EL TALADRANTE SONIQUETE
DE LA MÁQUINA TRAGAPERRAS
Se
suele hablar y divagar mucho sobre la contaminación acústica, en
ciudades de transitadas avenidas por el tráfico, poblaciones y
núcleos urbanos a la vera de autovías. Sin embargo, sufrimos a
diario contaminación acústica como individuos que requieren una
compostura del postureo. Hoy comenzaré por una contaminación
acústica que solemos sufrir con resignación cuando salimos a tomar
algo sentados en una mesa. Ni qué decir tiene que si llegamos al
local y hay mesas libres alejadas de la máquina tragaperras hay que
ser raudos y pillar sitio. Otras veces, más de las recomendables,
sucede que estamos sentados en animada tertulia sin percatarnos, sin
darle importancia, de que hay una máquina tragaperras a nuestra
vera. De repente, aparece un individuo que, aprovechando la
calderilla de la vuelta, se decide a jugar y comienza ese taladrante
soniquete que nos arruina la velada. Si el tipo tiene trazas de
obrero de la construcción, repartidor, almacenero e incluso
vigilantes de aparcamiento en zona azul, la cosa será breve y se
puede adoptar una compostura de postureo indiferente, sin prestar
atención. Lo de no prestar atención tiene su intríngulis porque si
quedamos en babia mirando en dirección a la máquina tragaperras
puede que el individuo jugador de turno se piense que estamos al
tanto para en cuanto se largue pillar premio. Situación de riesgo
potencial de violencia verbal, la mejor compostura es mantener
animada conversación mirando a los ojos del interlocutor, mirar el
móvil, la carta, a la camarera, cualquier cosa salvo bajo ningún
concepto mirar en dirección a la máquina tragaperras...
El
peligro es cuando el individuo jugador de la máquina tragaperras se
pone a jugar con la consumición en la barra. La mejor compostura es
pirarse o cambiar de mesa porque estamos ante un auténtico ludópata
que dispone de tiempo para gastar los cuartos en la máquina
tragaperras, se la suda el resto de la clientela y juega y juega con
gran parafernalia de lucecitas y soniquetes taladrantes, no hay nada
qué hacer ante estos auténticos fastidios con patas y adicción a la
máquina tragaperras...
Pero
hay composturas de postureo capaces de neutralizar a potenciales
jugadores de máquinas tragaperras. Un cartel impreso en el ordenador
de casa con el aviso de NO FUNCIONA; desenchufar con disimulo la
máquina tragaperras y ladinamente volver a enchufarla al marchar o
simplemente cambiar de garito, suelen ser buenas composturas de
postureo para evitar que nos amarguen la consumición y la tertulia.
Y sobre todo no adoptar la compostura del postureo de jugar
manteniendo la máquina ocupada porque acabaremos siendo otro
inoportuno jugador de máquina tragaperras que amarga la velada del
resto con el taladrante soniquete de la máquina tragaperras.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
theadversiterchronicle@hotmail.es
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