Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
Joan Manuel Serrat no
es fascista; la pureza patriótica sí lo es
Es
cierto que en esta era de comunicaciones digitales las noticias
engordan como la levadura y al final pueden resultar un buñuelo de
aíre, pero para alguien como yo, atrapado en unas piernas que no
andan ni caminan y que ni siquiera son capaces de sostenerme, el
acceso por Internet a las noticias y poder comparar titulares se
convierten en una rutina diaria, un no pensar y concentrarme en la
lectura de la actualidad...
Lo
digo porque alguien ha etiquetado a Joan Manuel Serrat de fascista y
ya se debate si hay o no una campaña, si se aprovechó para lucir
tipo por parte de otros artistas y salir en la foto; absurdeces que
no se paran a analizar el hecho, no si hay una campaña o no, sino
que alguien ha llamado fascista a un patriota catalán porque no se
suma al delirio demagógico e ilegal de los salvapatrias de turno...
No
entro al debate ni caigo en la trampa de sus argumentos porque estoy
postrado y porque la miopía basada en la tergiversación histórica,
la creación de mitos y toda una parafernalia alrededor de los
mismos, una demagogia que sólo esconde una forma rentable de vivir
de la política, en la fanatización amparada por las autoridades
competentes desde la infancia y en acusar de traidores a quienes no
comulgan con el credo oficial y sobre todo no entro al debate porque
opino y creo que los nacionalismos son nocivos y nefastos para la
sociedad que los incuba y les hace intolerantes...
Los
nuevos portaestandartes de la pureza patria pregonan a diestro y
siniestro que somos un sistema franquista, que La Transición sólo
ha sido y es un ejercicio de franquismo, que somos culpables quienes
ya crecimos en democracia, la misma que nuestros adultos nos legaron,
la misma que les ha permitido ser libres para gestionar y cuidar el
patrimonio cultural propio y parte indeleble del conjunto con tantos
siglos de historia que sólo recordamos la histeria...
Serrat
ha sido y es un defensor, un difusor y un abanderado de Cataluña,
del catalán y de la idiosincrasia única del pueblo catalán. Si
pienso mal acabo razonando que quienes si aplican un régimen de
connotaciones franquistas son los mismos que enarbolan la bandera del
fin de la opresión española sobre Cataluña; convirtiendo la Guerra
de Sucesión en un conflicto entre Cataluña y Castilla, historia que
huele a naftalina, historia que no se enseña y se oculta cuando no
se inventa si es necesario...
Ahora
entiendo aquel momento en que me apeo del autobús escolar y hay un
montón de adultos arremolinados ante el escaparate de la tienda de
electrodomésticos donde una televisión escupía imágenes de Tejero
amedrentando a toda una nación a golpe de pistola. Pero la vida
siguió igual al día siguiente y volvimos a la escuela, y seguimos
recorriendo el camino de la infancia porque triunfó la democracia y
el régimen constitucional que nuestros adultos habían decidido...
No
puedo consentir ni tolerar que se llame fascista a Serrat porque es
llamar fascistas a mis adultos de entonces y grito desde mi
impotencia que fascistas son ellos, no quienes como ciudadanos eligen
esa opción, me refiero a los políticos que los utilizan, a toda la
ciudadanía sin importar edad...
No es
Serrat el fascista, son quienes se lo llaman por motivos de un
nacionalismo basado en la pureza patriótica y que utilizan la máxima
de que una mentira inculcada desde la infancia y repetida mil veces,
termina siendo verdad y esa verdad es rentable políticamente, ni más
ni menos.
Antón
RenduelesThe Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario