MUERTE DE UN MANTERO
por Skizo´s Blues
Hay
profesiones y capas de la sociedad que son invisibles, ya sea en un
momento dado ya sea de forma continua. Entre las primeras labores
tales como limpieza, mantenimiento, hostelería en clubs ecuestres,
centros empresariales y sitios de lujo consumista; sin faltar
seguretas, prostitutas y empleos de nula cualificación. Entre los
segundos, personas con problemas de salud mental, mujeres amas de
casa de entorno machista, sin techos, chinos de las tiendas de chinos
y por último inmigrantes ilegales de piel negra y de origen un país
africano...
Yo
soy culpable, mis gafas de visión nocturna ya no se fijan en seres
invisibles, me tocó serlo y estoy condenado a no dejar de serlo,
pero están ahí y son noticia porque uno de esos tipos negros
africanos que pululan por nuestras ciudades ha fallecido tras ser
perseguido, lo cual puede escandalizar, indignar un segundo entre
bocado y bocado así como comentarios entre amistades, conocidos y
compañeros de trabajo al ver la indignación de un colectivo a
través de la pantalla de televisión. Es un juego del gato y el
ratón donde unos estamos confortablemente satisfechos y ellos pueden
sobrevivir, se ponen en un sitio y si viene la pasma echar a volar,
que cantaba el poeta, y si no les da tiempo pues la liturgia de
identificarse y los funcionarios de la policía local pues hacen su
trabajo. Este la palmó tras correr y entre mercachifles de la
política que aprovechan para atacar a la autoridad consistorial de
turno, condolencias varias y declaraciones sin variaciones de
comprensión y solidaridad por parte de las fuerzas sociales, que
pase rápido y sin tumultos. Mala suerte su muerte y ejemplo de la
muerte de un mantero, donde lo de menos es su circunstancia, ya se
les permite vagar por nuestras ciudades, lo importante es que haya
gresca, que haya minutaje televisivo y un micrófono a mano, que era
ilegal, negro y africano...
No
voy de ñoñeces falsas, he visto las noticias como todo hijo de
vecino, que las hijas son más inteligentes, y he masticado
disfrutando de la comida y observando la pantalla cómo compatriotas
aprovechan la indignación de los compatriotas del mantero. Mañana
será la misma mierda invisible que me rodea entre otras
invisibilidades mientras trato yo mismo de hacerme invisible o
visible en el espectro de luz que el sistema considera parámetros
aceptables. Sólo quiero contar una historia de cuando conocí a un
mantero...
Era,
espero que siga siendo y por tanto vivo, un negro de algún lugar de
África. Patrullaba la noche y pateaba el asfalto entrando en
locales, ofreciendo mercancía de fácil transporte y apetitosa al
consumidor, ese consumidor tabernero y tabernario ejercitante de
levantamiento de vaso en barra fija que cuando entra el mantero se
vuelve voceras, con chistes de sal gruesa y asesina gracia que el
mantero soporta porque sabe que cuando este tipo blanco está pedo
acaba comprando algo, que seas picante o un animal que ande y
baile...
Yo de
aquella andaba de animal nocturno pero en horario cristiano, de
charlas con un kameraden de los viejos tiempos y aún era rentable
gastar tres aurelios en un CD lo que me lleva a preguntarme si los
seguirá vendiendo... El caso es que le compre una noche un CD y
desde esa noche, todas la noches de salida nocturna en horarios
cristianos me saludaba, me ofrecía algo de mi gusto y yo le compraba
al menos uno, no soy de dar limosnas aunque guste de recibirlas, pero
comprar el CD saciaba mi voracidad consumista de música a precio
asequible y de paso le servía al mantero de curro en venta. Quise
invitarle una noche pero sólo quería un café y en una ocasión
quiso un botellín de agua, sé su nombre pero no le conocéis así
que me refiero al mantero. Llegó a darme su número por si sabía de
un trabajo, le dije que sabía pero no le dije más tarde que no
querían negros para trabajo de negros, era la primera fase de la
crisis y empezaba a sobrar mano de obra ilegal...
Sé
que vivía en un piso con otros manteros y no quise saber mucho de
los entresijos de su oficio. Lo ideal sería decir que sigue una
hermosa amistad pero sería mentir. La verdad es que me olvidé en
cuanto volví a horarios diurnos y mis desocupaciones habituales. Si
recuerdo una vez buscando en la agenda que vi su nombre y su
número...
Ha
muerto un mantero, era negro y de algún lugar de África y la verdad
es que nos importa un bledo, son invisibles, están ahí y hasta les
vemos pero no les miramos. Yo me acordé de mi amigo mantero y espero
que le haya ido bien porque en este rincón del digitalmente
revolucionado y consumista Occidente, ser negro, de un país africano
y ser inmigrante sigue siendo una putada.
Y el
que lo niegue, miente como un bellaco...
Descanse en paz.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario