The Adversiter Chronicle

martes, 13 de febrero de 2018

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre


Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro: El enigma Hess
-El último secreto de la Segunda Guerra Mundial al descubierto-
Autor: Martin Allen
Editorial: Editorial Planeta, S. A.
Traducción: Claudia Casanova
Edición: 2004

El vuelo del lugarteniente de Hitler a Escocia forma parte ineludible de la crónica de la II Guerra Mundial y suele despacharse en libros y documentales como una chifladura personal de alguien que perdía peso dentro del entorno del dictador alemán y trató de congraciarse y recuperar influencia con un descabellado intento de mediar para lograr la paz entre Gran Bretaña y Alemania...

La propuesta de hoy es un viaje que trata de mostrar cómo el vuelo de Hess formó parte de un monumental engaño por parte de los británicos a Hitler para lograr que creyera en la existencia de una facción anti Churchill para apartarlo del gobierno y llegar a un acuerdo de paz con Alemania para que de esta forma un Hitler confiado en una paz en el oeste se lanzara al suicidio bélico atacando a la URSS. Las consecuencias de tal engaño, y por lo que debía mantenerse en secreto, fueron millones de muertos de ciudadanos soviéticos y que de hacerse público provocaría una falta de credibilidad internacional para Gran Bretaña. Es cierto que los hechos inducen a pensar que Hitler hubiera invadido sí o sí la URSS pero el autor logra engarzar una crónica de los esfuerzos diplomáticos y sus actores para llevar a cabo el ardid de confundir a Hitler.

Martin Allen nació en Caperphilly (Gales) y pasó su infancia en Cornwall, antes de asistir al King´s College en la década de los setenta. Reconocido como uno de los principales estudiosos sobre la historia de Gran Bretaña en el último siglo y sus relaciones con la Alemania nazi...

Datos actualizados al año de edición y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su lectura:


Karl Haushofer...
A finales de septiembre de 1945 cundió la consternación entre un selecto grupo de funcionarios de Whitehall cuando se les informó de que funcionarios del Servicio Secreto norteamericano que trabajaban en la Oficina de Estudios Estratégicos (OSS) habían logrado localizar a Karl Haushofer en su casa de Hartschimmelhof, al sur de Munich, en lo más profundo de los bosques bávaros. Por qué el Servicio Secreto británico no había localizado e interrogado al anciano profesor Haushofer es todavía un misterio, pero es muy posible que no pudieran lograrlo porque el profesor Haushofer residía en la zona de ocupación norteamericana. Ahora se arrepentían amargamente de no haberle perseguido con más ahínco, pues se descubrió que Albretcht había enviado a su padre copia de partes muy delicadas de la correspondencia que habían mantenido (con la esperanza de que ello le sirviera de protección en el futuro); además, el profesor estaba demostrando ser una importante fuente de información para los interrogadores norteamericanos.”

El duque de Windsor...
"Los intentos de paz alemanes en Lisboa fracasaron por varios motivos. En primer lugar, cometieron el error de creer que el duque de Windsor todavía era un personaje influyente en Gran Bretaña. Al igual que los nazis se habían esmerado en alimentar el ego del duque durante su gira por Alemania en 1937, entonces se sorprendían por el hecho de que les resultara tan sencillo acceder a este personaje que había tenido tanta importancia. La palabra clave aquí es `había´. Si se hubieran detenido a evaluar la situación, habrían visto que el duque de Windsor ya no era un personaje al que el gobierno escuchara. Puede que fuera el anterior rey de Gran Bretaña y que estuviera viajando sin supervisión por un continente arrasado por la guerra, pero esta misma libertad de movimientos, el hecho de que pudiera hacer comentarios indiscretos a cualquiera que le escuchara, era una señal bien clara de que el personaje había perdido para siempre su importancia. Los miembros de la realeza británica son siempre apolíticos en su conversación, y la libertad de la que gozaba el duque de Windsor para hacer comentarios políticos inapropiados y de poco tacto demostraba lo muy alejado que estaba de los centros de poder y lo poco importante que se le consideraba.”

Samuel Hoare, embajador en España y pieza fundamental del engaño a Hitler...
Así pues, Samuel Hoare sería un protagonista clave en cualquier negociación de paz. Era un hombre de quien la jerarquía alemana sospechaba tenía la lealtad dividida, como indicaba el hecho de que Churchill le hubiera alejado de Londres. Creían que deseaba la paz, y que quizá simpatizaba con la causa alemana, dado su historial como apaciguador e impulsor del pacto Hoare-Laval. Pero ahora se sabe que la lealtad de Hoare era total e incuestionable. De no ser así, Churchill nunca le habría colocado en un puesto tan importante. Los alemanes, a pesar de todos sus expertos análisis, no lograron discernir el hecho esencial de que sir Samuel Hoare era en realidad un hombre de Churchill de arriba abajo. Sam Hoare no había siso dejado a su suerte en la España neutral. La suya era una misión muy importante y necesitaba contar con ayuda. No el tipo de ayuda que pueden proporcionar los diplomáticos de bajo rango, sino que necesitaba a un hombre que tuviera experiencia en operaciones clave de engaño y que fuera capaz de actuar de forma sutil, un hombre que supiera jugar con las cartas muy cerca del pecho. Así pues, Hoare fue asistido durante su reunión con el nuncio papal por su agregado naval, el capitán Gareth Alan Hillgarth, que tomó abundantes notas de lo que el embajador del Papa decía, y luego mecanografió personalmente el informe sobre la reunión.”

Tribulaciones de Churchill en 1941...
En las últimas semanas, el primer ministro de Gran Bretaña había recogido un informe de los Servicios Secretos que le daba pocos motivos para sentirse tranquilo. Aunque la Oficina de Guerra sugería que, de hecho, era posible que Hitler estuviera a punto de atacar Rusia (esta tesis estaba reforzada por las descodificaciones de la máquina Enigma, que indicaban una `gran concentración de tropas alemanas y apoyo aéreo convergiendo sobre Oderberg, cerca de Cracovia´), este último informe sobre `Estrategia del Eje´ ponía un inesperado obstáculo en el camino, pues declaraba: `Parece que una invasión alemana de Rusia no tiene posibilidades de acontecer hasta que el resultado de la batalla por el Atlántico quede más o menos claro. Creo que los actuales rumores que indican que tal ataque es inminente son propagados por Alemania como advertencia a Rusia para que se abstenga de intervenir en las operaciones alemanas en el sureste de Europa´. Había dos puntos en este informe que señalaban cuán importante sería para la supervivencia de Gran Bretaña que Alemania iniciara una campaña contra Rusia. El primero de ellos decía: `Si por otra parte, Alemania interviene en Rusia y aumenta su compromiso en esa campaña hasta llegar a la ocupación de Moscú, ello tendría un efecto militar debilitador que iría más allá de la pérdida temporal de petróleo y minerales.”

Consecuencias en Hitler del vuelo de Hess...
Es imposible saber hasta qué punto la pérdida de Hess fue la causa de esa depresión. Puede que el motivo principal fuera que Hitler comprendió que todas sus tentativas de paz de los últimos nueve meses, a través de Hess, Haushofer, nuncios papales, embajadores británicos y una multitud de intermediarios de menor rango, no habían servido de nada. En el preciso instante en que más cercano parecía un acuerdo de paz, se súbito todo había ido mal. Hitler probablemente se preguntaría si el desastre lo motivó el hecho de acceder a la petición de Hess y permitir que fuera él y no Ernst Bohle quien mantuviera la reunión con un importante personaje británico. Puede que Hitler sospechase que alguna intrincada perfidia de los británicos le había costado a Hess su libertad, y que todas las ofertas de negociaciones de paz previas habían siso sólo una pantalla de los Servicios Secretos británicos.”

Amena lectura para amantes de los entresijos de la historia, amantes de documentales, turnos tranquilos en horas nocturnas, convalecencias hospitalarias y lectura de vacaciones. Un viaje al mundo de los subterfugios diplomáticos en el arte de engañar al adversario en un trabajo de investigación y cotejar datos donde nada era lo que parecía cuando Hitler se paseaba triunfal por Europa y Gran Bretaña se quedó sola para defender la democracia ante el totalitarismo nazi y fascista en 1941.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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