ENTREVISTA AL CADÁVER DE LAS CAJETILLAS DE TABACO

Debido a la pandemia se está restringiendo casi al ámbito privado el pernicioso y placentero acto de fumar un cigarrillo, de contaminar los pulmones con tabaco. Nadie mejor para conocer tan fascinante mundo que entrevistar al entrañable cadáver que jalona las cajetillas de tabaco junto con vísceras, bocas podres o lenguas tumorosas...

-¿Cómo se llega a cadáver de cajetilla de tabaco, ein?

-Modelo, si no le importa, soy modelo cadavérico. Buena pregunta, yo estaba muerto y pensé que resucitado cuando vi que conservaba mi consciencia, algo etéreo, como un viaje astral pero a lo bestia. El caso es que me veo cadáver junto a otros igual de cadáveres y tome conciencia de que era una especie de espectro, fantasma o algo así. Veo de pronto que comienzan a diseccionar los cadáveres y sacar fotos de aquellos órganos hechos una mierda y que llevaron a sus dueños a la muerte. Yo ahí pensé que me esperaba un futuro de psicofonías, golpes misteriosos y espantajo que espanta a vigilantes de seguridad, fregadoras y demás gremios que se pongan a tiro y me dije, oye, aquí en el mundo de ultratumba no se está mal y antes de ser troceado me hago modelo cadavérico y me labro un futuro espectral digno y aquí estoy, modelo mundial y espectro de cuerpo entero.

-¿Cuántos cigarrillos se fumaba al día?

-Ninguno. Yo no era fumador pero me corría unas juergas de padre y muy señor mío. Ahora no lo aparento, vaporoso y espectral, pero en mis tiempos vivos el fin de semana duraba hasta el lunes que volvía al tajo, pero el fin de semana era de muerte... ¡Ya ve usted si era de muerte que me mató! Lo que no sabía era que ni cielo ni infierno ni hostias en vinagre, esto es como una macrofiesta que no para nunca. Estoy como pez en el agua y voy a darle una primicia: cuando hacen esas investigaciones paranormales y garban golpes y ruidos, son los vecinos de abajo protestando, no se ve nada, ya lo sé, pero es que esto es la ultratumba.

-¿Y no añora estar vivo?

-Mire, no hay multas, no hay gastos, no hay nada material, es todo onírico. Incluso esta entrevista es como un sueño para mí. Se echa de menos no tocar, pero conozco gente atrapado en la foto y es otro rollo, ni bien ni mal pero ni vivo ni muerto. Yo decidí instalarme en las cajetillas y puede que me no despierte, porque por estos lares no se duerme, y un buen día empiece a pegar sustos a las y los fumadores. De momento cumplo el expediente de lo que quiera qué sea estar en este estado fantasmal y en la cajetilla se está cómodo, siempre a resguardo del frío y la humedad, calentito y mullidito en el bolso y la tranquilidad que da saber que siempre comprarán otra cajetilla.

-¿Y cuánto declara al fisco? ¡Oiga...! ¡Ya se está haciendo el muerto, es oir fisco y se mueren!

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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