Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje por la ventana
una noche de octubre
El
viajero se asoma a la ventana, se acerca más bien, mientras enciende
un cigarrillo. Le acompaña una taza de café y observa en general.
Ya es de noche, noche de octubre densa tan diferente de una noche de
verano. La temperatura es agradable y observa el paisaje nocturno. De
día los árboles, los edificios y las gentes tocadas por la luz del
sol dejan paso en la oscuridad a calles de penumbra que no invitan a
pasear sin compañía...
Unos niños y niñas juegan a la pelota y a correr mientras sus mayores
disfrutan en el interior del bar y el viajero recuerda cuando era
niño un viernes por la noche, la alegría de un fin de semana para jugar por delante, jugando con sus primos. La escena reconforta al
viajero que medita sobre la situación actual y que hay cosas que
nunca cambian vistas desde la ventana una noche de octubre, de
continuidad en las cosas que reconforta ante la incertidumbre que
empapa todo...
El
viajero ve un autobús, de los que viajan cruzando tierras, paisajes
y paisanaje. Supone que parará en la ciudad y seguirá viaje para
llegar ya amanecido a su destino. Recuerda el viajero algún viaje en
autobús durante la noche, buscando la posición, despertando al
ladear la cabeza y el sonido del motor bajo sus pies recorriendo el
suelo, la radio que hacía compañía al conductor depositario de la
vida de los viajeros. Le viene a la mente un viaje en especial, no
recuerda el destino pero sí que estaba al lado de una mujer, ella en
la ventanilla y el viajero en pasillo. La mujer se durmió y en un
momento dado su cabeza se apoyó en el hombro del viajero que
sacrificaba su descanso para no despertar a su desconocida y ajena
acompañante que apoyaba la cabeza en su hombro...
El
destello azul de una ambulancia sin sirena que devora el asfalto
camino del hospital le aleja del recuerdo. El café ya está para
tomar sin quemar la lengua, apura un trago mientras el recuerdo se
tiñe de tristeza, la ambulancia le recuerda a los ausentes...
El
viajero cierra los ojos, escucha el sonido nocturno de la ciudad
mezcla de sonido sordo de tráfico, las voces de los niños y niñas
jugando. Abre los ojos e imagina el mar al fondo del paisaje, se
siente bien el viajero pensando en el mar, recuerda ciudades sin mar,
sólo paisaje de tierra, y no es lo mismo. El mar es libertad, soñar
con viajes más allá del horizonte, ante lo desconocido e invita a
la abstracción. Le ocurría lo contrario cuando viajaba por la
ventana en tierras de secano, sabiendo que más allá sólo había
más secano y añoraba el sonido de la mar, el olor a salitre y ese
murmullo lejano de oleaje cuando la noche está en su clímax y sus
sonidos son audibles libres de contaminación acústica...
El
viajero, apurado el café y apagado el cigarrillo, cierra la ventana
y recuerda que hay algo en la tele, de esos algos televisivos que
echan a horas intempestivas y el sueño se impone a las ganas de ver
tal o cual emisión. Enciende la tele y se alegra al ver que aún...
Pero
ése, ya es otro viaje.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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