"Días de vinilo y cassetes", suplemento musical cutre

Una sección de El Bis en exclusiva para The Adversiter Chronicle

GOMA DE MASCAR (1979)

Hay canciones taladrantes y canciones pegajosas pero la que traigo hoy es taladrante y pegajosa como la goma de mascar que le da título a la canción y al grupo. Una canción que gozó de popularidad y su estribillo machacón repetido casi hasta la saciedad. Canto del cisne de un estilo de orquestación con aceleraciones y profusión de violas y violines. Una de esas canciones comerciales y de músicos de estudio que se interpretaban con sonido pregrabado, que tanto lastra ver ahora en imágenes pero que era la tónica de las actuaciones televisivas por entonces. Ahora cantan tan mal que además de cantar moviendo sólo los labios y además deformando las voces en estudio...

Pero estamos en 1979 con la radio fórmula en sus días de oro y unos tiempos muy distintos a los de hoy en día con promociones de semanas, sin acceso salvo en radio o programas de televisión y sed saciada de curiosidad en las revistas juveniles. A la letra pegañosa y orquestaciones que inducen a estados psicotrópicos de consciencia hasta acabar alienada la mente incapaz de dejar de repetir el estribillo, hay que sumarle que uno de los componentes del grupo se hizo famosillo por ganar un premio de imitaciones del Travolta y la Olivia Newton en la película Grease. Lo mejor es la producción, impecable en cuanto a sonido, que resume casi dos décadas de orquestaciones en la música pop y que alcanza con este tema su mejor versión del orbe hispano.

Y no tiene desperdicio la estética, vestuario y trazas del grupo en plena actuación televisiva, una mezcla de barroco setentero en los bailes y piruetas simulacro de coreografía y que acaba haciendo daño a la vista por estridencia estética. Es una de esas canciones que permanecen ocultas en algún resorte de memoria musical hasta que te viene de pronto, te vuelves senil o simplemente no se atina a meter la llave en la cerradura. Ejemplo de sonido de una época, típico ejemplo de producto comercial grabado en estudio por músicos profesionales y un grupo efímero en historia y que pese a su aparente simplicidad es un clásico de la época donde ya daba sus primeros pasos un sonido nuevo y distinto que eclipsaría el sonido setentero como parecía anunciar el vinilo de rosa fosforito. Pero cuidado, que es taladrante, se pega como la mierda de perro al zapato y puede producir serias alucinaciones visuales...

¡Luego no digáis que no aviso!

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