Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Autor: Bajo la dirección de John Elliot y Laurence Brockliss
Editorial: Grupo Santillana de Ediciones S. A.
Traducción: Jesús Alborés y Eva Rodríguez Halffter
Edición: 1999
Siempre
hay un motivo, cuando no varios, para zamparse un libro y aunque la
propuesta de hoy es un viaje a los siglos XVI y XVII para observar el
fenómeno de los validos, sigue de plena actualidad el tema de las
amistades cerca de los círculos y las personas del poder como ocurre
en Corea del Sur, cierto que ya no estamos en la época de los reyes
absolutistas pero continuamente la democracia se ve alterada por
casos de corrupción donde el amiguismo, la cercanía, es causa
fundamental que sigue indignando a la ciudadanía y dañando
políticamente la convivencia.
El
libro de hoy es en realidad una obra de varios autores que en sus
artículos abordan el fenómeno de los validos desde aspectos que van
desde el social a las artes pasando por el lenguaje propio que
permitieron la aparición de hombres poderosos que encarnaban al rey
ocupándose de la administración cada vez más burócrata de los
asuntos del reino a la vez que mantenían a salvo la figura del
monarca que se libraba de las críticas y el odio de sus súbditos
para dedicarse al mundo de la corte y los cortesanos, verdadero
centro de poder e influencia...
Sir
John Elliot es regius
professor emeritus de
Historia Moderna en la Universidad de Oxford, y
fellow honorario del
Oriel College. Ha sido galardonado con el Premio Balzan 1999 por su
contribución a la Historia entre 1500 y 1800. Laurence Brockliss es
profesor de Historia Moderna en la Universidad de Oxford y fellow
y
Parcos
datos sacados de la contraportada y actualizados en el año de
edición así que si queréis saber más lo mejor es que miréis por
Internet mientras que yo hago mutis por el teclado y os dejo unas
breves pinceladas que os inciten a su lectura:
¿Fenómeno
común a las grandes monarquías europeas?
"Fue,
por consiguiente, como constructores de Estados, o al menos
constructores de Estados embrionarios, como los ministros-privados
del siglo XVII que no eran incurablemente frívolos o
irremediablemente corruptos entraron en la historiografía del siglo
XX. Ellos habían desempeñado un papel en la creación del
Estado-nación soberano y centralizado que se consideró culminación
lógica de mil años de historia europea. Pero en la historiografía
, en el siglo XX tanto como en el XIX, tendieron a quedar confinados
a sus propias demarcaciones nacionales. Pese a que sus coetáneos
pudieran establecer paralelismos entre ellos, había escasa
inclinación entre los historiadores a considerar el grado en que las
circunstancias que les elevaron al poder y el posterior estilo de
ejercerlo pudieran reflejar una situación y unos supuestos que
trascendían los límites nacionales.”
La
corte de Isabel I...
“Si
el estilo de la corte de Isabel parecía cada vez más artificial,
incluso incómodo, la espectacular riqueza e influencia de Leicester
y Hatton, en particular, despertaba expectativas respecto al valor
especial del favor real. Estas expectativas quizá fueran un tanto
exageradas dado que la imagen de un favorito real que representaban
reflejaba la culminación de diez o veinte años de servicio íntimo
a la reina. Incluso así, la rivalidad habitual entre jóvenes
cortesanos ambiciosos tenía ahora lugar con la vista puesta en la
sustitución de estos grandes favoritos cuando murieran o perdieran
la confianza de la reina. En esta competición, dos fracasos notables
a comienzos de la década 1580-1590 fueron los del yerno de Burghley,
el conde de Oxford, y el sobrino mayor de Leicester, sir Philips
Sidney. De forma irónica, y quizá significativa, el nuevo
pretendiente del favor real que más éxito tuvo fue un personaje
completamente al margen, sir Walter Ralegh.”
Concini...
"Sostener
que Concini disfrutaba de poder político ya en 1610 es excesivo.
Antes bien, está claro que su poder, que no se estableció
plenamente al comienzo de la regencia en 1610, se desarrolló en tres
etapas principales. Entre 1610 y 1614 Concini y su mujer Leonora se
centraron en amasar su fortuna y en adquirir tierras y cargos
mediante la estrecha relación de Leonora con la reina: como afirmó
alguien del entorno de Leonora, `la reina madre jamás concedía
mercedes o favores sin buscar primero el consejo de la mujer del
mariscal´. La influencia de Leonora sobre la reina supuso un
beneficio financiero para los Concini. Sobre todo, el control del
nombramiento de cargos en la casa real y en los 'parlements' y la
designación de obispos fue un instrumento para el beneficio
financiero. La riqueza, a su vez, contribuyó a consolidar el rango
social, que en el caso de Concini se ejemplifica en la adquisición
del marquesado de Ancre (en 1610) y en su ascenso a mariscal en 1613.
Pero durante esta fase, el poder se mantuvo en manos del ministro
Villeroy.”
Olivares...
“Dicha
cautela iba, no obstante, acompañada de una estrategia de alto
riesgo. El sentido que el propio Olivares tenía de la gran
importancia de la monarquía española, y de la necesidad polñitica
de desplegar toda la panoplia del poder regio para promover sus
planes de reforma, le obligaron a escribir un guión para uso de
Felipe IV que, llevado hasta sus conclusiones lógicas, implicaba a
la larga su propia exclusión de aquel mismo poder. El programa de
Olivares exigía un `Felipe el Grande´, un rey de España tan astuto
políticamente como Fernando el Católico, tan heroico en la batalla
como Carlos V y tan justo y concienzudo como Felipe II. Pero, por
definición, semejante parangón no tendría necesidad alguna de
privado. Si Felipe podía en efecto transformarse en este parangón
¿qué lugar había para Olivares en ese orden cosas?”
El
favorito como personaje literario...
"Esta
visión del favorito como componente permanente de las monarquías
personales -tan permanente como los monarcas, los oficiales reales y
los cortesanos- le transformo (al valido) en sujeto central de la
literatura política del periodo moderno. Todos los autores que
discutieron el tema eran conscientes de las distintas relaciones que
mantenían específicos monarcas y sus favoritos, así como de la
diversidad social de éstos. También sabían que no todos los
favoritos jugaban el mismo papel en la gobernación de la monarquía,
lo cual dependía de circunstancias políticas muy particulares.
Pero, al discurrir el tema del favoritismo, los escritores modernos
intentaban principalmente descubrir y explicar las reglas generales
que gobernaban el ascenso y papeles de los favoritos en un mundo
político cambiante.”
El
retrato como manifestación de poder...
“Hasta
1625 no encontró Buckingham el pintor que buscaba. Fue éste Peter
Paul Rubens, cabría decir que el más elocuente pintor de corte de
su época. Buckingham y Rubens se conocieron en París en la
primavera de 1625. El duque había ido para dar escolta a Henrietta
María hasta Londres, y Rubens para instalar la famosa serie de
cuadros dedicados a la vida de María de Medicis, obras que
evidentemente Buckingham vio y admiró. Lo que Rubens ofrecía era
retórica, una forma mucho más eficaz de definir y, si fuere
necesario, defender una posición. Y hacia 1625 Buckingham necesitaba
la retórica visual más persuasiva que estuviera a su alcance.”
El
valido como escudo de la monarquía...
“Una
vez y otra, los príncipes del periodo de 1550-1650 se vieron
inmersos en acciones que muchos nobles y eclesiásticos consideraban
amorales pero que en las circunstancias del momento tenían una
lógica aplastante. Los príncipes tenían entonces que proteger sus
flancos frente a la crítica de fanáticos religiosos o
tradicionalistas reprobatorios. El recurso a un ministro-privado era
la solución perfecta. Un Richelieu o un Olivares se llevaba las
críticas, mientras la monarquía salía, por lo general, indemne.
Príncipe y ministro-privado formaban un eficaz tándem: el príncipe
se presentaba ante el mundo como el buen rey de antaño; el
ministro-privado aplicaba abiertamente medidas de `Realpolitik´. El
uno llevaba bajo la capa la obra de Cicerón `De officiis´, el libro
de texto más leído en los siglos XVI y XVII, donde se insistía en
que había una sola y única moral para gobernados y gobernantes; el
otro estudiaba de continuo los `Anales´ de Tácito (un autor latino
prácticamente desconocido antes de la segunda mitad del siglo XVI y
de su promoción debida a Justo Lipsio) y se instruía en el arte
novel de la `raison d´ ètat´”.
Conjunto
de ensayos que de forma amena nos lleva a la figura del valido que
lejos de ser un fenómeno aislado fue una constante en Europa con
características comunes que superan los localismos. Poder a base de
cercanía al soberano y la creación de patronazgos que sustentaran
su poder aunque el final del valido fuera la mayoría de las veces la
caída en desgracia, pero anteponiendo siempre la máxima de que el
poder emanaba del rey unicamente. Posiblemente os quede ese sabor
amargo de ver que los sucesos de hace siglos se repiten en nuestro
presente donde aún impera el amiguismo, la cercanía al poder como
medio de enriquecimiento personal y la sumisión de quienes se
benefician en proteger la imagen pública.
Lectura
ideal para amantes de la Historia, convalecencias de reposo y
servicios nocturnos de retén aunque recomendable para mentes
inquietas que buscan respuestas a interrogantes que ya se planteaban
hace siglos. A la suegra, mejor que no lo lea, no vaya a ser que se
enrolle con otro pensionista en el bingo con afán de valido y
endurezca las condiciones para disfrutar de su sopa boba...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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