Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Libro: El
enigma Hess
-El
último secreto de la Segunda Guerra Mundial al descubierto-
Autor:
Martin Allen Editorial: Editorial Planeta, S. A.
Traducción: Claudia Casanova
Edición: 2004
El
vuelo del lugarteniente de Hitler a Escocia forma parte ineludible de
la crónica de la II Guerra Mundial y suele despacharse en libros y
documentales como una chifladura personal de alguien que perdía peso
dentro del entorno del dictador alemán y trató de congraciarse y
recuperar influencia con un descabellado intento de mediar para
lograr la paz entre Gran Bretaña y Alemania...
La
propuesta de hoy es un viaje que trata de mostrar cómo el vuelo de
Hess formó parte de un monumental engaño por parte de los
británicos a Hitler para lograr que creyera en la existencia de una
facción anti Churchill para apartarlo del gobierno y llegar a un
acuerdo de paz con Alemania para que de esta forma un Hitler confiado
en una paz en el oeste se lanzara al suicidio bélico atacando a la
URSS. Las consecuencias de tal engaño, y por lo que debía
mantenerse en secreto, fueron millones de muertos de ciudadanos
soviéticos y que de hacerse público provocaría una falta de
credibilidad internacional para Gran Bretaña. Es cierto que los
hechos inducen a pensar que Hitler hubiera invadido sí o sí la URSS
pero el autor logra engarzar una crónica de los esfuerzos
diplomáticos y sus actores para llevar a cabo el ardid de confundir
a Hitler.
Martin
Allen nació en Caperphilly (Gales) y pasó su infancia en Cornwall,
antes de asistir al King´s College en la década de los setenta.
Reconocido como uno de los principales estudiosos sobre la historia
de Gran Bretaña en el último siglo y sus relaciones con la Alemania
nazi...
Datos
actualizados al año de edición y sin más, unas breves reseñas que
os inciten a su lectura:
Karl
Haushofer...
“A
finales de septiembre de 1945 cundió la consternación entre un
selecto grupo de funcionarios de Whitehall cuando se les informó de
que funcionarios del Servicio Secreto norteamericano que trabajaban
en la Oficina de Estudios Estratégicos (OSS) habían logrado
localizar a Karl Haushofer en su casa de Hartschimmelhof, al sur de
Munich, en lo más profundo de los bosques bávaros. Por qué el
Servicio Secreto británico no había localizado e interrogado al
anciano profesor Haushofer es todavía un misterio, pero es muy
posible que no pudieran lograrlo porque el profesor Haushofer residía
en la zona de ocupación norteamericana. Ahora se arrepentían
amargamente de no haberle perseguido con más ahínco, pues se
descubrió que Albretcht había enviado a su padre copia de partes
muy delicadas de la correspondencia que habían mantenido (con la
esperanza de que ello le sirviera de protección en el futuro);
además, el profesor estaba demostrando ser una importante fuente de
información para los interrogadores norteamericanos.”
El
duque de Windsor...
"Los
intentos de paz alemanes en Lisboa fracasaron por varios motivos. En
primer lugar, cometieron el error de creer que el duque de Windsor
todavía era un personaje influyente en Gran Bretaña. Al igual que
los nazis se habían esmerado en alimentar el ego del duque durante
su gira por Alemania en 1937, entonces se sorprendían por el hecho
de que les resultara tan sencillo acceder a este personaje que había
tenido tanta importancia. La palabra clave aquí es `había´. Si se
hubieran detenido a evaluar la situación, habrían visto que el
duque de Windsor ya no era un personaje al que el gobierno escuchara.
Puede que fuera el anterior rey de Gran Bretaña y que estuviera
viajando sin supervisión por un continente arrasado por la guerra,
pero esta misma libertad de movimientos, el hecho de que pudiera
hacer comentarios indiscretos a cualquiera que le escuchara, era una
señal bien clara de que el personaje había perdido para siempre su
importancia. Los miembros de la realeza británica son siempre
apolíticos en su conversación, y la libertad de la que gozaba el
duque de Windsor para hacer comentarios políticos inapropiados y de
poco tacto demostraba lo muy alejado que estaba de los centros de
poder y lo poco importante que se le consideraba.”
Samuel
Hoare, embajador en España y pieza fundamental del engaño a
Hitler...
“Así
pues, Samuel Hoare sería un protagonista clave en cualquier
negociación de paz. Era un hombre de quien la jerarquía alemana
sospechaba tenía la lealtad dividida, como indicaba el hecho de que
Churchill le hubiera alejado de Londres. Creían que deseaba la paz,
y que quizá simpatizaba con la causa alemana, dado su historial como
apaciguador e impulsor del pacto Hoare-Laval. Pero ahora se sabe que
la lealtad de Hoare era total e incuestionable. De no ser así,
Churchill nunca le habría colocado en un puesto tan importante. Los
alemanes, a pesar de todos sus expertos análisis, no lograron
discernir el hecho esencial de que sir Samuel Hoare era en realidad
un hombre de Churchill de arriba abajo. Sam Hoare no había siso
dejado a su suerte en la España neutral. La suya era una misión muy
importante y necesitaba contar con ayuda. No el tipo de ayuda que
pueden proporcionar los diplomáticos de bajo rango, sino que
necesitaba a un hombre que tuviera experiencia en operaciones clave
de engaño y que fuera capaz de actuar de forma sutil, un hombre que
supiera jugar con las cartas muy cerca del pecho. Así pues, Hoare
fue asistido durante su reunión con el nuncio papal por su agregado
naval, el capitán Gareth Alan Hillgarth, que tomó abundantes notas
de lo que el embajador del Papa decía, y luego mecanografió
personalmente el informe sobre la reunión.”
Tribulaciones de Churchill en 1941...
“En
las últimas semanas, el primer ministro de Gran Bretaña había
recogido un informe de los Servicios Secretos que le daba pocos
motivos para sentirse tranquilo. Aunque la Oficina de Guerra sugería
que, de hecho, era posible que Hitler estuviera a punto de atacar
Rusia (esta tesis estaba reforzada por las descodificaciones de la
máquina Enigma, que indicaban una `gran concentración de tropas
alemanas y apoyo aéreo convergiendo sobre Oderberg, cerca de
Cracovia´), este último informe sobre `Estrategia del Eje´ ponía
un inesperado obstáculo en el camino, pues declaraba: `Parece que
una invasión alemana de Rusia no tiene posibilidades de acontecer
hasta que el resultado de la batalla por el Atlántico quede más o
menos claro. Creo que los actuales rumores que indican que tal ataque
es inminente son propagados por Alemania como advertencia a Rusia
para que se abstenga de intervenir en las operaciones alemanas en el
sureste de Europa´. Había dos puntos en este informe que señalaban
cuán importante sería para la supervivencia de Gran Bretaña que
Alemania iniciara una campaña contra Rusia. El primero de ellos
decía: `Si por otra parte, Alemania interviene en Rusia y aumenta su
compromiso en esa campaña hasta llegar a la ocupación de Moscú,
ello tendría un efecto militar debilitador que iría más allá de
la pérdida temporal de petróleo y minerales.”
Consecuencias en Hitler del vuelo de Hess...
“Es
imposible saber hasta qué punto la pérdida de Hess fue la causa de
esa depresión. Puede que el motivo principal fuera que Hitler
comprendió que todas sus tentativas de paz de los últimos nueve
meses, a través de Hess, Haushofer, nuncios papales, embajadores
británicos y una multitud de intermediarios de menor rango, no
habían servido de nada. En el preciso instante en que más cercano
parecía un acuerdo de paz, se súbito todo había ido mal. Hitler
probablemente se preguntaría si el desastre lo motivó el hecho de
acceder a la petición de Hess y permitir que fuera él y no Ernst
Bohle quien mantuviera la reunión con un importante personaje
británico. Puede que Hitler sospechase que alguna intrincada
perfidia de los británicos le había costado a Hess su libertad, y
que todas las ofertas de negociaciones de paz previas habían siso
sólo una pantalla de los Servicios Secretos británicos.”
Amena lectura para amantes de los entresijos de la
historia, amantes de documentales, turnos tranquilos en horas
nocturnas, convalecencias hospitalarias y lectura de vacaciones. Un
viaje al mundo de los subterfugios diplomáticos en el arte de
engañar al adversario en un trabajo de investigación y cotejar
datos donde nada era lo que parecía cuando Hitler se paseaba
triunfal por Europa y Gran Bretaña se quedó sola para defender la
democracia ante el totalitarismo nazi y fascista en 1941.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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