Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Libro: Historia
de Italia
Autor:
Christopher DugganEditorial: Cambridge University Press
Traducción: Adrian Fuentes Luque
Edición: 1996
Es
uno de los grandes Estados de la Unión Europea y aunque tenemos una
idea de Italia como nación lo cierto es que hasta ayer, hablando en
términos históricos, no se produjo la unificación de la península
italiana jalonada de ciudades-estado y distintos territorios
soberanos de distintos reyes, hay que sumar la mezcolanza de
culturas, emigraciones y desarrollo así como las idiosincrasias
locales que de alguna forma no veían a Italia como un concepto
unitario del conjunto. El libro es de un estilo narrativo ameno, ágil
y didáctico pero accesible a todo tipo de lectores desde estudiantes
a jubiletas pasando por amantes de la historia y de Italia en
particular que busquen un conocimiento general donde el protagonista
es Italia y las vicisitudes políticas hasta llegar al presente.
Por
desgracia no trae la edición en nuestras zarpas dato alguno sobre el
autor así que lo mejor es buscar en Internet si estáis interesados.
Y sin más verborrea de relleno para cubrir el hueco de la ausencia
de datos sobre el autor, unas breves pinceladas que os inciten a su
apasionante, amena e instructiva lectura:
Unificación...
“Hacia
fines de la primavera de 1860, Giuseppe Garibaldi, un soldado
extravagante e irregular que había pasado gran parte de su vida
luchando en el extranjero al frente de una guerrilla, zarpó desde un
puerto próximo a Génova rumbo a Sicilia. Lideraba un abigarrado
grupo de estudiantes y aventureros, de los cuales muchos no eran más
que chiquillos que pretendían unificar Italia a bordo de dos
pequeños barcos. Las perspectivas de éxito eran escasas, ya que el
grupo estaba mal armado y muy pocos tenían experiencia en el arte de
la guerra o la administración. Es más, estos personajes no
constituían un paradigma prometedor de lo que debía ser la nación.
Entre los mil combatientes se contaban húngaros y polacos y el
contingente italiano incluía un número desproporcionado de soldados
procedentes de la pequeña ciudad septentrional de Bérgamo. Sin
embargo, en el espacio de unos meses consiguieron conquistar Sicilia
y las tierras altas del sur a los Borbones, y en marzo de 1861 Víctor
Manuel II, rey del Piamonte-Cerdeña, fue proclamado primer rey de la
Italia unificada.”
Recursos minerales...
“La
escasez de carbón no se vio compensada por la abundancia de otros
minerales. En la zona oriental de la isla de Elba se había explotado
el mineral de hierro desde la época de los etruscos y los depósitos
existentes en la zona de Brescia facilitaron una gran industria
armamentística local (la armadura milanesa era especialmente
apreciada en el siglo XV), aunque la cantidad producida nunca fue muy
importante. La Toscana producía ciertas cantidades de sal, bórax y
yeso en el valle de Cecina, además de mercurio y antimonio cerca del
monte Amiata y ferromanganeso en el Monte Argentario. Sicilia contaba
con importantes yacimientos de azufre, que podrían haber
proporcionado una mayor fuente de ingresos si hubieran sido
explotados de una forma más apropiada. La región más rica en
minerales era Cerdeña, que contaba con depósitos de plomo, zinc,
plata, bauxita, cobre, arsénico, barita, manganeso y fluorita. Tras
la Segunda Guerra Mundial, se descubrió gas metano en el valle del
Po y petróleo en la costa siciliana, pero esto no libró a Italia de
su dependencia del petróleo importado para la mayoría de sus
necesidades energéticas.”
Agricultura en el siglo XVI...
"La
presión de la población se tradujo en nuevas zonas dispuestas para
el arado. En el siglo XVI muchos viajeros se mostraron sorprendidos
por el gran número de vides y otros cultivos que aparecían en las
laderas de las montañas de la Toscana. Mientras tanto, la nobleza
del sur intentaba, a pesar de los reparos del gobierno, aumentar la
producción agrícola mediante la fundación de nuevas ciudades.
Tanto es así, que en las décadas centrales del siglo llegaron a
crearse unos cuatrocientos nuevos municipios. En la Lombardía la
respuesta de los terratenientes y los gobiernos a este aumento de la
población fue especialmente enérgica: el drenaje de la tierra fue
objeto de varias iniciativas (Leonardo da Vinci fue contratado para
que diseñara un sistema de control para las aguas del Adda y del
Ticino), y a finales del siglo XVI la región presentaba
prácticamente el mismo aspecto que muestra en la actualidad; Esto
es, campos parejos en los que se alinean olmos, moreras y árboles
frutales. La única diferencia notable viene marcada por la ausencia
de maíz y la producción de arroz a gran escala, que aparecerían, y
de qué modo, en el transcurso de los siglos XVII y XVIII.”
Sobrevivir a Napoleón...
“A
pesar de los arduos esfuerzos realizados por los gobiernos de
restauración para conservar los rasgos más atractivos del sistema
napoleónico, la situación que quedó después de 1815 invitaba a
pensar que el peligro de tensión política era inminente. Así, en
la región de Lombardía-Venecia los impuestos continuaron siendo
elevados, el servicio militar se volvió más oneroso que antes y el
comercio se redujo, para fastidio de las clases comerciales, al
Imperio Austriaco. Las pasión exhibida por el emperador por la
centralización implicaba, también, que cualquier autonomía local
de facto desaparecería en breve. Un informe de 1820 afirmaba que
`los lombardos detestan el sistema de uniformidad que les ha
equiparado a los alemanes, los bohemios y los galicianos´. Por otra
parte, la caída de Napoleón devolvió la ineficacia y la corrupción
administrativa a los Estados Pontificios, que vieron como el clero
renovaba su monopolio de gobierno. En el sur, los intentos de
reforzar el arraigo de Nápoles al Estado derivó en un resentimiento
generalizado, sobre todo en Sicilia, que había acogido su propia
constitución (ahora suspendida) en 1812 y donde la nobleza se había
acostumbrado a disfrutar de una libertad relativa bajo el gobierno de
los británicos.”
Italia unida...
“El
sentimiento que pronto tuvieron muchos italianos de haber sido
`conquistados´ por el Piamonte no se vio atemperado por beneficios
económicos. La implantación de los nuevos aranceles de libre
comercio derivó en un considerable nivel de privación,
especialmente en el sur, donde la supervivencia del frágil sector
manufacturero se había visto condicionada a la vigencia de medidas
proteccionistas. Las fábricas textiles y de maquinaria, así como
gran cantidad de pequeños talleres artesanos, cerraron prácticamente
en un abrir y cerrar de ojos. El incremento de los impuestos también
produjo mucho sufrimiento. Después de 1860, el gobierno tuvo que
hacer frente a una enorme deuda pública, de la cual más de la mitad
había sido contraída por el Piamonte en la década de 1850. Los
ministros de Hacienda se esforzaron por equilibrar el presupuesto, lo
cual se convirtió en una cruzada nacional en la década de 1860 y
principios de la de 1870 (Quintino Sella lo denominó “una cuestión
de `ser o no ser´”). El resultado fue un gran incremento de la
carga fiscal, y así entre 1862 y 1865 los impuestos directos
aumentaron en un 54% y los indirectos en un 40%. La obsesión del
gobierno por llevar siempre el agua a su molino se tradujo en la
implantación en 1868 de la extorsión tributaria o macinato (sobre
la molienda del trigo) que provocó una oleada de disturbios.
Fascismo en el sur de Italia...
“Sólo
se puede hacer una estimación del alcance del sufrimiento en que
vivió el sur de Italia bajo el fascismo, dado que el régimen
prohibió todo tratamiento informativo de `la cuestión del sur´
(arguyendo que ése ya era un problema resuelto) e impidió que la
prensa hiciese ningún tipo de referencia a la pobreza o la
delincuencia que pudiese ser perjudicial. No cabe duda que muchos
pequeños propietarios se arruinaron a finales de los años veinte
como consecuencia de la revalorización de la lira. No pudieron hacer
frente a los pagos de la hipoteca y se vieron obligados a venderlo
todo. La recesión mundial ocurrida tras 1929 fue probablemente
incluso peor, ya que originó un enorme descenso en las exportaciones
de productos como los cítricos, de los que dependían numerosos
pequeños agricultores. La creciente pobreza en el sur obligó a
decenas de miles de campesinos a dejar la tierra y emigrar a las
grandes ciudades (a pesar de las prohibiciones oficiales: los
mendigos daban una mala imagen del gobierno). Esta situación
contribuyó, con toda seguridad a un aumento de la delincuencia.”
Mafia...
“El
éxito de las familias mafiosas sicilianas al desplazar a los clanes
de Marsella como principales proveedores de heroína a los Estados
Unidos (se calcula que a finales de los años setenta en Palermo se
producían de cuatro a cinco toneladas anuales, lo que equivalía al
30% de todo el consumo en EEUU), les permitió tener acceso a sumas
masivas de capital que, una vez blanqueada, podía ser invertido en
actividades empresariales muy diversas, desde el transporte al
turismo. También en otras partes del sur, sobre todo en Campania y
Calabria, el tráfico de drogas aumentó el poder y la influencia de
las bandas criminales, ayudado por nuevos niveles organizativos: en
Nápoles, Raffaele Cutolo controlaba la llamada Nuova Camorra
Organizzata, mientras que en Sicilia las diversas facciones de la
mafia se integraron en una estructura conocida como la Cosa Nostra.
La violencia aumentaba a medida que crecía el crimen organizado, y a
principios de los años ochenta el Estado corría el riesgo de perder
por completo el control de algunas zonas del sur.”
Libro para nacionalistas tanto de izquierdas como de
derechas, lectores que gustan de saber de la historia y público en
general que quiera echar una mirada a los fundamentos de la historia
de Italia que se devora de un tirón e ideal para turnos de noche,
convalecencias y lectura de vacaciones pagadas en Bélgica sin
olvidar a los amantes de canales temáticos sobre viajes. Inocuo de
regalar a la suegra que posiblemente lo lea pensando que son
batallitas de Roma tipo Ben-Hur, que conste que quedáis
avisados.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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