Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
PERSEGUIDO (1987)
( The Running Man)
No dudamos un instante en fichar e ir directamente al
despacho del gerente bien provistos de birras frías y pistachos
dejando aparcados los trastos de faena ante el visionado de una
deliciosa película con alicientes de sobra para paladearla y una
entretenida tertulia tras su visionado. Alicientes varios como que es
basada y participó en la adaptación del guion nada menos que el
Stephen King que se encontraba en la cresta de la ola tanto como
escritor superventas de novelas de terror y fuente inagotable de
adaptar las mismas al cine, hasta que le dio por dirigir a él mismo
aunque ésa es otra historia. Dirige nada menos que Paul Michael
Glaser que ya estaba fogueado en dirigir para la televisión y que si
os decimos que era Starsky seguramente los y las más veteranas le
recordarán de la pequeña pantalla. Rodada en 1987, significó para
Arnold Schwarzenegger un salto cualitativo más donde su personaje ya
no se basaba en la musculatura y sí en actuar superando las
limitaciones de su careto, aquí ya actúa en base al diálogo en un
proceso continuo donde mostró su versatilidad saliendo del
encasillamiento de personaje musculado y hercúleo donde resaltaba su
vena cómica que era aceptada por sus incondicionales. Luego tenemos
la turbadora presencia de María Conchita Alonso en plenitud de
belleza con un interpretación llena de matices y una historia
interesante que vista en 2022 puede decirse que atinó bastante en
proyectar un futuro hipotético...
La acción es un 2019 donde los EEUU son gobernados por
una dictadura y la sociedad se
divide en marcadas clases sociales: los que viven del sistema contribuyendo a engañar y alienar a una población que cree vivir en un mundo de oportunidades y luego están los subproductos del sistema que aspiran a ganar unos dólares apostando al programa estrella de la televisión donde reos convictos son convertidos en modernos gladiadores donde los supervivientes se convierten en privilegiados y perseguidores de los reos obligados a concursar. El localismo de la historia, con guiños a la televisión estadounidense de 1987 y sus audiencias ávidas de emoción, resulta aterradoramente actual si le sumas a la alienación televisiva la alienación de las redes sociales. Sin predecir Internet, la sociedad está dominada por la omnipresente televisión y el concurso donde vemos un público ya entrado en años, y resulta inevitable pensar que las y los abueletes que flipan con el concurso en busca de emociones fuertes y sangrientas, que lloran cuando matan a un perseguidor y reciben con alegría consumista los regalos del concurso, no sean la juventud actual cuando sean pensionistas, ciegos a los abusos del poder y seducidos por el falso mundo de lo que será el metaverso...
divide en marcadas clases sociales: los que viven del sistema contribuyendo a engañar y alienar a una población que cree vivir en un mundo de oportunidades y luego están los subproductos del sistema que aspiran a ganar unos dólares apostando al programa estrella de la televisión donde reos convictos son convertidos en modernos gladiadores donde los supervivientes se convierten en privilegiados y perseguidores de los reos obligados a concursar. El localismo de la historia, con guiños a la televisión estadounidense de 1987 y sus audiencias ávidas de emoción, resulta aterradoramente actual si le sumas a la alienación televisiva la alienación de las redes sociales. Sin predecir Internet, la sociedad está dominada por la omnipresente televisión y el concurso donde vemos un público ya entrado en años, y resulta inevitable pensar que las y los abueletes que flipan con el concurso en busca de emociones fuertes y sangrientas, que lloran cuando matan a un perseguidor y reciben con alegría consumista los regalos del concurso, no sean la juventud actual cuando sean pensionistas, ciegos a los abusos del poder y seducidos por el falso mundo de lo que será el metaverso...
Dejando aparte temas de animada tertulia posterior,
María Conchita Alonso es un motivo de sobra para ver la película.
Todo el metraje emana humor socarrón del guion y escenas de
sadomasoquismo donde la María Conchita Alonso está turbadoramente
sensual maniatada, llevando empellones, empujones y ese mono ajustado
que hizo que volaran pistachos a la pantalla acompañados de bramidos
de machos alfa, que hermosa está y su rostro enamora a la cámara.
Arnold está en su estilo y en progresión en su carrera secundados
por un buen plantel que cumplen su función. Es un comic
cinematográfico cuando tal género no existía, la crítica no tuvo
mucha piedad y las mejores eran críticas a tratar de imitar otros
títulos que versan sobre el mundo televisivo como Network.
Ahora sería reconocida como lo que llaman clásicos
de los 80´s, en realidad pertenece a una serie de títulos
rodados en la década donde lo corto del presupuesto de producción
se suplía con interpretaciones solventes, humor y cinismo en los diálogos, proyectar un futuro hipotético donde sin embargo los
temas eran actuales, nunca mejor dicho en este caso. Los decorados y
escenarios se solventaban aunque se veían chuscos en su tiempo pero
la película anticipa el control de masas mediante los medios de
comunicación, la alteración de imágenes de forma digital y la
presencia de los ordenadores y nos habla del poder autoritario que
camufla la verdad acusando a otros de sus asesinatos y represión de
la población. Hoy en 2022 se ha hecho realidad en países que todos
conocemos y la televisión es propaganda donde se trata de vender una
imagen, transmitir una ideología autoritaria y el acceso a Internet
es férreamente controlado por los gobiernos autoritarios. Que en
1987 una película mostrara esos aspectos es lógico que se viera con
otros ojos, pero es justo reconocer una película que ha ganado con
el tiempo y que hay que ver como un cómic y no una sesuda película
de ciencia ficción trascendental.
María Conchita Alonso está de toma pan y moja, el Arnold te
hace pasar unas risas, el presentador del concurso recuerda a
presentadores actuales, el control de la población y su represión
no puede estar más de actualidad, los villanos son auténticas
personalidades, el cachondeo, bondage y humor están omnipresentes y
si nunca la viste te sorprende y agrada mientras que si se ve de
nuevo sirve para comparar lo que fue su estreno y lo que es verla más
de treinta años después...
Imprescindible dentro del género en los 80´s y
auténtico cómic cinematográfico.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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