Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje a una extracción
de sangre para analítica
El
viajero sale a la calle, hora temprana para sus cánones
madrugadores, y observa la radiante mañana de radiante sol. Acertó
al salir en manga corta, dudó si llevar una chaqueta ligera cuando se
asomó a la ventana para decidirse, parece más tarde de lo que es y
siente la irrefrenable tentación de tomarse un cafelito en un garito
cerca del centro de salud, pero recuerda que debe ir en ayunas por lo
que se mentaliza en apartar la tentación del cafelito y pensar en
otras cosas...
No
queda lejos el centro de salud, un agradable paseo con el tráfico a
siniestra, la sinfonía matutina de vehículos a motor, de paradas
atestadas aunque sin usuarios estudiantiles no hay tanta gente. La
acera tiene una pequeña pendiente, de las que no se notan en las
piernas recién descansado y que pesa en las piernas si se hace el
trayecto de regreso tras otra jornada...
El
viajero llega al centro de salud y recuerda que antes de la pandemia
y en otras extracciones de sangre solía estar ya atestada la sala de
espera que se extiende en línea recta, enfrente de las distintas
puertas que dan a despachos de consulta y enfermería. El viajero
informa de su presencia a una agradable sanitaria que toma nota y
comprueba la lista de usuarios. Espera el viajero sentado con otra
media docena de usuarios para extracción de sangre. Está abierta la
puerta de la sala de extracciones con tres mesas y otras tantas
sanitarias, enfermeras supone el viajero, jóvenes y amables con el
personal. Es llamado el viajero y entra a la sala, se sienta donde le
indican y extiende el brazo. Debe acercar la silla y por un instante
el viajero piensa que va a tocar un pecho de la sanitaria, que debe
darse cuenta del azoramiento e indica al viajero que acerque más el
brazo. Mira el viajero como la sangre llena la pipeta de extracción
y recuerda cuando entró sano a la consulta y salió convertido en
una bomba de relojería andante, pero la sanitaria ya está colocando
un esparadrapo en el lugar donde pinchó la aguja...
El
viajero espera cinco minutos con el brazo doblado, no hay sangre y se
asoma al exterior por la puerta acristalada. Divisa el garito del
cafelito en la acera y siente que le invade la apetencia de un buen
café y sale dispuesto a...
Pero
ése, ya es otro viaje.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
theadversiterchronicle@hotmail.es
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