Dicen las crónicas que en
tiempos de pestilencias siempre surgen profetas del apocalipsis,
gurús con soluciones alternativas, teorías conspiranoícas y por
último quienes alientan la rebelión...
Profetas del apocalipsis
no faltan en esta nueva peste global en forma de coronavirus y se
entremezclan con las teorías de la conspiración que van desde el
inefable microchip en la futura vacuna pasando por el fin de los
tiempos, que siempre ponen los nuevos profetas saltándose el
calendario...
Soluciones alternativas al
coronavirus hay para todos los gustos y hasta para sibaritas
paladares como es la orina de vaca entre otras perlas. No faltan los
habituales y las habituales en estos casos donde ya predicaban las
bondades de sus bebercios pero que viven una edad de oro ante la
incertidumbre sanitaria que sufre la sociedad que añora el tiempo
perdido, arrebatado más bien, en el mes de marzo. Lo de las
soluciones lo abarca todo y desde un punto de vista político,
sanitario, social y económico todos y todas tienen soluciones pero
no pueden, no quieren, no desean o simplemente se la bufa, reunirse
para cotejar soluciones...
El sueño vacacional
europeo se hace añicos a cada nuevo contagio y los presagios auguran
un septiembre complicado a todos los niveles, no hay cientos de
muertes diarias, es cierto, pero por lo demás volvemos a una
historia que suena conocida mientras suenan fanfarrias de tinte
electoral, de humo para escurrir el bulto y culpar como siempre a los
demás, cosa nefasta para la sociedad porque la divide en adeptos y
en enemigos...
Yo iba paseando el otro
día por la ciudad cuando al cruzar un paso de peatones comenzaron a
caer del cielo cagadas de gaviota para estupor de quienes estábamos
cruzando si bien no hubo que lamentar que nos cagaran encima. Podría
montar un pifostio exigiendo responsabilidades, denunciando acoso y
cagamentos sobre mi persona y hasta montar una manifestación, con
mascarilla y distancia social, para el exterminio de las gaviotas.
Las autoridades manifestarían que soy un particular, que lo de las
cagadas de gaviota es algo aleatorio y fuera de su ámbito de
decisión. En comisaría sería la estrella del día y me derivarían
a salud mental con un claro cuadro clínico de paranoia que motive mi
ingreso, mecánicamente contenido, para no armar un contencioso, junto
con dosis intravenosas de Haloperidol como mandan los cánones. En la
manifestación por mis derechos se sumarían tribus urbanas que
acabarían montando una algarada con descarga de los antidisturbios
antes de que la cosa se ponga turbia...
Enciendo un cigarro
mientras oteo la ciudad donde todo parece normal, como cuando se
viaja cada ciertos años a un pueblo y parece que nada cambia pero
donde todo ha cambiado...
Algo así se siente al
otear la ciudad desde el acantilado y su horizonte.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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