The Adversiter Chronicle

viernes, 26 de agosto de 2022

JAQUE ENERGÉTICO DE RUSIA A LA UNIÓN EUROPEA: ANÁLISIS

Con la colaboración de Donald Al Harish Al Shama Smith, ex- agente de la CIA expulsado por tenencia, extorsión y líos de faldas, 
en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Un nuevo corte de suministro de gas ruso a la Unión Europea, anuncian que de tres días en principio, despierta a la ciudadanía de las dulces vacaciones y el veraniego mes de agosto con un septiembre de ofensiva del régimen de Putin sobre Ucrania. Seis meses después del fallido intento de invadir la capital ucraniana vemos un nuevo escenario donde Rusia prosigue el lento avance precedido de artillería y prepara una ofensiva relámpago para intentar tomar Kiev antes de diciembre...

-¿Estamos en una sensación de falsa guerra como en 1940, salvando las distancias?

-La Unión Europea está en una falsa paz, de momento sigue siendo una invasión pero la guerra ya es real en el campo de batalla del suministro energético, igual de real que en la guerra satelital y la guerra de recabar información para crear contramedidas de los sistemas de armamento. Sin embargo, a nivel de pie de calle se sigue con la sensación de que tarde o temprano la diplomacia asumirá el protagonismo. El plan de operaciones ruso contempla que en diciembre sólo quedará de Ucrania un tercio del territorio y Putin permitirá una especie de protectorado de la OTAN, con el gobierno ucraniano protegido. El plan es que el 1 de enero de 2023, Ucrania sólo sea un territorio partido en dos con un tercio protectorado de la OTAN y dos tercios protectorado ruso.

-Es un plan digno de Putin pero visto lo visto en el campo de batalla parece un tanto optimista...

-El régimen de Putin contempla un escenario complejo y geoestratégico. Parte de la premisa de que la Unión Europea no esté unida respecto a las medidas restrictivas necesarias para garantizar el suministro de gas y de las medidas a tomar contra Rusia. Otro aspecto es la errónea idea por parte de Putin y su régimen de que EEUU no enviará tropas terrestres y se limitará al apoyo en armamento, guerra electrónica, inteligencia y dirección satelital de objetivos. Además, Putin y su régimen creen que la tensión en otros escenarios, Taiwán y los gobiernos de izquierda en el continente americano, harán imposible a EEUU ser líder de las democracias aliadas en el planeta. Rusia necesita que la ofensiva cumpla los objetivos aprovechando las actuales circunstancias geopolíticas porque el tiempo corre en su contra. La OTAN precisa de al menos dos años para estar preparados sus países miembros para no depender del gas ruso y preparar sus ejércitos para una confrontación de guerra convencional con Rusia.

-La primera vez no salió bien...


-Putin y sus generales pensaron que la Unión Europea y la OTAN no estaban preparadas militarmente para oponerse a los planes de invasión que sería rápida y sin tiempo de respuesta. La OTAN asumió sus responsabilidades y siempre se mantuvo alerta sobre Rusia, especialmente desde 2014. Rusia no dispone de experiencia en sus unidades de combate para una guerra de múltiples escenarios que abarcan desde logística a satélites, una nueva forma de guerra. Rusia planteó la invasión de Ucrania como una guerra del siglo XX cuando es la primera guerra de la era digital. El plan ruso contempla un ataque partiendo de Bielorrusia y un bombardeo masivo de Kiev. Putin y su régimen son conscientes de que si no logran los objetivos para sentarse a negociar e imponer el nuevo estatus de lo que será el territorio ucraniano, será el principio del fin del régimen porque aumentarán las bajas y será necesario movilizar a la ciudadanía rusa con el consiguiente descontento y aumento de la protesta ciudadana. Puedo decir que hay un grupo de generales y oficiales que no están dispuestos a perder de nuevo otra guerra en Europa como en 1989.

-¿La central nuclear de Zaporiyia?

-Es el plan B. Si fracasa la ofensiva y la superioridad de la OTAN en el espacio aéreo y satelital se impone en las operaciones terrestres de manera que Rusia vea frenada la ofensiva, e incluso obligada a ceder terreno con fuerte número de bajas, se procederá a provocar una contaminación radiactiva sin importar que Bielorrusia sea perjudicada. Actualmente la central es zona militar con todas las consecuencias. Putin y su régimen saben que un nuevo fracaso no es una opción y si bien no se atrevan a utilizar armamento nuclear táctico sí están dispuestos, pese a los costes humanos y ambientales, a que la central nuclear de Zaporiyia sea usada como arma táctica. Los informes hablan de un bombardeo que será achacado a fuerzas ucranianas asesoradas por la OTAN.

-Será un otoño calentito aunque no podamos poner la calefacción...


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
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