No sé si os pasa a
vosotros, yo tengo en mis neuronas de memoria ciertos recuerdos de
los que se te quedan grabados como esos sueños que recordamos
nítidamente pese al transcurrir del tiempo...
Hoy he tenido uno de esos momentos. Allá a finales de los 70´s había un programa, "La Clave", donde tocaban un tema y había un coloquio y un debate, pero debate, no "de batirse". Si os dijera que me quedaba a escuchar a aquellos invitados, jóvenes todos ellos para un niño como era yo, os estaría mintiendo. Pero no os miento si os digo que sí escuchaba algunos debates pero sólo era porque me llamaba la atención...
El caso es que Balbín presentaba a los tertulianos, hacía una introducción al tema a debatir y, ese era mi afán, echaban la película. Ya entonces me encantaba el cine y aquellas películas siempre tenían algo de especial, de distinto a las que veías el resto de la semana en la tele...
El caso es que vi una película, aunque no recuerdo el tema a debatir pero pienso que hablaría de a dónde puede llevar un mundo fanatizado de adultos, cuando se llega al clima del paroxismo y la inutilidad de la guerra, cumbre del resto de guerras dialécticas y de pensamientos.
La película es “El puente” de 1959, alemana y dirigida por Bernhard Wicki y que es una pequeña joyita que hay que revisar cuando veo a mi alrededor el enfrentamiento político. No se incita al ciudadano a votar libremente y no se estimula al votante a ser consciente de otros prismas.
“El puente” habla de lo que un mundo de adultos puede llegar a lograr si los niños ven odio, afán de eliminación y fanáticos adoctrinamientos cuando se pasa del debate al señalamiento, el insulto y no respetar no ya lo diferente o lo distinto sino a quien no opina lo mismo. El pasado es para conocerlo, interpretarlo en su contexto y evitar en lo posible los sufrimientos. Y ahora que todos pasamos por un ciclo económico de crisis se pueden observar los mismos síntomas, no del 36 o cualquier otra fecha histórica, no; me refiero al comportamiento humano que sin ser consciente está grabando a fuego en las retinas de quienes aún son inocentes, consignas, actos, insultos, estereotipos y subjetividades que pueden llegar a lograr adultos cerriles, fanáticos y ávidos de sangre del contrario…
Alguien puede pensar que critico a tal o cual formación pero no soy tan cretino. Sólo he visto una vieja película y creerme que son de esas películas que te hacen ver lo que ocurrió y cómo lo sufrieron. Al igual que el amor, la guerra es humana: el instinto llevado a la racionalización de matar al prójimo; la rémora de la parte animal de nuestro ser que a veces la energía del alma no es capaz de evitar anulando todo aquello de nos hace seres.
El ser humano es una inteligencia que si no es desde los inicios de su consciencia inculcada en una serie de pautas, y no digo valores porque los valores ha de llegarse a ellos, mostrándotelos pero sin evitar que corte la capacidad de análisis que nos da ser únicos en nuestra diversidad; y que si se educa en una sola dirección con un solo ángulo de perspectiva tarde o temprano conducirá a la guerra.
Suena “Why” de Annie Lennox, enciendo uno de mis infumables y el humo se eleva sin elevarse saliendo por la ventana y recuerdo aquellas noches en que me quedaba dormido y me gusta pensar que esas teorías de que dormir estimulando el sentido auditivo hace que tu mente lo capte aunque nunca lo sepas. Y me es muy agradable pensar que tal vez aquellos debates me inculcaron ciertas pautas de conducta, apreciar estar de tertulia escuchando otros puntos de vista…
Pero en realidad si debo
dar las gracias a Balbín es porque terminó de engancharme al cine,
aunque sea mudo, en blanco y negro y hasta con letreros.Hoy he tenido uno de esos momentos. Allá a finales de los 70´s había un programa, "La Clave", donde tocaban un tema y había un coloquio y un debate, pero debate, no "de batirse". Si os dijera que me quedaba a escuchar a aquellos invitados, jóvenes todos ellos para un niño como era yo, os estaría mintiendo. Pero no os miento si os digo que sí escuchaba algunos debates pero sólo era porque me llamaba la atención...
El caso es que Balbín presentaba a los tertulianos, hacía una introducción al tema a debatir y, ese era mi afán, echaban la película. Ya entonces me encantaba el cine y aquellas películas siempre tenían algo de especial, de distinto a las que veías el resto de la semana en la tele...
El caso es que vi una película, aunque no recuerdo el tema a debatir pero pienso que hablaría de a dónde puede llevar un mundo fanatizado de adultos, cuando se llega al clima del paroxismo y la inutilidad de la guerra, cumbre del resto de guerras dialécticas y de pensamientos.
La película es “El puente” de 1959, alemana y dirigida por Bernhard Wicki y que es una pequeña joyita que hay que revisar cuando veo a mi alrededor el enfrentamiento político. No se incita al ciudadano a votar libremente y no se estimula al votante a ser consciente de otros prismas.
“El puente” habla de lo que un mundo de adultos puede llegar a lograr si los niños ven odio, afán de eliminación y fanáticos adoctrinamientos cuando se pasa del debate al señalamiento, el insulto y no respetar no ya lo diferente o lo distinto sino a quien no opina lo mismo. El pasado es para conocerlo, interpretarlo en su contexto y evitar en lo posible los sufrimientos. Y ahora que todos pasamos por un ciclo económico de crisis se pueden observar los mismos síntomas, no del 36 o cualquier otra fecha histórica, no; me refiero al comportamiento humano que sin ser consciente está grabando a fuego en las retinas de quienes aún son inocentes, consignas, actos, insultos, estereotipos y subjetividades que pueden llegar a lograr adultos cerriles, fanáticos y ávidos de sangre del contrario…
Alguien puede pensar que critico a tal o cual formación pero no soy tan cretino. Sólo he visto una vieja película y creerme que son de esas películas que te hacen ver lo que ocurrió y cómo lo sufrieron. Al igual que el amor, la guerra es humana: el instinto llevado a la racionalización de matar al prójimo; la rémora de la parte animal de nuestro ser que a veces la energía del alma no es capaz de evitar anulando todo aquello de nos hace seres.
El ser humano es una inteligencia que si no es desde los inicios de su consciencia inculcada en una serie de pautas, y no digo valores porque los valores ha de llegarse a ellos, mostrándotelos pero sin evitar que corte la capacidad de análisis que nos da ser únicos en nuestra diversidad; y que si se educa en una sola dirección con un solo ángulo de perspectiva tarde o temprano conducirá a la guerra.
Suena “Why” de Annie Lennox, enciendo uno de mis infumables y el humo se eleva sin elevarse saliendo por la ventana y recuerdo aquellas noches en que me quedaba dormido y me gusta pensar que esas teorías de que dormir estimulando el sentido auditivo hace que tu mente lo capte aunque nunca lo sepas. Y me es muy agradable pensar que tal vez aquellos debates me inculcaron ciertas pautas de conducta, apreciar estar de tertulia escuchando otros puntos de vista…
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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