Con la
colaboración de Mars El Grouchu
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
FIRST DATES
(El encanto de lo simple)
Hay
cosas simples que son hermosas en su simplicidad, lo digo porque The
Adversiter Chronicle me encarga un artículo que hable de un programa
recomendable a los lectores y este formato de primeras citas al calor
de una cena, citas a ciegas puesto que no hay conocimiento previo entre
la pareja de comensales, cumple los requisitos, a saber: dinámica sencilla,
formato simple y que logra captar la atención.
Dinámica sencilla por cuanto se trata de asistir a la cena entre dos desconocidos que, a veces sí y a veces no, puede culminar en repetir cita y acabar en folleteo. El único esfuerzo que debemos hacer como espectadores es contemplar las vicisitudes entre los comensales sin ningún tipo de esfuerzo neuronal como requieren otros formatos donde hay estrategias y conocimientos...
El
formato es encantadoramente simple con un atrezzo de restaurante fino
rodeados de otros comensales, lo cual da un aire de familiaridad
siendo lo mejor que los comensales deben abonar la cena y siempre es
fascinante quién de los dos toma la iniciativa a la hora de sacar la
cartera. No hay decorados que distraigan y la realización compleja y
triunfadora al dar una perspectiva al espectador sin andar tocando
las narices a los comensales.
Y
logra captar nuestra atención, que miremos y fisguemos unos minutos
antes de cambiar de canal, luego terminamos viendo una parte sin
acordarnos que los anuncios de nuestro programa a esas horas en otro
canal ya han terminado para culminar en que pasa a ser una opción
que nos tragamos entera. Y lo hacemos porque las primeras citas
despiertan ensoñaciones, disfrutamos criticando con la parienta y
aunque nunca lo confesemos muchas veces resulta reconfortante
identificarse con alguno de los comensales, pero sobre todo es un
programa con dinámica propia y personalidad gracias al equipo detrás
de las cámaras y, no siempre ocurre en otros formatos, delante de
las mismas.
De
mascarón de proa un familiar y de siempre grato recuerdo de Carlos
Sobera que sabe darle con sus muecas faciales un aíre de guasón y
de pedete lúcido a su personaje. Porque el talento del Sobera
destila en poco espacio físico e intervenciones limitadas un
personaje que ya nos incita a seguir el programa y primer gancho para
atrapar al espectador. Sin interpretación barroca ni austeridad
clásica el papel de Carlos Sobera es tan magistral que ya merece la
pena no cambiar de canal, sin olvidar al camarero y las camareras.
Los
comensales suelen ser bastante frikis y hay un poco de todo aunque a
veces los emparejamientos suenan a elección en base a cachondeo y
sustancias psicotrópicas pero logra no empachar ni saturar al
espectador. Es un programa casi como aquellos que eran para toda la
familia que no tenían contenido especialmente erótico y violento
porque acaba atrapando como dije antes y dentro de la programación
resulta un soplo de aire fresco aunque al final sólo se vea por tres
poderosas razones: el Sobera, la camarera y la parienta.
No
le busquen más motivos.The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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