Entrevistamos
hoy a otro de esos tipos que pululan por nuestras ciudades, pueblos,
villas y villorrios. Denostado por unos, admirado por otros y siempre
causante de sana envidia porque mientras unos pringan siempre hay
quien se tira a la bartola. Entrevistamos a Onorio Lores, confeso de
tirarse a la bartola para que nos ilustre acerca de la vida y obra de
quien se tira a la bartola...
-¿Es usted de los se
toman las cosas de forma relajada y perezosa sin ningún cuidado ni
preocupación?
-¡Ya
estamos etiquetando! Mire usted, yo me tiro a la bartola y no lo
niego, que hay muchos y algunas que reniegan pero buscan la forma de
tirarse a la bartola. Esto es como todo, la jodida competición de la
vida y hay quienes vamos en un Ferrari y quienes viajan en utilitario
tan viejo que no le dejan aparcar por contaminante. Todo quisque intenta tirarse a la bartola siempre que pueden y a la más mínima
ocasión que se les tercie, ¿sabe? Yo no voy a sentirme culpable
porque el resto sean torpes y torpones. Y le voy a decir más, en
estos tiempos de ponderar el feminismo y todas esas gaitas, sepa
usted que las mujeres se tiran a la bartola y nadie les dice nunca
nada, que lo sepan. Es un gremio que sufre el matriarcado en sus
carnes. Pero claro, dos tetas tiran más que dos carretas.
-¡Qué
me voy a relajar! Mire, he tenido hasta problemas conyugales por la
manía de la gente, gentuza más bien, de señalar. Estaba cenando
con la parienta cuando llegan dos conocidos del curro y me saludan
riéndose de que me tire a la bartola. Mi santa esposa, que Dios no
dotó de demasiadas entendederas, se pensó que me tiraba a la
Bartola, la vecina del sexto. ¡No vea usted la barrila que me montó!
¡Me montó un cristo en el garaje que temblaban las columnas!
¡Incluso se presentaron mis suegros de madrugada teniendo que pagar
yo el taxi! De mi suegro no tengo queja porque es un putero de tres
pares de cojones, pero la vieja, la vieja es otra historia. Me leyó
la cartilla, me llamó muerto de hambre y empezó a llorar que no
había manera de consolarla, hasta mi santa esposa tuvo poco menos
que empujarla al taxi de vuelta a casa. Al final todo se aclaró pero
se acabó la escusa de que tenía que doblar cuando me tiraba a quien
ya sabe usted.
-¡Pero
qué escusa ni qué gato muerto! ¡Yo digo que me tiro a la bartola
para poder tirarme a la Bartola la vecina del sexto! ¡En el curro me
escaqueo por el almacén y piensan que ya me tiré a la bartola,
entonces aprovecho y salgo de extranjis para tirarme a la Bartola! Es
un desgaste físico y emocional a todos los niveles, cumplir con la
Bartola, cumplir con la parienta y cumplir en el curro, normal que me
tire a la bartola cuando no me estoy tirando a la Bartola... ¡Es de
cajón!
-Más bien de cojones...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario