El
postureo cuando acudimos a un establecimiento de hostelería tipo
cafetería, bar del barrio y similares daría para escribir todo un
capítulo aparte que en realidad sería todo un tratado. Lo mejor es
estudiar cada compostura del postureo en artículos varios. Hoy
quiero empezar con algo que a todos y todas nos sucede unas cuantas veces en nuestra vida como es el tema del inevitable chucho que se
arrima a nuestra silla. Puede parecer, y siempre nos lo tomamos con
filosofía, algo inocente, sin consecuencias. Todo lo contrario
puesto que uno de estos molestos chuchos nos puede fastidiar el
consumo en el establecimiento.
Lo
primero es saber distinguir el chucho de la casa del chucho de la
clientela. El chucho de la casa es un animal que ya se las sabe
todas, agradecido si les das algo pese a la prohibición de la
jefatura del local de darle comida. Suele ser un chucho paciente, que
se arrima casi sin molestar, que se sienta mirando con cara de
cordero degollado esperando una recompensa. Suelen ser sibaritas y
puede ser un buen método para saber si los pinchos que acompañan a
la consumición son comestibles porque si el chucho de la casa no
gusta de los pinchos que prepara su dueño es señal inequívoca de
ingredientes caducados o directamente incomibles. El chucho de la
casa no molesta al cliente, es agradecido si le damos algo y nos
ignora moviendo el rabo si no damos nada, pero se aleja educadamente
y ya nos ficha para otras ocasiones.
La
complicación viene cuando el chucho es de la clientela. Si le damos
algo podemos desencadenar la ira del dueño y si no damos nada se
puede desencadenar la ira del chucho, mascota mimada y malcriada que
no duda en sacar los belfos si se le niega el pincho. Saciado su afán
de comernos el pincho, calmado el dueño de la criatura y tratando de
disfrutar ajenos al chucho, llega ese comprometido momento en que el
chucho, con el dueño a sus cosas y dejando semejante fiera a su
canino albedrío, se pone a olisquearnos los zapatos, calcetines y
pantalones. Aquí la compostura instintiva nos hace adoptar un
postureo de circunstancias. Si el chucho huele a calcetín reseco,
zapatos sucios, trazas de aroma a orines o simplemente lo hace por
tocar las narices, hay que mantener la compostura del postureo del
disimulo. Se trata de dar un buen puntapié el chucho sin que se
entere el dueño, tirarle un pincho a lo lejos a ver si se va tras él
o directamente pedir al dueño que aleje su chucho, con el
consiguiente enfrentamiento verbal con el dueño que en ocasiones
puede ser más animal que su chucho.
Como
norma general lo mejor es ir provisto de algún artilugio que suelte
pequeñas descargas eléctricas para alejar al chucho, puede servir
una raqueta matamoscas de la tienda de los chinos del barrio, construir un pequeño artilugio casero con una pila de petaca o
directamente salir de casa con los zapatos untados de pimienta
picante. Por supuesto que llevar el elemento disuasorio en los
zapatos es apropiado si somos parroquianos del establecimiento y ya
conocemos el percal. Para casos de desconocimiento del
establecimiento es mejor la patada con postureo de disimulo.
Hay
que ver al chucho siempre como un elemento desestabilizador que en el
mejor de los casos puede acabar con el perro y el dueño ladrándonos
a la oreja y en el peor en una trifulca tabernaria entre partidarios
de las mascotas y partidarios de no dejarlas entrar en sitios
públicos. Zapatos limpios, calcetines frescos y soltar la gota final
en el mingitorio son las mejores medidas para sortear la presencia
del chucho.
Y
recordar que, en ocasiones, el chucho es más racional y civilizado
que su dueño y de ahí la conveniencia de tener compostura del
postureo a la hora de gestionar la situación más allá de
reaccionar por instinto de empatía acariciando el chucho, diciendo
cucamonas y hablarle como si nos entendiera. Sólo quiere comer
pincho.
Alí
Kate
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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