Me ha impactado la imagen
de la chica con un tatuaje en la pierna tumbada desnuda en la parte
trasera de una furgoneta rodeada de tres o cuatro terroristas, como
cazadores celebrando cazar un jabalí o una gacela. La vida humana
convertida en trofeo de caza. No me quedó claro si seguía viva y en
el fondo, en el instante de ver la imagen, deseé que ya hubiera
fallecido...
Parece que los dioses
exigen una vez más su sacrificio de sangre humana, ya no se hace en
ofrendas ancestrales y en edificios construidos para ello, es en los
campos de batalla y en las catástrofes naturales, siempre cebándose
en los más creyentes que suelen ser también los más pobres...
La guerra se extiende en
conflictos regionales y todo apunta a que irá en aumento hasta ser
mundial, estamos a punto de volver a la Luna y volvemos a la guerra
en la Tierra, una guerra de guerras donde la diplomacia pierde cada
segundo un soplo de fuerza para desembocar en lo ya sabido: victoria
total o derrota total, no hay más caminos...
Las explosiones y el ruido
de los combates siguen sonando lejos en esta parte del globo donde
nos encanta mirarnos el ombligo, regodearnos en nuestro estilo de
vida con prosperidad y oportunidades. No entiendo que me quieran
volver a 1936 o 1973 y me importa un pimiento los argumentos para
ello. En Ucrania se libran guerras de trincheras como en 1914 y la
Franja de Gaza está sometida a un asedio medieval tras un ataque
terrorista donde lo digital ha sido fundamental...
El sueño de que una
guerra evitará que se repita en crueldad ha quedado definitivamente
desterrada, que ya lo estaba en la práctica desde 1945, cada guerra
suma nuevas armas sin desterrar las antiguas que se adaptan a la
tecnología del momento, siempre superando en eficacia mortal a las
precedentes...
Todos y todas somos Israel
de la misma forma que todas y todos somos Ucrania, aún no lo sabemos
ni somos conscientes de las consecuencias, con la esperanza de que se
resuelva todo en una mesa, incluso en varias mesas, de negociación.
Rezar sólo sirve si eres creyente de alguno de los dioses en liza y
aspirar a ser mártir o carne de sacrificio, ni siquiera en eso se
ponen de acuerdo ya que depende del bando de creyentes al que
pertenezcas...
La noche cae y la ciudad
se viste sus galas nocturnas y suena una canción...
Pero no me quito a la
chica del tatuaje y su martirio de la cabeza...
Lo intento y no soy capaz.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
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theadversiterchronicle@hotmail.es
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