Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Un F. C. Barcelona
politizado gana una Copa del Rey politizada
La
crónica debería ser una alabanza a la victoria del Barça por un
contundente 5-0 a un brillante finalista como era el Sevilla, la
despedida de Iniesta levantando su última Copa, merecida estampa
para el estandarte de toda una época gloriosa del fútbol hispano,
diría que español pero me temo que ahora mismo es políticamente
incorrecto como en su día fue, hasta seguir hoy, con el tema de
hablar español. Pero es la crónica del clímax de la politización
del deporte con dimes y diretes, amenazas más bien, que iban desde
que el Barça renunciaría a jugar la final pasando por un simbolismo
en la uniformidad sin olvidar arengar a las masas aficionadas a que
se plantaran con camisetas amarillas desafiando al personal...

Las
amenazas de jugar con la senyera son demagogia porque podemos
recordar al Valencia cuando tenía a Kempes y jugaba con la bandera
de la región, pero se utiliza el equipamiento con espíritu de kale
borroka, como queriendo ofender porque se sienten ofendidos. Que se
requisaran las camisetas amarillas está permitido por la legislación
vigente cuando sean vehículo de enfrentamiento. Porque cretinos los
hay independentistas catalanes y constitucionalistas y pasa como en
los chigres con los faltosos, que te apartas o les ignoras y seguimos
a lo nuestro hasta que un día se encuentra con otro faltoso y acaban
engarrados a hostias. Muy mal la directiva del Barça azuzando al
personal porque encima los políticos secesionistas llamaban a la
afición a pasar de la fiesta del fútbol y que se enfrentaran aunque
fuera simbólico...
Eso
sí, si llega a haber hostias la clase política secesionista no estaba presente
en el estadio.
Ha
sido la final con menos gancho que se recuerda de los últimos
tiempos porque el deporte es la antítesis del enfrentamiento
político. Los europeos nos habríamos dado de hostias desde 1945 si
no fuera en gran medida por el fútbol que permite que ahora los
Estados de la UE y riberas aledañas se enfrenten a base de patadas a
una pelota y no a patadas en el culo. Y si avanzamos a una aldea
planetaria e interconectada, el deporte será fundamental para forjar
una paz que nos lleve a nuevas fronteras más allá de nuestro
planeta. La final la ganó el F. C. Barcelona pero el deporte y la
afición han sido los perdedores...
Una
pena de final y una pena de campeón gracias a su politización del
deporte.F. O. R.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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