Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje al centro
comercial
El
viajero otea el cielo desde la ventana mientras apura el café
mañanero, ese primer café que sabe a gloria y que se ha convertido
ya en rutina, siente el viajero cierta paz metafísica mientras otea
qué tiempo hace y observa el tráfico, la gente deambulando y esa
reconfortante sensación al ver por la ventana el trajín diario de
que es un día más y estamos para contarlo. Pero el viajero aparta
los pensamientos y ve que, si bien hace una mañana soleada, las
personas humanas deambulan abrigadas hasta las orejas, detiene la
vista en una pandilla de adolescentes que también van protegidos
contra el frío, señal inequívoca ésta de adolescentes abrigados
de que hace un frío de cojones...
El
viajero sale a la calle y nota el frio con sensación térmica de
baja temperatura, pero brilla el sol y eso siempre anima, sobre todo
porque las líneas de autobús que suele utilizar el viajero no paran
cerca del centro comercial y barrunta el viajero que vale más ir
andando que malgastar un viaje que le dejará de todas formas un
trecho que caminar, no es que no haya líneas de autobús que paren
cerca del centro comercial, es que el viajero las desconoce...Una vez más las cicatrices de la crisis económica asoman en la piel de asfalto de la ciudad, locales en alquiler y poca gente con ánimo consumista que hacen al viajero recordar otras mismas fechas en otros años ya cumplidos pero el viajero no sabe si ha caído en la trampa de lamentar el paso del tiempo, ejercicio inútil y doloroso piensa el viajero, que asume que los hábitos de compra han cambiado y que la crisis por algo se llama así. Pero el viajero gusta de estas fechas, tal vez precisamente porque tiene buenos y gratos recuerdos de otros años por estas fechas...
Camina el viajero entre la masa peatonal, poca masa para hacer una barra de pan piensa el viajero, que trata de mirar escaparates aunque no hay nada que llame su atención o le desvíe de su objetivo de ir al centro comercial para gastarse los cuartos en una tienda tradicional, pero la ley de la cartera manda y el viajero sopesa el hecho de que los precios del centro comercial son más competitivos en la carrera de vaciar la cartera, poco abultada y casi nada de contenido monetario, pero las piernas responden, el cuerpo mantiene el equilibrio y el viajero sigue soñando de vez en cuando, todo ello pesa más en la balanza que el ansia consumista incapaz de satisfacer el poder adquisitivo que se precisa para unas compras dignas de estas fechas mas el viajero vuelve a la realidad cuando ve a un tipo pidiendo una limosna, aunque maneja el móvil y piensa el viajero que el sistema ha logrado que todos estemos localizados, sin utilidad aún pero que seguramente en relativamente poco tiempo sea una realidad porque ya todos disponen de terminal y sólo falla la capacidad de procesamiento. Así que el viajero hace invisible al tipo que pide limosna y sigue caminando, contento y satisfecho de tener salud y no tener que pedir limosna...
Llega el viajero al centro comercial, a su entrada, y echa un último vistazo a la calle, saboreando tener dinero en la cartera porque sabe casi con certeza que, cuando salga de comprar, la cartera vacía salvo algo de calderilla, tendrá.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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