Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
MÁXIMO RIESGO (1993)
(Cliffhanger)
Tal verano como éste se estrenaba esta película de
coproducción tripartita entre EEUU, Italia y Francia con la que la
crítica no tuvo mucha piedad, siendo lo mejor que la tildaron de
helado insípido con poca personalidad y de ahí para abajo. Tampoco
es que le dieran el beneficio de la duda a un Sylvester Stallone que
brillaba en todo su esplendor de estrella de Hollywood y donde el
personaje aparcaba la musculatura al servicio de dar mamporros,
alguno suelta pero en línea con la acción de la trama, que pegaban
bien para interpretar a un escalador de rescate de montaña que
justifique la musculatura moldeada del bueno del Stallone en un
personaje atormentado y bien secundado por otro cachas entrañable, y
nunca bien valorado en su justa medida, como era Michael Rooker. De
manera que aparcamos trastos de faena y nos aprovisionamos de birras
frías y pistachos para disfrutar del visionado de una sesión
veraniega en noche de faena.
Pasados treinta años desde su estreno en salas
cinematográficas, la película se mantiene con frescura merced a una
dirección firme por parte de Renny Harlin y un guion trepidante de
Michael France. El escenario imponente de las Montañas Rocosas que
son en realidad cumbres alpinas italianas y se prodigan los set de
decorado sin que canten mucho los planos de plató y parajes
naturales. Stallone está muy bien secundado con la protagonista
femenina que no era otra que Janine Turner, querida por el público
de la serie televisiva “Doctor en Alaska” que no está de
florero y la escena en que entra en histerismo histérico en la
grieta con murciélagos dulcifica su personaje, aunque no pase de
escudero con bonito rostro. Los tres ya citados más el entrañable
personaje interpretado por Ralph Waite formaban un equipo de rescate
de montaña donde Stallone y Michael Rooker eran como hermanos además
de colegas, amigos y compañeros. Cuando la novia del segundo fallece
en un accidente ambos se culpan de su muerte, el novio por no
sujetarla dejando que le resbalara de la mano y el otro porque tuvo
que mirar a los ojos de la fallecida mientras se despeñaba precipicio
abajo....
Casi un año después y cuando acude al puesto a recoger
sus pertenencias tras su ausencia desde el accidente, Stallone deberá
acudir al rescate de unos accidentados en avión en plena tormenta de
nieve y a cuya llamada de socorro acude a pata quien era su muy mejor
amigo y compañero. En realidad el accidente esconde el robo en pleno
vuelo de cien millones de dólares repartidos en tres maletas que
terminan desperdigadas por las montañas. El villano es un delicioso
psicópata en la piel de John Lithgow secundado por compinches tan
psicópatas como él. Personajes arquetípicos, cierto, pero que
encajan bien en el conjunto final sin ser una típica película de
acción, ésta se sirve en dosis justas y sin que chirríen logrando
el paraje de montaña y adaptarse al mismo la acción en sí que
brilla cuando aparece y que marcaba una diferencia sutil con otras
del Stallone y sus músculos casi imbatibles, incluso recibe una
paliza que le hace humano. Y destacamos la sensual y turbadora
belleza maligna de Caroline Goodall en ese personaje femenino de
chica del villano que es capaz de cortarte los cataplines mientras te
hipnotiza con su sonrisa, de lo mejor de la película y que hace que
se derrame una lágrima, ñoña si se quiere, cuando el villano de su
novio le demuestra que no hay mayor prueba de amor que el sacrificio.
Película que marcó un antes y un después en la
carrera de Sylvester Stallone con un personaje humano en sus
debilidades y a la hora de recibir empellones, golpes y puñetazos
con un elenco formidable en sus papeles, sin perder la perspectiva de
estar en una película de acción con personajes machos alfa donde
los diálogos les dotan de un carácter diferente a otras
producciones del género. Entretenida y perfecta para ver en noches
de verano donde el imponente paisaje alpino hasta refresca. Quienes
sepan y practiquen de escalada seguramente verán incongruencias a
tutiplén pero para neófitos en cuestiones de trepar por riscos a
pelo nos mantiene crédulos de lo que acontece en pantalla...
Pero Caroline Goodall está divina, diabólicamente divina.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
theadversiterchronicle@hotmail.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario