Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
Fin escandaloso de la
temporada televisiva veraniega con el caso de Daniel Sancho en
Tailandia y el besucón con ventaja del Rubiales
Languidecía
la temporada televisiva del verano entre los anodinos concursos,
viejas caras en viejos formatos reciclados y los gallineros políticos
repitiendo consignas partidistas, populistas y grandilocuentes sobre
quién ganó y quién perdió las pasadas elecciones generales.
Mediaset sigue con los giroscopios defectuosos y bajando en los
índices de audiencia para alegría del grupo rival Atresmedia y
alivio de la televisión pública que ve brotar audiencia pese a lo
lastimoso y partidista de su programación. Y cuando todo parecía en
calma chicha en el tramo final a la espera de las novedades y las
guerras por la audiencia en la programación en el comienzo de una
nueva temporada, salta la chispa con dos casos que han llevado a la
televisión a todo su apogeo de medio comunicador: el caso del
descuartizador Daniel Sancho y, tras lograr el histórico Mundial
femenino, el escándalo del beso del escandaloso presidente de la
cosa federativa futbolera del señor Rubiales a la campeona mundial
Jennifer Hermoso en la entrega de medallas.
La
noticia fue saliendo en riada continua y la gran mayoría ignoraba
quién era el español detenido en Tailandia acusado de asesinar y
descuartizar a Edwin Arrieta, cirujano plástico de buenos
emolumentos. Pronto se supo que era el hijo del actor español
Rodolfo Sancho y cuando descubrimos que es el nieto del inolvidable
Sancho Gracia la cosa ya se desató a nivel de audiencia. Las
televisiones y los medios de comunicación fueron raudos enviando
corresponsales y a todas horas la televisión, sin importar la
cadena, traía noticias frescas. Desde un punto de vista televisivo
tiene todos los ingredientes de un buen episodio de Colombo
con hechuras cinematográficas de la saga de La Pantera
Rosa protagonizada por el
también inolvidable del Peter Sellers. La trama con amores
homosexuales por el medio, la chapuza del Daniel Sancho a la hora de
ir dejando pruebas y evidencias de su premeditación y pensar en todo
menos en cómo salir airoso; el truculento descuartizamiento donde se
llegó a decir por la policía tailandesa que estaba vivo cuando
empezó a ser descuartizado y un sinfín de noticias donde unas eran
verdad, otras eran mentira y el resto elucubraciones cuando lo único
cierto es que la policía tailandesa tenía el cadáver, las pruebas
del descuartizamiento y la confesión de motu propio del asesino
descuartizador...
De
traca fue el tema de los colaboradores, colaboradoras, expertos,
penalistas, picapleitos y hasta psicólogas y psicólogos analizando
el caso. El famoso abogado que ahora lleva los asuntos legales, ya
dijo el primer día que le preguntaron, aún ajeno al que iba a ser
su cliente, dijo que lo primero era leerse el Código Penal Tailandés
y pasó a esbozar cinco hipotéticos futuros que podía tomar el caso
de Daniel Sancho. Nadie le escuchó y se pasaron días, tardes y
alguna que otra noche debatiendo el caso y las pruebas como si
estuviera detenido en España o algún país civilizado desde un
punto de vista legal y de derechos al ser detenido. Luego está el
tema del subjefe de la policía tailandesa que se hizo cargo del
caso: un tipo bajito con más medallas y símbolos que un sargento
primero de artillería chusquero que dice que no sabe inglés, con el
impronunciable nombre de Surachate Hakparn y el desasosegante alias
de Big Joke, lo cual
ya pone los pelos de punta a este lado del mundo civilizado. Menos
mal que las cadenas se dieron cuenta de que si seguían señalando
las deficiencias del sistema tailandés, comparado con nuestros
civilizados parámetros, la cosa podía ponerse fea en forma de nula
colaboración de las autoridades con la prensa española desplazada a
Tailandia.
Un
caso con todos los ingredientes para atrapar como atrapó a la
audiencia y que ha dado horas de contenido y que sigue. Lo cierto es
que el Daniel Sancho va a ser juzgado y condenado a muerte, en el
mejor de los casos le será conmutada la pena por gracia real del Rey
de Tailandia y luego esperar ocho añitos entre rejas tailandesas
para que pueda solicitar cumplir condena en España. Destacar la
labor del personal enviado a Tailandia que han mostrado testimonios,
escenarios y todo aquello que tenía que ver con la suerte del
español, a veces olvidando a la víctima colombiana y el dolor de
sus familiares, como si el autor de su muerte arrastrase a todo un
país en su apoyo. Nada más lejos de la realidad, el crimen y
posterior descuartizamiento junto a las pruebas de que fue
premeditado no dejan lugar para la compasión más allá de ser
espectadores de una noticia. Es su abuelo, y en menor medida su padre
por ser más joven, quien ha despertado el interés, preguntándonos
que le pasó por la cabeza, si era cosa de drogas, de acoso sexual,
de vil dinero, o sencillamente un psicópata. Lo que no se puede
negar es que ha sido el notición del verano tanto por el exotismo
del sistema tailandés para parámetros occidentales y europeos en
particular como por el despliegue informativo de todo tipo de medios
de comunicación, sin duda lo mejor del verano televisivo...
¡Hasta
que España logra el Mundial femenino de fútbol y Rubiales le endosa un beso a
Jennifer Hermoso!
Suceso
acaecido en las antípodas y televisado en directo a todo el mundo,
todas y todos vieron algo raro en el efusivo beso, casi morreo, que
le endosa el señor Rubiales a la jugadora Jennifer Alonso. A lo
largo de diez días la cosa fue degenerando hasta llegar a un
espectáculo televisivo fascinante con la clase política, mal llamada
progresista, acaparando la defensa de la jugadora y empujándola a
denunciar de forma voluntaria y un rufián del Rubiales que se
defiende a lo Corleone tirando de la familia para dar pena y de
grabaciones de vídeo montadas para mostrar que la culpa fue de la
jugadora. Por supuesto somos carnaza en el resto de televisiones del
mundo y no ya la FIFA, la misma ONU exigiendo que se solucione este
espinoso asunto. Lo claro, aislándose un poco del gallinero de unas
y otras partes, es que el señor Rubiales se comportó ya en el palco
como un gañán y no un representante de la RFEF y de España a nivel
futbolero. Su defensa en forma de discurso, historia de la
televisión, echando las culpas a la jugadora sólo abrió la espita
donde la cosa ha engordado y sigue aumentado de grosor. Jennifer
Hermoso se vio obligada a recibir los labios del Rubiales, con el
añadido de que le sujetó con firmeza la cabeza, ése es el hecho...Lo
de si fue agresión sexual no se resolverá en un plató televisivo,
será en los juzgados y
siempre y cuando haya denuncia de la jugadora, es así de simple. Todo el mundo aprovecha el altavoz televisivo para manifestar opiniones, juicios de valor y hasta sentencias. Lo que ocurre es que la audiencia ajena al mundillo del fútbol y sus noticias está descubriendo a un elemento digno de la pluma del añorado maestro Ibáñez que sin duda encontraría argumentos para montar una historieta de Mortadelo y Filemón porque el tema de las formas y maneras del señor Rubiales recuerda al Gang del Chicharrón, en actualizada versión 2.0. Y entonces surge esa España cañí que tan bien retraba Ibáñez en sus idiosincrasias regionales con la aparición en escena de la santa madre de Rubiales que no se le ocurre otra cosa que encerrarse en huelga de hambre en una iglesia de Motril hasta que la pécora de la Jennifer confiese que es culpable cual Eva con Adán de la desgracia que acontece a su hijo. Dejando aparte si hay causa judicial, el mundo del fútbol ya ha tomado medidas contra el Rubiales, la cosa se ha convertido es un esperpento donde desde clase política a pedigüeños con conexión a Internet, todo quisque tiene una opinión y una visión. Pero hacía años que la televisión no jugaba un papel informativo, más allá de la política, tan impresionante en el calado, tanto por el tema del feminismo y lo que es agresión sexual. Nos tememos que al final quien sufrirá será la jugadora que, ahora, si denuncia malo y si no denuncia peor.
siempre y cuando haya denuncia de la jugadora, es así de simple. Todo el mundo aprovecha el altavoz televisivo para manifestar opiniones, juicios de valor y hasta sentencias. Lo que ocurre es que la audiencia ajena al mundillo del fútbol y sus noticias está descubriendo a un elemento digno de la pluma del añorado maestro Ibáñez que sin duda encontraría argumentos para montar una historieta de Mortadelo y Filemón porque el tema de las formas y maneras del señor Rubiales recuerda al Gang del Chicharrón, en actualizada versión 2.0. Y entonces surge esa España cañí que tan bien retraba Ibáñez en sus idiosincrasias regionales con la aparición en escena de la santa madre de Rubiales que no se le ocurre otra cosa que encerrarse en huelga de hambre en una iglesia de Motril hasta que la pécora de la Jennifer confiese que es culpable cual Eva con Adán de la desgracia que acontece a su hijo. Dejando aparte si hay causa judicial, el mundo del fútbol ya ha tomado medidas contra el Rubiales, la cosa se ha convertido es un esperpento donde desde clase política a pedigüeños con conexión a Internet, todo quisque tiene una opinión y una visión. Pero hacía años que la televisión no jugaba un papel informativo, más allá de la política, tan impresionante en el calado, tanto por el tema del feminismo y lo que es agresión sexual. Nos tememos que al final quien sufrirá será la jugadora que, ahora, si denuncia malo y si no denuncia peor.
No
se puede pedir más emoción para terminar una anodina temporada
televisiva veraniega donde todo parecía cerrado por vacaciones y
adelantos de lo que será la nueva temporada y la guerra por las
audiencias enfrentándose pesos pesados. Nadie se esperaba tal movida
de descuartizamiento, nadie apostaba que las españolas ganarían el
Mundial y muchos estuvieron callando y consintiendo al Rubiales que
no duda en utilizar todo tipo de argucias para desacreditar a su
subordinada y campeona del mundo. Si cae, ya está cayendo, este tipo
arrastrará en su caída y garantiza más horas televisivas de
protagonismo. Lo del español en Tailandia ya es cosa aparte y pronto
será algo de lo que nadie casi ni se acuerda y a fin de cuentas se
lo buscó él, por muy cruel que suene. Han sido las dos grandes
novedades del verano televisivo y la televisión ha vivido horas que
recuerdan el antaño analógico antes de los dispositivos
individuales para consumir televisión...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
theadversiterchronicle@hotmail.es
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