The Adversiter Chronicle

martes, 15 de agosto de 2023

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre

Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

AEROPUERTO 77 (1977)
     ( Airport ´77)

En la segunda mitad de la década de los 70´s había dos sagas cinematográficas con estreno esperado cada año, una era la saga de 007 y otra la saga de Aeropuerto que creo todo un subgénero dentro del género de `catástrofes´. La película reúne varios atractivos para visionarla, para las generaciones posteriores supone ver los efectos especiales que eran el canto del cisne de unos efectos que se quedarían obsoletos tras las nuevas trucas de La guerra de las galaxias, sin olvidar el epitafio final de unas trucas ya obsoletas en Dune. Otro aliciente es ver a auténticas estrellas de la época dorada de Hollywood como Olivia de Havilland, James Steward, Joseph Cotten y un largo etcétera que tuvieron en el género una segunda popularidad amén de unos ingresos que no venían mal a nadie. Y hay que citar un elemento que hoy en día ya no se tiene en cuenta como entonces y es el cartel de la película, aquellos carteles que resumían la película. El de Aeropuerto 77 es sencillamente magnífico y sigue cautivando la imaginación si se tiene la oportunidad de verlo en su tamaño original o ver detenidamente una fotografía, fue icónica la imagen del 747 sumergido y en sus tiempos un anzuelo irresistible para pasar por taquilla. Sería repuesta en veranos como éste en cines de barrio y es sin duda la mejor de la saga, hubo más entregas pero no aportarían ya nada nuevo y sí la decadencia de una saga que tocaba a su fin como tal...

La película ofrece lo que se esperaba de la saga, caras famosas y veteranas, un argumento que siempre era una historia de trama e hilvanaba historias particulares del pasaje y tripulación. También era propaganda del poderío estadounidense en materia aeronaval que justificara las partidas presupuestarias y de la industria aeronáutica donde se quería hacer ver que eran aviones seguros y si fallaba algo, siempre un agente externo y no defecto del aparato y de las tripulaciones, siempre había mandos y subordinados competentes que solucionarían el problema evitando la catástrofe. Aquí debemos aceptar que el avión está modificado con zonas presurizadas independientes unas de otras que, obviando el grosor del aluminio del fuselaje, garantizan que sumergido aguantará cual submarino la presión del agua y las filtraciones hasta el rescate. Un rescate que mostraba los recursos y una cosa curiosa es que hay cierto helicóptero ruso cuyo diseño es soviético y está combatiendo en Ucrania que es, sospechosamente, casi calcado a los que se ven en la película.

El argumento, un robo de obras de arte cuyo propietario de las mismas es además dueño de un Boeing 747 único en el mundo por las modificaciones que ha ordenado llevar a cabo. En su viaje inaugural, una banda de ladrones de obras de arte con el copiloto de compinche sueltan en pleno vuelo un gas anestésico de uso militar que duerme a tripulación y pasaje desviando el rumbo hacia el Triángulo de Las Bermudas. Al meterse en un banco de niebla, volando bajo para evitar el radar, colisiona un ala contra la torre de una plataforma petrolífera que hace al copiloto tener que amerizar en medio del mar, el avión se hunde a los pocos segundos pero las modificaciones y robustez estructural del avión les da la oportunidad de esperar ayuda. Cuando son conscientes de que se han desviado de su ruta y les buscarán lejos de donde están sumergidos, comienza una carrera contra el tiempo para lograr ser encontrados y rescatarles de un avión sumergido que además se asienta inestable sobre un barranco más inestable aún..

Del reparto hay que destacar a Jack Lemmon que contribuye a que sea creíble la acción que vemos en pantalla y luego la soberbia interpretación de Lee Grant encarnando a una esposa que trata de llamar la atención de su marido, un hierático y perturbador Christopher Lee, que le pega a la botella y se bebe hasta el agua de los floreros amén de estar liada con el brazo derecho laboral de su esposo. Dirige con pulso y estilo casi televisivo Jarry Jamson y destacamos el humor chusco con el camarero del bar que se pasa el metraje con la pata medio rota y continuamente quejándose porque o bien le pisan, o bien le mueven con brusquedad y se lamenta aullando cuando le sacan en el rescate, humor socarrón y entre líneas que arranca unas risas.

Ideal para ver en noches veraniegas y observar cómo eran y cómo han evolucionado las trucas, artesanales y que vistas ahora cantan pero sólo por estar ya inmersos en otra época. Sigue siendo entretenida y aunque las incongruencias destaquen es necesario abrir la mente y verla con ojos del año de su estreno. Además, cualquier excusa cinematográfica es buena para aparcar trastos de faena hasta la hora de fichar la salida y dejar que pringuen los sustitutos del turno de día...
¿O no?

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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