The Adversiter Chronicle

jueves, 15 de noviembre de 2018

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre


Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

BUCKTOWN (1975)

Una de las magias del séptimo arte, destacando el género negro, es que las películas con el paso de los años se convierten en cápsulas del tiempo. Primero con la invención de la fotografía y más tarde con el cinematógrafo, las generaciones futuras dejaron de depender del criterio de la autoridad y de la visión del artista para mirar el pasado en cuadros y monumentos. La fotografía trajo encapsular los instantes, la realidad que el cine retrató en movimiento y fidelidad desde sus inicios como producto de explotación comercial. Y empezamos el artículo así de frikis metafísicos porque entre tanta imagen sintética, efectos digitales y estúpidas películas de más estúpidos zombis, nada supera La noche de los muertos vivientes, nos apetecía disfrutar de simple cine, de esa magia que hace que la velada se prolongue a costa de eficiencia laboral hasta la hora de salir para jodienda de los del turno de mañana, pero una velada cinematográfica tiene prioridad sobre cualquier consideración laboral...

Los eruditos y sabelotodos del séptimo arte definen la película como perteneciente al subgénero de cine negro pero en una variante de éxito y popularidad donde los y las protagonistas eran actores y actrices de raza negra, cine de afroamericanos para consumidores que decimos ahora también afroamericanos y que tuvo su era clásica en la década de los 70´s. Para el común de los consumidores se hace necesario visionar sin prejuicios ni opiniones hechas por la distancia en el tiempo de su estreno para saborear en todos sus matices los trabajos del Tarantino, cierto que sus películas por sí solas ya agradan de ver aunque gusten unas más y otras menos pero en todas se disfruta. Si además vemos los títulos a los que rinde homenaje, tenemos razones más que sobradas para disfrutar de un subgénero rodado hace ya la friolera de cuatro décadas.

En esta ocasión es una cápsula del tiempo de la década de los 70´s en la mitad de la misma, esos años acabados en 5 que dejan atrás ya la década anterior pero sentando las bases de la decadencia de la década en vigor. Esto se traduce visualmente en las vestimentas, las formas de andar de los chulos negros de las grandes ciudades, de coches sin cortapisas a la hora de consumir porque la gasolina era barata aunque ya en alza en 1975. De matones negros que tienen la mirada de los mil metros de los veteranos que lograron regresar del sudeste asiático, de negros de localidades sureñas donde ya no hay segregación pero sí clases sociales basada en el racismo y el color de la piel. De una sociedad violenta, de prostitución, de calles inundadas de heroína que, aunque no se nombra y aparece, se refleja en los rostros de las prostitutas y de los jóvenes delincuentes que son detenidos a tiros por policías gañanes y garrulos además de corruptos...

Producción de 1975 dirigida por el director y productor Arthur Marks donde el protagonista interpretado por Fred Willianson llega de la gran ciudad a una localidad sureña y racista donde el acontecimiento más importante es la llegada diaria del tren con forasteros y que vive gracias al negocio del turismo que procedente de la otra orilla del río sabe que encontrará diversión, alcohol, juego y prostitutas hasta el mediodía siguiente. Acude al entierro de su hermano que regentaba un garito y que fue dejado morir por la policía aunque ésta en el informe hace constar que murió de muerte natural, cierto que fue apaleado pero falleció de neumonía provocada por la pérdida de sangre...

Convencido por las amistades de su difunto hermano de que vuelva a reabrir el garito, descubre las mordidas policiales en forma de abusivos precios de licencia de apertura y el pago semanal a los matones con placa de una parte de las ganancias. Armado de altos ideales pese a su oficio de matón urbano, llama a un colega de andanzas para que se desplace con refuerzos y librar a los hermanos y hermanas de raza negra de la opresión blanca pero una vez logrado resulta que la amistad se convierte en un drama de dilema y la explotación ya no la ejerce el poder del hombre blanco sino afroamericanos que explotan a otros afroamericanos, pero no sólo los chulos llegados de la gran ciudad, también los estudiados que con título universitario cobran su parte por acelerar los trámites...

Película con las características propias del subgénero donde sin grandilocuencia visual se muestra la violencia, descarnada y sangrienta sin romanticismo pero tampoco sin culpabilidad porque es la ley de la jungla, la ley del más fuerte, la ley donde el pez grande se come al pequeño. Habla de amistad de las calles donde los antaño pandilleros son ahora jefes de bandas y manejan el cotarro apoyados en jóvenes ávidos de dinero y mujeres pero que conspiran para que el jefe haga lo que ellos quieren que haga y éste no se entera. Cierto candor donde al principio se traza con claridad la línea que separa a los buenos de los malos, pero cine  
negro que muestra que en realidad todos y todas tienen cicatrices, que son malos y malas pero en su ámbito y en su entorno muestran solidaridad y sufren y aman pese a la dura vida de ser negro en una localidad de mala muerte. Cine de justicieros urbanos rodadas con planos y escenas breves como pinceladas, vemos al jefe de policía rezar dando gracias antes de cenar y comprendemos al instante su hipocresía y su racismo con la verdad que da ser veterano de la II Guerra Mundial y tener a Dios de parte de la raza blanca...

Y mención aparte a la protagonista femenina que es la siempre sensual de Pam Grier donde se le ven las tetas en una tórrida escena erótica que escandalizaba a los y las moralistas de la época, ante la aparición de tan bellos y turgentes pechos en escena, se desató una lluvia de latas de birra, palomitas, bolas de servilleta y chillidos y aullidos de macho alfa como no vivimos desde hace unas cuantas películas. El segureta hasta sacó fotos de manera compulsiva con su móvil de la escena. Pero no está de florero al igual que el resto de secundarios que repiten estereotipos de otros films, que se siguen repitiendo en la actualidad. Película en suma alejada del sistema de estrellas pero que eran productos hechos con oficio, de guiones expresivos y planos contundentes que condensan el tiempo. Es gracioso ver cómo el personaje del jefe de policía no sólo comulga con el presidente Trump en ideología sino que hasta se le parece en una de esas bromas macabras del espacio tiempo...
 
Y sí, pese a nuestro cachondeo y choteo, hemos acabado pidiendo al segureta que nos pase las fotos de Pam Grier, que conciliar el sueño de mañana siempre es más difícil que de noche...
Para amantes del cine por el cine.
 
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/
 

 
 
 
 

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