Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
TIRAMISÚ
A
las y los frikis fartones de la repostería industrial su solo nombre
ya provoca salivación y excita las papilas gustativas. Hoy hablamos
del mítico tiramisú, de ocasiones gastronómicas especiales con
postre de fanfarria final, que se mira en el expositor del
supermercado y se hace necesario luchar contra la tentación de
pillar unos cuantos aunque clamen clemencia nuestras lorzas y la
cartera encienda las luces de alarma por exceso de gastos extras en
el presupuesto de la compra. Para esta ocasión hemos seleccionado el
tiramisú de repostería industrial de la popular marca Dhul...
-Es
un postre, y el postre ya desde la más tierna infancia dispara las
sensaciones placenteras, tanto antes de comerlo como durante su
ingesta. Si además hablamos de un postre un tanto exótico, ausente
de nuestra dieta anual en ocasiones, no importa la edad a la que se
compra porque volvemos a la reconfortante sensación placentera de la
infancia para con el postre. Y el tiramisú no es otra cosa que un
postre a base de masa de bizcocho empapada en café con licor en
láminas, alternando café y licor con crema compuesta de claras a
punto de nieve mezcladas con un queso suave, azúcar y nata líquida
y suele espolvorearse la última capa de crema con cacao en polvo,
café molido y azúcar refinado, molido y pasado por el tamiz, que
tiene la particularidad de disolverse en líquidos fríos. Como
podemos apreciar se trata de ingredientes todos ellos sugestivos y
sugerentes que gustan tanto al campesino como al urbanita, al
escolar y al universitario y del trabajador al jubilado sin olvidar
colectivos minoritarios y es manjar que gusta a gentes de todo el
espectro político y a todos los políticos espectrales por igual,
sin olvidar testas coronadas o presidencias republicanas.
-Lo
mejor es comprobar y comparar. A la vista el tiramisú de la
fotografía del cartonaje del envase es atractiva a la vista,
despierta apetencias de ingesta y logra que nos detengamos unos
segundos a prestarle atención. En este aspecto de aspecto general el
tiramisú de Dhul es igual que un tiramisú de repostería
tradicional. El envase es adecuado con dos raciones de 80 gramos, una
cantidad adecuada que ni mata ni engorda. Los ingredientes son los
básicos que se puede pedir a un tiramisú de repostería industrial
como Dios manda y los aditivos no son ajenos a cualquier otro
alimento de origen industrial de nuestra dieta. Tenemos un valor
energético de 204 kilo calorías por ración y en cuanto a grasas e
hidratos de carbono está a la altura del más potente postre de
repostería industrial del mercado. Sabor delicioso, atractivo al
paladar hasta el punto de enamorar, hay que apurar el bocado con
degustación del arco iris de sabores, se hace corto, poco y deja con
gana de más. Es un postre de repostería industrial muy digno como
postre especial en cualquier mesa hogareña, del domicilio habitual y
celebraciones gastronómicas cutres por bajo presupuesto para las
mismas.
-Para
finalizar, qué ocurre si en una francachela gastronómica hay
comensales que no les gusta el dulce, no quieren dulce o simplemente
comen bazofia vegana?
-¡Mejor! ¡Mejor para quienes no le hagan ascos o
sean yonquis de la repostería industrial que así hay más para
comer! El truco es sentarse entre dos comensales que hagan ascos al
tiramisú y sacamos dos raciones más para engullir a los postres. Si
se asiste a un evento gastronómico donde hay comensales enfrente de
la misma mesa, andando finos y atinados a la hora de seleccionar
vecinos de mesa podemos sacar hasta cuatro raciones más al postre.
Lo de cambiarlo no es complicado haciendo trueque con los platos,
vinos y licores. Hay auténticos analfabestias de la repostería
industrial que pueden hacer felices a enamorados de la misma y el
tiramisú no es una excepción.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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