The Adversiter Chronicle

lunes, 10 de mayo de 2021

REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues

 
Hace tiempo me hice con una bicicleta estática, cosas de lorzas sobre todo, de las que carecen de ruedas que puedan trasladarte de un sitio a otro, del punto A al punto B pasando por el punto C...
Al principio tenía mis dudas porque el hecho de no moverte como que me desmotivaba un poco, esa pereza que se adhiere a la mente cuando se adquiere un cachivache de ejercicio o ejercicio sin cachivaches, cuando te llenas la agenda de espacios para cambiar algo de tu vida. Arrinconada la desagradable pereza, me armé de valor y comencé a pedalear. Suave las primeras jornadas quedando con esa gana de más que te invade cuando empiezas un objetivo...
Con el tiempo he aprendido a viajar en mi bicicleta sin ruedas, voy de aquí para allá leyendo un libro, mirando la tele, escuchando música y devorando millas sin moverme del sitio. Creo que finalmente nos hemos hecho amigos y cada vez que me subo al sillín encuentro una reconfortante satisfacción...
Las ventajas son múltiples, desde perder lorzas a ganar fondo físico y tonificar el organismo. De las fiscales e impositivas ni te cuento, no hay que pagar viñeta, zona azul, impuestos o dejar unos buenos aurelios que nunca tengo en un taller. Como además no me desplazo físicamente pues no voy arrasando peatones, entorpeciendo el tráfico a motor o saltando semáforos...
Durante el confinamiento domiciliario no tuve traumas y taras psicológicas, salvo las habituales, por no poder moverme de casa, me subía a la bicicleta estática y viajaba sin lamentarme de estar encerrado. Mi experiencia dilatada en encierros aún más dilatados contribuyó a esa sensación de paz ya que disponía de las comodidades e incomodidades de siempre sin disminuir las primeras ni subir las segundas...
Más que una bicicleta estática, que también, es un auténtico simulador de paisajes, calles, avenidas, villas y villorrios, ciudades y parques. Si cierro los ojos mientras pedaleo puedo ver girar la rueda delantera y hasta la bicicleta cambia de forma pero los recuerdos no cambian de ir en bicicleta con ruedas. Ayuda mucho que indique la distancia, la velocidad, las calorías e incluso el ritmo cardiaco. Me preguntarás si añoro un vehículo con ruedas que me lleve de un punto A al punto B pasando por el punto C, pero mentiría si dijera que lo añoro salvo cuando tengo que ir de un punto a otro, pero es sólo nostalgia, creo...
A fin de cuentas no dejo de tener un vehículo salvo el pequeño detalle de que no tiene ruedas.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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