The Adversiter Chronicle

martes, 4 de mayo de 2021

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre

 Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE (2016)
(HACKSAW RIDGE)

Dicen que la peor, al menos entre las tres peores, película de hazañas bélicas es Boinas Verdes y puede que lo fuera al menos hasta que el Mel Gibson rodó Cuando éramos soldados, auténtico bodrio y bazofia del género bélico. Es por ello que el equipo de cata cinematográfica nos la cogimos con papel de fumar cuando, aparcando la faena, nos dispusimos a visionar esta producción de 2016 y dirigida por el Gibson. Basada en hechos reales y donde resaltan las escenas de batalla donde siguiendo la estela de Salvar al soldado Ryan se muestran con todo lujo de detalles amputaciones de extremidades por explosión, disparos reventando cráneos y asaltos suicidas a la japonesa. Pero nos gusta el género y hay que verla si se tiene ocasión.

La historia es sencilla, un joven de creencias religiosas profundas dispuesto a acudir a la
llamada del deber pero a condición de no empuñar un arma y sí sirviendo de sanitario salvando vidas. Mel Gibson no puede evitar desde hace lustros teñir sus películas de mensaje místico, de un mundo de mierda donde surgen santos varones que llevan a los hechos el mensaje de Cristo. Esto pesa en todo el metraje y ya predispone a cierto repelús, pero la cosa se resuelve bien y se centra en el protagonista, un Andrew Garfield que no deja de sonreír más de la mitad del metraje aunque le hostien por ser la oveja negra del pelotón de reclutas. Tal vez sonríe demasiado para nuestro gusto y no falta la bella epifanía final con el protagonista poco menos que ascendiendo a los cielos cuando es trasladado en camilla...

La película falla en el paternalismo con el que se muestra al ejército y sus mandos con un sargento interpretado por un poco convincente como tal por Vince Vaughn, no por su interpretación pero sí por el arquetipo del personaje de sargento instructor donde tiene sobrepeso, en combate el casco le queda ridículo al igual que el arma y en la escena donde es arrastrado mientras dispara como que nunca se le acaba el cargador. Al final vemos los tópicos típicos de desventuras de recluta garbanzo negro. Pero desde el sargento hasta el consejo de guerra, el estamento militar es políticamente correcto con el mensaje de que al final el cuerpo de oficiales es un ente comprensivo con sus soldados. No pudimos evitar unas risas imaginando al protagonista a las órdenes del general Patton que seguramente le hubiese metido un buen par de hostias si no coge el fusil....

Lo mejor es un Hugo Weaving convincente de padre traumas tras su paso por las trincheras
de la I Guerra Mundial, alcoholizado y maltratador de su esposa e hijos. Es de lo mejor de la película aunque su visita al general queda deslucida y casi sobra porque no sabemos si libra a su hijo del consejo de guerra o a qué cojones molesta al general. En realidad es un personaje fundamental para entender la motivación de objetor de conciencia de su hijo pero si le dan más protagonismo el mensaje gazmoño de hombre pío del protagonista hubiese perdido precisamente protagonismo. El segundo punto fuerte es que por fin se muestra a la tropa nipona sin harapos ni comeduras de tarro, vemos a la infantería atacar a la bayoneta y tan combativos como los estadounidenses y se ve retroceder a los buenos, aunque sea vital para luego sacar al héroe rescatando soldados heridos.


Mencionar a Teresa Palmer que devora la cámara eclipsando a su pareja y en definitiva un producto correcto pero poco original al mostrar los típicos tópicos. Muy bien Sam Worthington que también se come la cámara eclipsando al resto y una película con todos los defectos y virtudes de Mel Gibson director donde sigue empeñado en evangelizar al respetable logrando un pasable film bélico que es más un biopic típico sazonado de impacto visual de casquería. No nos disgustó pero tampoco nos enamora siendo lo mejor al final cuando sale el protagonista real. Le sobra tufo religioso y le falta innovación narrativa cogiendo de otros títulos y sazonado de religión.
Hay que verla pero no aporta nada no visto anteriormente en el género.


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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