Se
han cumplido los pronósticos y el señor Pedro Sánchez ha superado
la sesión de investidura con el voto de los grupos independentistas
radicales y secesionistas junto a PNV y Coalición Canaria. Una sesión de investidura precedida de los habituales engaños en forma
de discrepancias en las negociaciones del PSOE con ERC y el prófugo
de la Justicia española señor Puigdemont, jugando a despistar en lo
que a primera vista parece una claudicación ya que el partido del
prófugo y ERC no parecen haber asumido ningún compromiso más allá
de votar a favor en la investidura y amenazar desde la tribuna de
oradores en un claro chantaje. En el caso catalán al final es un
asunto de dinero público y en el caso vasco de Bildu avanzar para la
próxima intentona independentista aunque será coordinada la
intentona y simultánea con el independentismo catalán. No lo digo
por incordiar, es que así lo manifiestan y maniobran...
Quienes
más parecen perder a cambio de apoyo para ser presidente son el
Estado y sus instituciones y una sociedad que se ha dividido con
motivo de la amnistía que pretenden aprobar a la carta para que unos
delincuentes vuelvan en olor de santidad independentista libres de
cargos y antecedentes, sin olvidar las regalías económicas que
servirán para blanquear la nefasta gestión de los caudales públicos
en Cataluña bajo la exigencia de cancelar la deuda con el Estado. Y
también servirán, como han servido y sirven, para que el
independentismo radical catalán prepare la siguiente intentona desde
las instituciones adoctrinando y fomentando que Cataluña está
oprimida por el resto del país. Es un hecho evidente y así
manifestado que ERC piensa a medio plazo para recuperar la iniciativa
y el prófugo Puigdemont encaramado como mártir y artífice de hacer
doblar la cerviz al Gobierno del Reino de España. En definitiva,
aprovechar al máximo lo que dure la bicoca de un Pedro Sánchez y un
PSOE que tragan carros y carretas bajo la utopía de que al final se
podrá contener cerrada la caja de Pandora y un lecho de Procrustes
donde se estirará o cortará según convenga a los intereses del
momento del señor Pedro Sánchez que no encuentra reticencia alguna
en un PSOE de talante desconocido, con purgas a quien ose opinar lo
contrario al líder y aparcando al baúl del pasado a quienes
hicieron posible la Transición española y a quienes cayeron bajo el
terrorismo de ETA sin exigir lealtad institucional ni apartar de la
primera línea de la esfera pública a quienes tienen manchadas sus
manos, lo cual ha dado alas a Bildu y sus aliados catalanes.
Durante
todo el proceso de negociaciones se mantenía la esperanza de que el
PSOE como partido reaccionara, al menos que se diera una explicación
más allá del oficialismo de los pasos que se daban. El PSOE parece
dispuesto a poner buena cara a un oscurantismo informativo donde si
se indaga se acusa de torpedear, si se pregunta se responde que no es
el momento. Que Pedro Sánchez es un embustero político ya está
fuera de toda duda y cuando dice que no se pasará de una línea roja
ya es certeza que está dispuesto a saltar la raya y más allá. La
pregunta es cómo la militancia socialista puede quedarse callada
ante la forma de hacer las cosas el señor Pedro Sánchez porque esta
legislatura se prevé aprobar leyes y una amnistía que perjudica los
intereses socialistas en otras comunidades autónomas. Decir que la
ultraderecha es un peligro es tan cierto como el peligro de la
ultraizquierda que apoyó la sesión de investidura y el PSOE con su
militancia colabora a blanquear caducas y derrotadas tesis comunistas
y anarquistas. Al gobernar con el apoyo de unos convierte en factible
el apoyo de los otros. El progresismo regresivo ha logrado
apropiarse de símbolos e ideas para utilizarlos contra el Reino de
España con apoyo de Rusia y perjudicar de paso a la Unión Europea y
la OTAN en su flanco sur.
Se
abre una legislatura apasionante donde los actores deberán quitarse
la máscara, más que nada porque no se fían de Pedro Sánchez sus
aliados parlamentarios y éste espera ganar tiempo hasta las
elecciones en Cataluña y País Vasco. Entre medias, una sociedad
civil que ve con sorpresa el aumento de la crispación en el
enfrentamiento político trasvasado a la ciudadanía, cada vez más
harta del populismo de unos y otros donde parece triunfar siempre la
posición enrocada en la intransigencia de hacer enemigo a quien
piense lo contrario o no comulgue con la imposición del secesionismo
golpista. Si la cosa les sale bien con la anuencia del PSOE inmerso
en el oficialismo Sanchista sin oposición ni fiscalización interna
del Gobierno, el siguiente paso de Bildu y sus socios catalanes
secesionistas es el asalto a la garantía de la unidad de España que
marca la Constitución...
Así
de simple y así de complicado.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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