guerra con Estados Unidos. El `reino´ del fundamentalismo islámico no es tampoco un fenómeno nuevo ni confinado: los orígenes de lo que puede denominarse lícitamente puritanismo musulmán se remontan muy lejos, desde mucho antes del movimiento wahhabí del siglo XVIII, hasta los avances científicos y artísticos del califato de Al-Mamun. Evidentemente, ésta no es la forma moderna y evolucionada de un grupo marginal como el de los asesinos, un hecho del que da fe también la capacidad de los musulmanes fundamentalistas radicales para entrenarse militarmente, construir un sistema operativo basado en células que resulta difícil de romper y dominar las herramientas de la revolución de la información. Ahora sabemos que los miembros de esas organizaciones residen en docenas de países (entre ellos la mayoría de los occidentales), que se cuentan por lo menos en decenas de miles y que se encuentran en un estado continuo de movilización. Como un experto egipcio sobre el tema comentó hace varios años, `el fundamentalismo está tan globalizado como la Sexta Flota."

Deliciosa lectura donde el autor demuestra que lo que hoy se denominan atentados terroristas sobre la población civil eran antaño, y actualmente, parte de la estrategia militar. Deja patente que la mayoría de las ocasiones el ataque a la población civil une más al enemigo de turno y se vuelven en contra de quienes las aplican. Bombardeo de zonas residenciales, escolares y médicas en Ucrania y los terroristas de Hamas utilizando los sótanos de instalaciones civiles como hospitales de escudo humano financiados por Irán y propaganda cuando son atacados, son un recordatorio al igual que las guerras étnicas y por el control de recursos naturales en África, de que no ha cambiado nada. El único pero que le ponemos es que despacha el Imperio español en cuatro líneas y adjetivos como sanguinario y cruel, sin darse cuenta de que cae en la leyenda negra española ya que los conquistadores, con sus métodos de guerra europeos, también encontraron población indígena como objetivo de guerra de los imperios inca y azteca, como sucedió a los colonos europeos en Norteamérica. Libro escrito aún con la perplejidad occidental tras los ataques terroristas el 11-S y que sigue vigente viendo el panorama actual y el transcurrido desde su publicación.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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